Propuse una terna de reseñas a
Poesía Digital (la Szymborska, Leopoldo Panero y Jesús Cotta) y me escogieron dos tercios: se quedó fuera Cotta. Una pena, porque
A merced de los pájaros se lo pone a huevo al reseñista. Tiene algunos fallos evidentes, tanto, que el crítico no arriesga al señalarlos y puede componer con toda facilidad un desplante torero, que el respetable eso lo agradece siempre mucho. Pero encima, luego, esos defectos importan poco, porque la poesía se abre paso a través de ellos (paso o, mejor dicho, vuelo) con absoluta soltura. Son de esos defectillos que a JRJ le gustaba encontrar y no corregir. El libro tiene aciertos asombrosos y, más asombroso aún, todo él es un acierto, con una unidad muy grande que le da su obsesión por las estrellas y las flores (lo que recuerda la extrema belleza de Simone Weil (y qué importa entonces que rime "estrellas" con "centellas" continuamente)), con su tratamiento perfectamente poético de la divinidad (un milagro) y con una paradójica y saludable potencia expresiva para una visión
naïf. El conjunto es magnético y yo me lo he leído lo menos siete u ocho veces.
Hay versos y poemas mucho mejores, pero anoche me quedé colgado de dos medios versos del soneto "Ulises". El bardo ciego Demódoco narra la historia del héroe y éste descubre esos "cantos que llegaron (...)/ antes que yo a mi patria". La maldición del poeta moderno es que tiene que ser Ulises juntamente y Demódoco, y su bendición es cuando sus cantos llegan, efectivamente, antes que él a su patria: o sea, cuando le enseñan el camino, no cuando cuentan su historia, sino cuando se la crean. Después de esos versos, me puse a soñar, aunque todavía tardé un rato en quedarme dormido. Me acuné con el final del soneto:
¡Cuanto daño
para los náufragos que desesperan
si los aedos ciegos no existieran!
6 comentarios:
Muy grande Cotta. Y su "Ulises y las sirenas. El dilema de la infidelidad", también, por otros motivos.
Tienes toda la razón, el libro de Jesús Cotta es mas que estupendo. A mi por lo menos me encantó.
Saludos
Enrique, menudo sorpresón. Gracias. Que me propusieses en esa terna me ha hecho feliz para una semana entera. Como no encuentro tu correo, he escrito en mi blog para agradecerlo. Cuando un poeta que uno admira elogia la obra de uno, uno está que se sale. Ex corde.
A mí me ha gustado, el de los amigos que le dedica a Cabanillas es también muy bueno. No sé si llega a obsesión, pero además de las estrellas y los flores, los árboles tienen un protagonismo curioso, llevan siempre anidado un hálito de misterio entre las ramas...
¿ que es metaliteratura?
Los de "Poesía Digital" volvieron a confundirse.
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