jueves, 3 de diciembre de 2009

Un pan bajo el brazo

Con una simpatía arrolladora la gente me prepara con todo lujo de detalles para la mala vida que me va a dar la niña. “Ya se te acabó leer", profetizan. “Duerme ahora, porque, uf, pobre, las noches que te dará”. “…Y enseguida llegará la turbulenta preadolescencia, y será aún peor”. “Ah, de eso de escribir, olvídate”. “Despídete del cine”. “Y de los cafés tranquilos, valga la paradoja”. “Ya verás”. “Ya verás”, repiten. Lo que veo por lo pronto es que estas Navidades, gracias a la niña, no viajamos… ¡Nos quedamos en el Puerto! O sea, que en vez de cargar maletas por ahí, estaré en el sofá, junto a la chimenea, leyendo. Dios se lo pague a la chiquitina. Y no sólo leyendo, sino oyendo, mientras, música clásica. Leonor se me desconcentra si lee con música y había impuesto en casa la ley del silencio. Leo lee: psch. Pero ahora hemos oído campanas sobre que escuchar a Mozart fomenta la inteligencia de la criatura. Y aquí estoy yo, leyendo con el Allegro de la Sinfonía nº 27 a toda pastilla. Oh, oh, oh. Por ahora, qué quieren que les diga, estoy viviendo, y se lo debo a la niña, como un marqués.

17 comentarios:

Dal dijo...

Beato tú. Ya puestos, si tienes ocasión, escucha también el trío D959 op. 100 de Schubert y sobre todo el cuarteto op. 132 de Beethoven

Javier de Navascués dijo...

Aprovecha... no, es broma. Pero siempre hubo un comentario que me molestó enormemente cuando los míos eran pequeños: "Uf, no te quejes que ya verás cuando llegue la adolescencia... entonces sí que te vas a enterar". Pues, mira, ya tengo dos adolescentes y no es verdad. Quejas, las justas. Y siempre mirar las cosas extraordinarias que te brinda cada edad, la tuya y las de los tuyos.

carmen dijo...

¡Aprovecha, aprovecha el amparo que da el hacer las cosas por alguien, aunque a veces se trate de privaciones!

Corina Dávalos dijo...

¡Niña!

Kris Kelvin dijo...

Estimado, Sr. García - Máiquez.

A pesar de no conocerle, pero aprovechando la publicidad de su blog y dado que he sido padre de dos niñas(una el año pasado y otra hace apenas seis meses), me permito confirmarle que:

1º Es cierto que el tiempo de "ocio" se ve reducido de forma considerable con la llegada de un hijo.

2º Que las horas de sueño también disminuyen en número (y en calidad)

3º Que la vida se trastoca y se vuelve más desordenada

4º Que todos los "inconvenientes" me han convencido de que estos son los días más felices de mi vida y que diariamente doy gracias a Dios por poder dormir mal, comer regular y no poder montar en bibicleta ni salir al monte.

Disculpe el anonimato así como si he abusado de la libertad de los comentarios de su blog o parezco suficiente, no me considero maestro de nada, pero con esto de las paternidades últimamente me pongo algo sensiblero.

Reciba un saludo y permita que le dé mi enhorabuena.

José Miguel Ridao dijo...

Cuando esperábamos nuestro primer hijo mi mujer y yo fuimos a la ópera, concretamente a Lohengrin, y el niño ha salido con un oído enfrente del otro. Te aconsejo que seas prudente en tus elecciones musicales.

Y respecto a los ánimos que nos dan los amigos, suscribo lo que dice Javier. Yo tengo cuatro y me da tiempo de hacer muchas cosas, más que antes si cabe. Se ve que hay mucho cenizo suelto por ahí.

batiscafo dijo...

Los padres tienen la oportunidad de volver a asombrarse del mundo en cada descubrimiento del hijo. ¿No es apasionante? Enhorabuena por la nena. Esa concreción no la tenía registrada. Os tengo que llamar. Un abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Enrique: ya sabes, yo tengo cuatro y, aun así, aquí andamos. Y al parecer, no mal del todo.Evidentemente, las cosas cambian. Pero benditos cambios.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

R. Simón escribe :
Presumo que durante estos días también te han dicho, con una sonrisa picaresca de niño como de Lazarillo de Tormes , que " cuando seas padre comerás huevo".
Y la verdad, querido Enrique, que hasta que no he sido padre, hace ya dieciséis años del nacimiento de mi hija Irene, no entendía esa expresión de nuestros abuelos. Ahora bien que la entiendo. Como, de comer , pero que muchos huevos casi todos los días, pero también jamón de Jabugo, gambas blancas de Huelva, lentejas de mi madre, y puchero de mi abuela ; y bebo cerveza en la Plaza de El Salvador, Sevilla, con los amigos, todos los viernes. Y leo estos días “El hombre eterno” de Chesterton. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Coincido completamente con Kris Kelvin, intento no olvidarme de gar gracias a Dios por estar cansada, no leer, ni tener "tiempo para mi" como dicen hoy en dia, qué catetada....tiempo para mi, es tiempo para ellos.
La semi.

Embajador dijo...

Lo que le pasa al personal es que no tiene capacidad ninguna de adaptación.

Nunca he leído más que cuando nació la mayor de mis hijas. No duerme desde que nació. Pasados 12 años sigue igual. Pero se puede leer perfectamente paseando con la niña en brazos por el pasillo o moviendo la cuna.

Cuando uno se ha levantado un par de veces durante la noche a causa de los berridos, generalmente se desvela: excelente ocasión para seguir leyendo.

Luego pasa el tiempo, crecen y empiezan a hacer preguntas raras: vuelta a leer para encontrar respuestas. Y las preguntas pueden ser del tipo: "Papá, ¿Qué es el tiempo?". Hay que leer un poco para poder explicar eso a un niño y que se quede tranquilo.

Luego, por supuesto, hay que leer lo que ellos leen. No te vayas a creer que porque un libro sea supuestamente "infantil" resulta inmediatamente adecuado para un niño. Hay mucha bazofia suelta, de modo que hay que leer.

Y luego descubrirás otra: No se escriben libros para niños de entre 10 y 16 años. Desde luego hay muchos libros dirigidos a esas edades pero, salvo muy honrosas y pocas excepciones, suelen estar escritos para iletrados. No los consideran niños, los consideran idiotas. De modo que hay que ir a librerías de viejo a conseguir los libros que leía tu padre.

Y por fin estoy inmensamente de acuerdo con Batiscafo, desde el punto de vista cultural, lo mejor de tener hijos es que redescubres el mundo (y a Dios, y a muchas cosas más, pero eso hasta que no lo veas no lo creerás).

Juan Ramón dijo...

Parafraseando a Horacio, deja de consultar las cábalas babilonias: carpe diem, quam minimum credula postero: "Aprovecha el día, fiando lo menos posible en el que ha de venir".

Mae Ortiz dijo...

El augurio de aprovechar ahora que después no se puede, es impracticable. No se puede acumular sueño ni tiempo libre porque después no habrá, ¡después lo querremos de todas formas, y cada vez más!
Disfrutá hoy, disfruta mañana. Vendrán esos momentos de "cómo me quedaría una hora más en la cama", "cómo me gustaría ir al teatro esta noche" y no podrás, pero todo esto son paparruchadas al lado de la belleza plenificante de tu hija/o. En el primer gran año de cambios radicales, te viene la añoranza de otras épocas, pero a veces hay que pensar un poco a la antigua, cuando nadie decía "tengo derecho a hacer mi vida, necesito tiempo para mí misma". Por ahí pasan las cosas, aunque nos cueste.

jaime dijo...

Yo estoy con mi hermano mayor, como no podía ser de otra forma: prefiero no dormir... pero en mi casa y mi camita que en cenas, fiestas o viajes; prefiero escuhar a Mozart en el sofá que en la butaca del Real; y prefiero mal comer a comer de lujo en cualquier restaurante. Bendito (si a eso se le puede llamar) aburrimiento! J

Dol dijo...

Di que sí .
Empieza una etapa preciosa, sacrificada y todo lo que quieras, pero la que más alegrías te dará , aunque no diré yo que no haya malas noches ....pero vosotros sois dos, yo la estuve criando sola , y ahí sigo.
No te creas nada , que gracias a la niña me he puesto a escribir en serio .
Ánimo y enhorabuena a los 2.

Escoliasta dijo...

Qué podría decirle que saliera del tópico... pero el tópico es el sedimento que deja el sentido común. Es cierto que se duerme peor, pero es que acaso estábamos dormidos o dormíamos demasiado. Es cierto que te queda menos tiempo pero ese tiempo es del menor, del tiempo para un delicioso entretenimiento que nunca es más saludable que contemplar el rostro de tu hijo. El tiempo intenso lo será aún más.
Y, dicho todo esto, espero que su hija sea más tranquila y mejor durmiente que mis dos preciosos haraganes. La adolescencia traerá otros problemas y otras manifestaciones de un misterio trascendente que, al menos yo, sólo puedo contemplar a la luz de sus rostros. Mi más profunda enhorabuena.

Escoliasta dijo...

Qué podría decirle que saliera del tópico... pero el tópico es el sedimento que deja el sentido común. Es cierto que se duerme peor, pero es que acaso estábamos dormidos o dormíamos demasiado. Es cierto que te queda menos tiempo pero ese tiempo es del menor, del tiempo para un delicioso entretenimiento que nunca es más saludable que contemplar el rostro de tu hijo. El tiempo intenso lo será aún más.
Y, dicho todo esto, espero que su hija sea más tranquila y mejor durmiente que mis dos preciosos haraganes. La adolescencia traerá otros problemas y otras manifestaciones de un misterio trascendente que, al menos yo, sólo puedo contemplar a la luz de sus rostros. Mi más profunda enhorabuena.