jueves, 8 de septiembre de 2011

La procesión queda dentro

La Virgen de los Milagros es una Virgen guerrera. Eso lo sabíamos de antiguo y de Alberti.  Ahora he descubierto en primera persona cuán guerrera es. Declaré a Leonor mi deseo de ir a ver la procesión con ella y los dos niños. Su jefe iba a pasarse por casa esta noche para dejarle un ordenador, pero Leonor llamó para anularlo: quedaron en que mañana irá ella a la bodega a Jerez a recogerlo. A partir de ahí, se puso corriendo a bañar a los niños. Eran a las 7, aún con un calor sofocante. Estrenábamos para Enrique una mochila de esas que llevan los turistas alemanes para cargar al niño sobre el pecho, y en casa se diría que le gustaba. Después de muchas vueltas en busca de aparcamiento, pusimos pie en el pueblo y el niño el grito en el cielo: no le gustaba la mochila. Nunca ha llorado tanto como este día. Yo apunté que estaba rezando la Salve y que como es tan chiquitito se había quedado atascado en lo del valle de lágrimas. A Leonor no le hizo gracia, y eso sólo era el principio. Carmen viendo que el que no llora no mamá, o sea, no le coge Leonor en brazos, se lanzó a la Salve también. La cogí yo, aunque todos sabemos que no es lo mismo. A cada rato nos intercambíabamos a los niños a ver si con el transbordo se callaban un minuto. Sugerí a Leonor que no se pusiera tan nerviosa con los llantos, que son buenos para los pulmones, y que tampoco es que rompiesen el silencio, con todas las campanas del pueblo repicando sin pausa y la gente dando alegres gritos. Me contestó: "Cada uno se pone nervioso por lo que quiere: tú por ver tu correo electrónico a cada instante, yo cuando lloran nuestros hijos". Decidí dar por zanjada la cuestión de los nervios. Callejeábamos desesperadamente en busca de la Patrona. Nos íbamos encontrando a señoras conocidas, y era un horror tener que besarlas, sudoroso como estaba de tanto peso, y ellas tan perfumadas. Además, al inclinarme sobre sus mejillas les acercaba irremediablemente al niño (o a la niña) a sus inocentes tímpanos. A pesar de todo, las señoras decían: "¡Qué monos!". Se ve que era un día de fiesta donde reinaba la caridad y/o el estoicismo. Al fin, en el castillito, precisamente, apareció la Virgen. Habíamos conseguido coger la procesión, exulté, aunque un poco solo, porque ni los niños ni Leonor estaban para exultaciones. La vimos pasar fugazmente. Y nos volvimos corriendo a casa a por los biberones. Leonor repetía: "Vaya lío, vaya lío, y mañana tengo que ir a la bodega encima y casi ni la hemos visto..." Yo podría haber repicado o replicado que lo importante es que Ella nos viera a nosotros, y que no sólo nos vio, sino que además nos oyó. Pero me limité a dar las gracias a Leonor: como el hermano aquel de la parábola que refunfuña pero va, ella. Y por ella, nosotros. Y la procesión queda dentro. 

9 comentarios:

Ignacio Trujillo dijo...

¡Que bueno! ¡La pura realidad!Pues a partir de ahora cosas veredes, amigo Enrique...
Cómo esas tengo yo unas pocas cada día...
Ayer mismo en los vestuarios de la piscina mi hija pequeña metió sus dos lindos zapatitos de lona en el retrete mientras yo trataba por todos los medios que no tocase nada y el otro se metía por debajo de las puertas, y el de más allá me pedía con insistencia las gafas de bucear...
Que el buen humor te acompañe.
Un abrazo

Fernando dijo...

A ver si es que te han salido socialistas, Enrique.

E. G-Máiquez dijo...

El buen humor de muchos es consuelo de listos, querido Ignacio.

Y socialistas no creo, Fernando: a esos lo que más les gusta del mundo es figurar en una procesión...

Corina Dávalos dijo...

Preciosa entrada, Enrique. Dile a Leonor de mi parte, que sin dejar de considerarla por el mal rato, aplaudo que haya abierto la caja de música: una salve dramática y lítica en toda regla.

Miriam dijo...

Los niños que lloran me enternecen

NGG dijo...

Perdón, Enrique, figurar... y cobrar.
www.libertaddigital.com/nacional/2011-09-12/el-psoe-monto-un-sistema-de-sobresueldos-en-la-diputacion-de-granada-1276435088/
ESCÁNDALO EN LA DIPUTACIÓN DE GRANADA
Diputados de PSOE e IU cobraban dietas hasta por ir a procesiones
Los diputados cobraron un extra por reuniones, asistencia a festivales, cenas e, incluso, por ir a procesiones. El PP exige que devuelvan el dinero.

Anónimo dijo...

¡Qué buen cuento, hombre! Entré al blog con esperanzas de que me quitaras el insomnio, pero esta procesión y esos llantos no hacen sino despertarme más.

AFD

Gonzalo GY dijo...

Quedándome en lo práctico, Enrique, por experiencia te recomiendo que en las mochilas lleves bocatas y agua al monte, y para llevar niños uses métodos más cómodos.

Nuestro preferido, sin duda, es el fular. Comodísimo además, tanto para enanos como para papis.

Te lo digo yo, que tengo un ternerito de 15 kilos.

Mucha información de fulares aquí y cualquier consulta mi santa se ha hecho una experta.

Gonzalo GY dijo...

Y para más tipos de portabebés, todos cómodos y saludables: http://redcanguro.wordpress.com/