miércoles, 1 de junio de 2016

Esgrima mística


El cura joven tenía tantas ansias de dar la comunión que se adelantaba. De manera que la fila iba dando pasos atrás, aunque nosotros seguíamos avanzando. El paso que daba el comulgante coincidía con el paso que daba el sacerdote. Cuando llegue a comulgar, ya íbamos por la mitad del pasillo del oratorio. Parecía una esgrima mística, en la que el cura ni daba un paso atrás ni podía quedarse quieto. 


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