lunes, 10 de septiembre de 2007

A un humanista entristecido

Recuerda: Leonardo se ganaba
la vida actualizando para el Moro
Ludovico retruécanos romanos.


Aunque de madrugada retocase,
con celo inmarcesible, las sublimes
tablas que le encargase su pasión.

[José Antonio Bablé, Presente anterior, Pre-Textos, Valencia, 2007]

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo por los versos...

...y por los que nos ganamos la vida haciendo cosas que, en fin, no nos terminan de apasionar del todo. Siempre nos puede pasar como a ese señor de Gales, humilde vendedor de teléfonos móviles, que acaba de arrasar como tenor en un concurso de la TV británica. Aunque Dal dice que la voz no vale gran cosa, yo, que no entiendo tanto, aún estoy conmovida, e intentando buscar en mi interior algo nuevo con lo que sorprender al mundo mundial, aunque me temo que...

E. G-Máiquez dijo...

Cuidado, Verónica, que cuando te admira el el mundo mundial, uff, qué peligro: algo tienes que estar haciendo mal. Las cosas más importantes son sin espectáculo, ya lo dice Bablé: "de madrugada, con celo inmarcesible, con pasión". Me da a mí que ese algo nuevo en tu interior ya lo has encontrado, ¿o no?

Juan Ignacio dijo...

Si yo tuviera una sección llamada "los versos más míos..." (cosa sin sentido, porque todos los versos míos son ajenos), empezaría con este.

¡Que va, empezaria un nuevo blog con este epígrafe!

Gracias.

aranchagodoy dijo...

Sí, sí...La obra que se haga en secreto; en lo oscuro; en lo escondido. De acuerdo con Máiquez y con Bablé. Don Diego, que no tenía a su oficio en mucha estima, trabajaba de aposentador en el Alcázar durante el día; lo del obrador era siempre para los ratos perdidos (y su Majestad que pasaba por allí). Y lo mismo la Santa, que no escribió sus obras en el coro, sino en el tráfago de los caminos. Lo del artista profesional es un invento de la modernidad. Y cuántas vidas se han echado a perder por esta mentira; y también cuántas obras han nacido prescindibles (condenables y, de una vez por todas, ya condenadas).

Anónimo dijo...

Gracias, Enrique. En mi entrada hablaba con un punto de ironía -en relación con el vendedor-cantante de ópera-, parafraseando a alguien que hizo algún comentario al respecto.

Pues sí, tienes razón: es el Amor el que hace nuevas todas las cosas, como dice el Libro del Apocalipsis (Ap.21,5).

De todas formas, esta entrada se ramificaría en otras muchas...

Anónimo dijo...

Pero en esos versos el héroe inadvertido es el moro Ludovico que encargaba la actualización de retruécanos romanos, sin cuyo espejo de miseria no hubiera habido jamás tanta pasión ni entrega en el arte de Leonardo, sino hastío. Brindo por él.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con Arancha y César cuando dicen que "el artista profesional es un invento de la modernidad". Ir de artista por la vida, en el plan en el que van (y han ido) algunos contemporoides, puede. Pero artistas dedicados al arte (pintores, imagineros, plateros...), y además defensores de la dignidad de su trabajo los hubo siglos atrás. La clave está, tal vez, en la consideración del arte como oficio y no como excusa para vivir del cuento.

aranchagodoy dijo...

De acuerdo con Carlos de "Cuaderno de Vísperas" (gran blog). Lo suyo matiza lo nuestro. Sabíamos también que Verónica hablaba con ironía.

Marta dijo...

Los versos más míos los han escrito siempre otros. Sí, estoy de acuerdo con esta afirmación. Éstos son algunos versos míos que ha escrito otro y son estupendos.

Cuento mi vida pero lees la tuya.
Nombro un paisaje de mi infancia y tú visitas
-tramposo- aquel camino de arena hacia la playa
por donde corre un niño feliz, que no soy yo.

Anónimo dijo...

En esa situación me encuentro yo conmigo mismo y con mis padres, amigo Maíquez. Ellos me dicen que oposite, o me meta en los negocios de mi padre, y yo voy a opositar, por tener una autonomía económica, aunque eso me quitará mucho tiempo para poder escribir. Mi madre dice que escriba un libro y que si no lo publican lo edite yo. La buena mujer no entiende la diferencia entre una vocación y un hobby, entre algo que se hace por los demás y porque lo que llevas dentro lo exige, y algo que se hace sólo por placer. En fin, ya irá la Providencia proveyendo.

E. G-Máiquez dijo...

Muchísimas gracias, Marta L.

Y para nuestro C-R, ánimos con las oposiciones, y haz caso de tus padres que eso es lo más contrarrevolucionario que existe. Mi experiencia como opositor no fue tan mala como creía, fue una época de una especial efervescencia literaria, todo el día solo y con un boli en la mano. Hice una décima sobre el asunto que, por solidaridad, te copio:

JUEGO DE OPÓSITOS

Quiero escribir un poema.
Tengo que estudiar. La cama
me llama. Quema la llama
de qué vocación: dilema
entre rima, cama y tema
que me exige una elección.
El Arte en mi corazón,
la Justicia en mi cabeza,
en mi cuerpo la Pereza
y en mí la Contradicción.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por los ánimos y por compartir esa poesía, amigo Maíquez, tan graciosa. He incluido en mi blog una poesía que quizás te guste, aunque está a un nivel muy inferior de la tuya. Un abrazo!

Juan Manuel Macías dijo...

Preciosos versos. ¿Qué sería de nosotros sin las madrugadas?

Anónimo dijo...

Palabras del Papa a los jóvenes reunidos en Asís el pasado 17 de junio (a propósito de mi primera entrada, matizándola y que me viene totalmente al pelo):

“En la vanidad, en la búsqueda de originalidad, existe algo por lo que todos somos en algún modo tocados. Para poder tener un mínimo de éxito, necesitamos acreditarnos a los ojos de los demás con algo inédito, original. En cierta medida, esto puede expresar un inocente deseo de ser bien acogidos. Pero con frecuencia se insinúa el orgullo, la búsqueda desordenada de nosotros mismos, el egoísmo y las ganas de humillar a otros. En realidad, centrar la vida en uno mismo es una trampa mortal: podemos ser nosotros mismos solo si nos abrimos al amor, amando a Dios y a los hermanos”.


No puedo decir nada más. Como verás, corrobora la respuesta que me diste... Gracias.