sábado, 25 de mayo de 2013

Si llorón, llorón


Soy mucho más partidario de la alegría, pero no un fanático. Si toca llorar, se llora. Y no lo digo, esta vez, por ningún motivo biográfico (aunque si uno se rebusca, lo encuentra, claro), sino simplemente porque antes de ayer volví a fijarme en lo bonito que estaba el sauce llorón del feísimo polígono industrial donde tomo café por las mañanas. Y ayer, sin embargo, lo habían dejado sin lágrimas, con un pelado hipster, al que sólo le faltan las gafas de pasta. Y entonces me entraron ganas de llorar a mí. Si uno es un sauce llorón, pues llorón, no hay que empeñarse en convertirlo en un pino piñonero, porque no. 




1 comentario:

ACdR dijo...

Te acompaño en el sentimiento. Qué barbaridad de poda; por lo que yo sé el sauce apenas la necesita y menos en esta época del año. Hay servicios de jardinería que podrían estar mejor empleados.