sábado, 26 de septiembre de 2020

L'uomo delle fontane

 

Anoche me puse arreglar la manguera de la ducha y destrocé el grifo. Llamé tarde al fontanero y esta mañana ha tocado al timbre muy temprano y lo ha arreglado todo en un periquete.

Cuando se iba le he dado las gracias por venir tan pronto y me ha sorprendido: «Eso es por ser vosotros. Los otros que esperen, que no hay tanta prisa».

No niego que pueda haber un poquito de vanidad en lo mucho que me ha gustado la contestación, pero creo que hay mucho más. El fontanero era un auténtico uomo delle fontane, esto es, un señor que no va por ahí bailando al son que le tocan, sino que él decide sus ritmos y sus homenajes, y da audiencias o no las da, como un señor. He estado tentado a rendirle pleitesía, pero he preferido la compasión: «Hombre, Paco, no les hagas esperar mucho, que tu trabajo es muy necesario para cualquier casa y muy importante para la paz familiar». «Ya, ya», ha zanjado.





1 comentario:

Gonzalo dijo...

Yo también soy fontanero y sí, somos muy nuestros. Poderosos y muy conscientes de nuestro poder. Intento que no se me suba a la cabeza.