martes, 14 de julio de 2020

Anestesia


Pocos días antes del confinamiento, me hicieron una endoscopia en la que detectaron dos pólipos en la garganta, pero la sedación no fue suficiente para que me dejase extirpar lo que en principio pensaba que era mío. 

El médico me dijo que tendría que volverme a intervenir pero en quirófano y con anestesia general. Tras sucesivos retrasos, que me han alegrado mucho, ayer llegó el día.

Me desperté temprano y me puso a escribir y a leer como si nada, supongo que pidiéndole a la rutina que me acogiese en sus amorosos brazos.

Pero cuando en el baño del hospital tuve que cambiar mis ropas por la batita azul semiabierta, me sorprendí recitándome: «Debes hacer un rito del vestirte,/ la sobreveste puede ser mortaja». El truco de la rutina no había funcionado. 

En la cama de la sala de anestesia hice un esfuerzo por redoblar la atención:

Atento a todo
antes de la anestesia.
Por compensar.

Entraban y salían pacientes. Una señora de 97 años con un estupendo humor. Todas las enfermeras le decían que firmarían por llegar así. «¡Yo también, yo también!» quería gritar desde mi rincón.

No llegaba mi prueba del Covid y había, además, un problema con mis papeles del seguro. O sea, que aquello se estaba eternizando. Menos mal que me había llevado un libro: La desaparición de los rituales de Byung-Chul Han. Dio la casualidad que me tocó un capítulo «Juego a vida o muerte», muy oportuno. Defensor de poner la vida en el tablero y tal, y hasta un poco del suicidio en plenitud, no por depresión, sino por exaltación. En esos momentos, me convenció.

Soy un suicida del mismo modo que un polígamo. Amo a todas las mujeres que hay en Leonor según los días y los ánimos; y vivo todas las muertes que sufre un hipocondríaco y dejo voluntariamente la vida (como en una ruleta rusa) en el tambor de la pistola de la providencia. Un suicida sucesivo.

Y entonces la anestesia hizo su efecto y me quedé dormido.

Por lo que me han contado, todo fue bien.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Una alegria que todo haya salido bien don Enrique.. Kempes 19

Ignacio Lete dijo...

Enhorabuena Enrique

toda la familia nos alegramos de que haya salido bien

mi mujer como colega en hipocondría te agradece especialmente el relato al sentirse acompañada