domingo, 20 de septiembre de 2009

Ni en broma

La prostitución es una cosa muy seria y un chiste a cuenta de ella siempre es fácil. Sin embargo, se me habían colado varios en mi artículo de hoy, y uno en el título. En el último repaso los borré a toda prisa. Hubiese sido imperdonable no verme la mota en mi ojo cuando tengo clavada en la memoria la viga del ajeno.

Me lo contó un amigo. Estaba cerrando el precio de una conferencia con un escritor muy mediático, monárquico a más no poder, maestro de buenas maneras, lo suyo ya no es una elegancia esqui-sita sino snob-board, si me permiten el desliz. Bueno, pues ese escritor le pidió un dineral por una conferencia ya hecha o un dineral y medio si la quería nueva, y además se le pagaría por adelantado, y en un sobre. Hasta ahí, vale, muy bien, me alegro por él. Pero para justificar sus exigencias, aclaró: "Es que yo soy muy puta". Mi amigo me lo contaba como si tal cosa, puede que con la sana intención de que yo aprendiera a manejarme en el mundo y a subirme el caché, pero a mí aquello no se me va de la cabeza o me vuelve cada vez que veo o leo o oigo al mediático, tan peripuesto.

Uno, cuando tiene que pedir sus honorarios, si los pide, cita el Evangelio de San Lucas: "El trabajador merece su salario" y a veces lo cita hasta en latín: "Dignum est operario mercede sua" (Lc 10, 7). Claro que así me va.

13 comentarios:

Atiza dijo...

Voy a por el artículo de hoy porque la entrada me ha dejado un poco desencantada sobre el personaje que apunta.
Sin duda me quedo con ser nada mediática, nada ordinaria (por cierto), pero infinitamente más peripuesta con infinito menos salario. (que será un asunto de lo que yo llamo "cuna")
Y eso sí, "Agere pacem".
De nuevo, un placer leerle.

Aquilino Duque dijo...

Cuando se legalizó el PCE yo escribí que la lucha de clses es un mal social como el aborto o la prostitución, y si éstos, por inmorales que sean, son menos dañinos cuando están reglamentados, la lucha de clases, que no es menos inmoral, pierde también peligrosidad cuando está sujeta a reglamentación.

Josep Àngel Colomés dijo...

Me gusta como escribes y los temas que tocas. Te he descubierto en la revista Misión, en el articulo "El trabajo bien hecho". ¿Por qué lo he leído? Pues porqué el título me ha gustado. Después, en tus palabras he vislumbrado buena literatura, con fundamentos estéticos y con valores humanos.

Y es que no es nada fácil tener cintura pero, sin duda, la tienes.

Enhorabuena.

Lamarque dijo...

Nombres, aqui lo que queremos son nombres.

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Anónimo dijo...

El personaje, sin duda, confunde dos "pes": profesion y putería (como se lee en nuestra novela máxima).
El artículo no tiene desperdicio. Ojalá fuera posible regular la materia liberandolas.
Jilguero

Manupé dijo...

No sé, pero a mi me parece que lo que quería decir el conferenciante con lo de "es que soy muy putas" es que probablemente estaba harto de cheques sin fondos,de ahí lo del dinero en un sobre y de promesas de pago que no se cumplen, de ahí lo de por adelantado.
Vamos a pensar bien, aunque sea en contra del refranero.

E. G-Máiquez dijo...

Hombre, Lamarque, no está bien pedir nombres, nombres, cuando uno esconde el suyo. Pero en cualquier caso, tus deseos serían órdenes si no interfirieran con mi conciencia, ya bastante apesadumbrada con la anécdota y las pistas que doy. Menos mal que Manupé pone las cosas en su sitio y le quita hierro al comentario. ¡Bien hecho, Manupé!
Y gracias a todos.

Lamarque dijo...

Nombre sí que tengo y en parte lo uso de firma pero me temo que no le diría nada. Lo que no tengo es blog si es a lo que se refiere.
Al final quedaré sin saber del protagonista...a menos que me lo diga Ussia.

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Fuego negro dijo...

Muy bien Lamarque, así se hace. Que luego hay gente a la que le dices: "Blanco y en botella" y se cree que es la Lejía Conejo.

El conferenciante que mencionas se refiere a la costumbre de las prostitutas de cobrar por adelantado a sabiendas de que sus clientes, que no suelen ser gente de fiar, una vez recibido el servicio, se olvidan de pagar.

Como yo lo veo, de mediar algún menosprecio, no lo es del conferenciante hacia las prostitutas, sino hacia quienes contratan sus conferencias, quienes parecen ser tan poco de fiar como los clientes de la prostitución.

Lamarque dijo...

Es que al principio creía que era Burgos.
Perdonen uds. si les he causado alguna molestia o he metido la pata.

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E. G-Máiquez dijo...

Ninguna molestia ni ha metido la pata, Lamarque. Y si lo hubiera hecho, que ya digo que no, tampoco hubiese pasado nada: yo la meto a menudo.

Ignacio dijo...

A mí el personaje malamente puede decepcionarme: lo he tenido siempre por un tipejo.

La expresión concreta que se comenta hoy no la veo especialmente indigna, aunque sí significativa. Es la salida de un tipo inseguro, que sabe que hablar de dinero es inelegante, que se da cuenta de que se le nota la rapacidad y trata de escaparse por un cinismo que pretendidamente le pone por encima de esas cosas.

Qué bonito sería verlo encontrar la horma de su zapato, un interlocutor que supiera que el cinismo jamás nos eleva sobre nada y que le respondiera simplemente: pues sí que lo eres, sí.

Auberon Quin dijo...

Querido EGM,
"The truth you speak doth lack some gentleness". La miseria humana es muy grande y quizás es mucho más moralizante -como haces aquí- exponerla encarnando el pecado en pecadores de fácil identificación. Pero yo no encuentro honra en ello. Ni en las líneas de tus comentadores. Entre otras cosas, porque de la miseria humana participamos todos y dudo que a alguien le agrade quedar como proverbio...
Perdona el atrevimiento de mi mensaje, que sin embargo, nace de la estima por ti y tu obra. Un saludo.
PS. Quizás alguien piense que la razón de tu entrada es la "vendetta". Pero yo sé bien que eso no va contigo: ya Aristóteles reconoció que la venganza era dulce y producía placer -hedy, dice textualmente en la Retórica-, pero es difícil calificar la venganza de "noble" y "digna".