martes, 9 de agosto de 2011

Filologías playeras

Oído en la playa. Dice la niña de cuatro o cinco años: “Papá, ¿por qué no podemos bañarnos en la piscina grande?”. Contesta el padre, entre cansado y borde: “¿Te lo cuento o te lo explico?” Y la niña, ilusionada: “Cuéntamelo, papá, cuéntamelo…” Y no es sólo que la niña prefiera la narrativa a la filosofía desde tan pequeñita, que ya es bastante bonito de por sí, además estaba redimiendo, y cómo, la salida de su padre.
***
Mamá viene de mama; papá de pipo, noté y anoté en su día. Ahora, cuando pasa por la playa el vendedor de patatas, Carmen lo señala y me ordena: “Papa, papas”. O sea, que ha descubierto por si sola la estrecha relación etimológica que existe entre “patrimonio” y “pater”, uno de los puntales de la familia occidental. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venía a decir Ortega que las cosas humanas sólo se entienden contando una historia. Es lógico que la pequeña quisiera informarse del asunto de esa manera.
Jilguero