martes, 28 de abril de 2009

Ricorditi di me

He vuelto a mi vieja universidad, que no es vieja. El viejo empiezo a serlo yo, y por eso a mi universidad, aunque sea en primavera, la veo entre las neblinas románticas de la lejana juventud. Lo bonito ha sido que en dos ocasiones dos compañeros de entonces me han reconocido por la calle a pesar del tiempo pasado y de los kilos ganados. Esos saludos afectuosos suyos han sido una sorpresa y han producido un efecto rejuvenecedor que ríete del aloe. Mis años de estudiante no fueron —por lo visto— una raya en el agua…

Yo, que tengo una memoria muy mala, he visto claro que quien se acuerda de ti te hace un regalo. He recordado entonces que siempre me emocionó aquel verso de la Divina Commedia con el que el alma de Pia de Tolomei le ruega a Dante en el Purgatorio: “Ricorditi di me, che son la Pia”. El lector siente que ella le pide una gran misericordia. Y ya lanzado a los recuerdos sobre los recuerdos, he recuperado las palabras del buen ladrón en el Calvario, que no fueron otras, ni más ni menos, que éstas: “Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”.

Emociona comprobar que, entre tantos asuntos urgentes que reclaman nuestra atención, entre esas contraseñas y pines numerosísimos que no podemos olvidar bajo ningún concepto, entre los nombres propios y los cumpleaños de nuestros jefes y entre las continuas distracciones de la incesante actualidad, en la cabeza de alguien se defendió mi nombre y dos o tres anécdotas comunes durante más años que la guerra de Troya. Quien te recuerda te bendice; ahora lo sé bien; se me había olvidado.

10 comentarios:

Jesús dijo...

Re-cordar, es guardar en el corazón, en el "cor". La memoria es siempre la memoria del corazón.

Juanma Suárez dijo...

Realmente es una maldición eso de la mala memoria. A mí me suele pasar que no recuerdo a la gente, y últimamente hablo con personas a las que ni siquiera recuerdo haber conocido. Por el contrario, tengo un amigo que tiene memoria fotográfica. Recuerda los rostros de todo el mundo con quien se haya cruzado alguna vez aunque sea mínimamente; eso sí, para los nombres está negado, así que siempre se opta, en su caso o en el mío, por las conversaciones "neutras": ésas sin nombres, datos o antecedentes...

Corina Dávalos dijo...

¿Que estás en la universidad? Pues a ver si tengo suerte y te veo por aquí...

Adaldrida dijo...

qué envidia... y qué gran verdad.

E. G-Máiquez dijo...

Ni visto por ahí ni envidiado por aquí, queridas amigas. No estoy en Navarra, por desgracia. Esto lo escribí en mi última visita y se me había traspapelado. Lo recordé esta mañana.

Ángel Ruiz dijo...

Se me hace cada vez más difícil no haber leído a Dante: qué bonito todo lo que citas de él.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Se te ricorda anchor del tempo antico.

Faustino, el del Central. dijo...

Hortera, de alquiler, que eres un hortera. Tanto Dante y tanta historia, se nota que estudiaste en Pamplona, sería en la del Opus que se te ve el plumero. ¿Aún llevas todo el pelo engominao o es que ya se te ha caído?, jajaja.
Te recordamos y muy bien. Tú siempre dejaste huella, especialmente por tus escapadas en moto con los belagüinos. Navarra te reclama, cuando vengas no dejes de pasear que todas te saludaremos. Besos.

Jesús Beades dijo...

Excelente texto, sobre todo el segundo párrafo, y ese "se defendió mi nombre", puesto ahí, cerca de la palabra Troya.

Pero... (pienso en voz alta, lo cual no siempre es prudente) pienso que la humildad de tu estilo, trasunto de tu carácter, a veces te traiciona. Quitaría yo la última frase, tan pedestre, y concluiría con algo así:

"Quien te recuerda te bendice. Ahora lo sé bien. Se me había olvidado."

Pero... (sigo pensando) quizá todo sea por mi tendencia a lo contrario, esta especie de altanería estilística que me lleva a ponerme estupendo, a posar de más seriote y conclusivo de lo que en realidad soy (payaso y fragmentario). Qué cosas.

Jesús Beades dijo...

Vuelvo aquí enlazado por lo del guateque, y ni me acordaba de mi comentario. De hecho, veo que me hiciste caso en una sugerencia, lo que no recuerdo es qué ponía antes.