miércoles, 17 de marzo de 2010

El ruido y lo fucsia

Después de tanto follón como hubo en aquel viaje, al único al que se le ha ido la mano ha sido a mí, ay, que presumía de ecuánime. Se me ha ido al rosa fucsia. Con la excusa de que hay que acostumbrarse al nuevo costumbrismo, de frivolidad en frivolidad, he acabado helado. Lo avisó don Antonio: "Qué difícil es..."

6 comentarios:

Enrique Barrero dijo...

Es magnífico y divertidísimo el artículo. Sólo le veo el riesgo de que los templarios del Temple investiguen y en el próximo viaje en preferente el espinoso asunto le pille a Usted de lleno y no sólo de por medio.

E. G-Máiquez dijo...

También veo yo el riesgo, no se crea...

Anónimo dijo...

Sin duda, el sentido de la escena fue inspirarle el artículo, como le pasó a Homero con la guerra de Troya.

T dijo...

La clase preferente del AVE a Sevilla es como un ¡HOLA! animado. En una ocasión, en los asientos justo detrás de los que ocupábamos una amiga y yo misma, viajaban una señora duquesa y un modisto que se pasaron el viaje poniendo 'como no digan dueñas' a la mamá del que entonces era el novio de la hija de la duquesa, que también es una señora muy conocida en las revistas del corazón. Fue un viaje apasionante.

(Aclaro que la duquesa no era la de Alba)

batiscafo dijo...

Qué bueno lo del podólogo. Ja, ja, ja. Es genial tu artículo.

E. G-Máiquez dijo...

Todavía, tras tres días pensando, no he encontrado quién podría ser la duquesa de T. Qué desazón.

Muchísimas gracias a todos. El comentario del anónimo se lo agradezco especialmente porque el problema que le veo yo a este artículo es su falta de sentido. Usted me ha hecho sentir la ilusión de que el sentido sea el propio artículo.

Lo del podólogo, además de etimológico, fue literal, b.