viernes, 24 de diciembre de 2010
Detalle
En el viaje de tren, Carmen ha sido la estrella rutilante del coche 5, entre una nube de niñas de las más diversas edades que se deshacían en ohs-qué-mona, vaya ojazos, se-los-come-todo y ays-me-ha-sonreido. Y vaya si sonreía viéndose el centro de la fiesta, el centro y eso que había una chica preadolescente que cómo, ay, le sonreía. Viaje feliz, como pueden ver, y casi corto. Pero ha sido topar con Madrid y ponerse a llorar, como la otra vez. Por la noche, en un aparte discreto, le he susurrado al oído un pequeño detalle: "Mira, Carmen, mi vida, recuerda que tú no vienes a casa de tu suegra, sino de tu abuelita".
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10 comentarios:
Me mondo. ¡Ay de ti como te lea la abuelita!
Las verdades de la vida hay que contárselas a los niños cuanto antes.
El día de Nochebuena no tenías que ser tan malo.
¡Feliz Navidad!
Carlos dijo:
Buenísimo.
Ja ja ja ... genial¡¡¡¡
Muy feliz Navidad con abuelitas, que no suegras¡¡¡¡
Me muero de risa. Anda que no le sacas partido tu a la suegra, quiero decir a la abuelita. Feliz Navidad
¡Feliz Navidad!
Besitos a Carmen y a su abuelita, de mi parte.
Enrique, has sido tú el que ha comenzado con las maldades: yo te propongo que titules de nuevo la entrada: Carmencita, la abuelita y el bloggo feroz.
¡Feliz Navidad a toda la familia!
Qué buena maldad (toma oxímoron).
Feliz y Santa Navidad.
:`(
¿Por que llora Carmen?
¿Extraña su casa?
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