domingo, 23 de noviembre de 2008

Está pasando, lo estás viendo

A veces lo que va de un slogan a un poema es la entonación del que lo lee. Canal Plus presume de que nos enseñan enseguida cuanto ocurre en el ancho mundo. Bueno. Pero uno no puede evitar leer su anuncio de otro modo: “Está pasando, lo estás viendo (pasar)”. O sea, una variación del “Todo pasa” y del “Tempus fugit” y, a los dos días, del “Ubi sunt”. De eso, aplicado a un caso concreto, y con la parte de melancolía que me toca por dedicarme al articulismo, va mi columna de hoy.
Y quién no recuerda ahora los insuperables versos de Álvaro García:
Deja la actualidad que se hace sola
y ve al presente que te necesita.
Yo a menudo me los recito con ligeras variantes, no sé si por mi mi mala memoria o por mi pesimismo ante la actualidad o por un imperturbable optimismo ante el presente o por un poco de todo:
Deja la actualidad, que se deshace,
y ve al presente, que no pasa nunca.

4 comentarios:

Jesús dijo...

Comentaba yo ayer con alguien lo siguiente. Si lo que escribe alguien en su blog te gusta mucho o muchísimo casi siempre, ¿vamos, en "Comentarios", a decírselo siempre? ¿No pareceríamos así pelotas babosos? ¿Le gustará o no que, todas las veces que nos encanta lo que cuenta y como lo cuenta, le hagamos saber por escrito que nos quitamos el sombrero? ¿Lo haremos sólo una vez a la semana, al mes? Nos quedamos sin saber qué es lo mejor...
Buenísimo el artículo, una vez más, señor García Maiquez.

E. G-Máiquez dijo...

Suso, sobre tus dudas, quedaría muy bonito si te dijese que los elogios los agradezco sólo porque mis padres los leen y se alegran mucho. Pero yo, temblón como un flan, dubitativo como un Hamlet, también los agradezco de veras. Muchísimas gracias por el comentario

Jesús dijo...

Entendido.

Adaldrida dijo...

Joé qué bueno... (en estos casos mi padre se quita las gafas, con gesto de asombro, y me pregunta "Rocío, ¿has dicho joder...?"
Bueno, pues lo digo... en andaluz. Palabrotas de admiración.
Y viva la sinceridad. Los elogios que no son cumplidos se agradecen siempre, y el que no lo entienda, que se vaya a chupar un limón agrio.