miércoles, 3 de febrero de 2010

Taconazo

Lo hablo enseguida con el primer articulista que me encuentro: en el intervalo que media entre que uno manda la columna y sale publicada, pueden surgir noticias que te dejen fuera de juego. Es una agonía más que sumar a los plazos perentorios y al número exacto de caracteres (que en el de hoy, por cierto, tuve que exceder, porque me han cortado unas frasesitas y se puede ver un "y", el de "sobre todo", colgando como un pingajo). Pero no me quejo, porque a veces nos da tiempo a cambiar en el último momento, dando, digamos, un taconazo, y uno suspira aliviado. En este caso, además, si algún mérito tiene el artículo de hoy, aparte del homenaje, es el cambio en sí, precisamente.

7 comentarios:

carmen dijo...

Articulazo. Hoy el sentimiento patriótico está más en el futbol que en la guerra.

Podrías colgar aqui tus "arrepentimientos". Es una pena, o no, que en literatura no se pueda como en pintura buscar lo que hay debajo de lo que se lee.

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Alfred de Vigny habría estrechado hoy su mano.

Saludos cordiales.

Verónica dijo...

Artículo genial. Yo reconozco que me emocioné con mi marido y mi hijo viendo el gol -que fue de Guti, aunque lo metiera Benzemá- por la tele. Pero me emocionan aún más las vidas sacrificadas de tantos españoles que vienen de países lejanos, y que se dejan la vida por el país que les ha acogido, porque los españolitos de aquí se han aburguesado o carecen de la energía moral -que no les han sabido insuflar sus padres- como para consagrar sus vidas por un ideal tan noble como el de defender a aquellas poblaciones tan míseras y desvalidas. Nadie, o casi nadie, habla de ellos, ni tampoco de que ha sido la miseria la que les ha conducido, las más de las veces, a alistarse en el ejército, y de que nuestra hipócrita sociedad va "chupando rueda" de su sacrificio. ¿De qué servirían los altisonantes discursos de Zapatero sobre el mantenimiento de la paz y la democracia en el mundo, sin este buen puñado de colombianos, peruanos, ecuatorianos,... dispuestos a dejarse la piel por una España que, lo siento, ya no se lo merece, ni se lo sabe agradecer?

Magnífico artículo, pues.

Recomiendo desde aquí una película que pasó bastante inadvertida hace un par de años titulada "Leones por corderos", dirigiga por un Robert Redford en estado de gracia, que también la interpreta junto con Meryl Streep y Tom Cruise. Lúcida reflexión sobre los costes de la guerra (también la de Afganistán), y sobre lo que significa "compromiso". Imprescindible.

Manupé dijo...

Corto, pego y con tu permiso Enrique, envio el artículo a los que he dejado en Somalia, que siguen allí, navegando y trabajando duro para mantener medio Índico libre de piratas, cumpliendo con lo encomendado.

Probablemente no entenderán la alusión a Guti y a los futboleros, pero es que allí, con cuatro meses de campaña encima y sin una gota de sudor más que sacar del cuerpo, sólo se le da importancia a las cosas que verdaderamente la tienen, esto es:
El menú del día, tu turno de guardia y vigilancia y la hora de poder llamar por teléfono a casa.

Un saludo.

E. G-Máiquez dijo...

No con mi permiso, con mi agradecimiento. Un gran honor ser leído en Somalia. Gracias de nuevo, Manupé.

Y a todos. Pensé colgar mi pentimento en tu honor, Carmen, pero lo leí y 2607 caracteres dedicados por entero a glosar a Guti no merecían la pena.

Veré Leones por corderos, Verónica, y ya te contaré.

Y GdL, se me escapa por qué Vigny, al que, ay, no he leído, habría aprobado mi artículo, pero me alegro igual, y le estrecho la mano encantado, pues viene de la suya.

Anónimo dijo...

Creo que en el futbol las jugadas geniales responden a impulsos instintivos, y, después de realizadas, aparecen como la mejor opción racional y, acaso, ética. Perdón por este comentario que abandona la idea central del artículo, con la que resulta imposible no estar de acuerdo.
Jilguero

Retablo de la Vida Antigua dijo...

En su obra "Grandeza y servidumbre militar" expresa ideas similares a las expuestas por usted en el artículo. De Vigny hablaba del deber, del sacrificio callado, de la resignación en el mejor sentido del término. Recordaba, con unas palabras que impresionan, a los que caen cumpliendo con su deber y su palabra sin que nadie los tenga en cuenta.

Este libro fue muy apreciado por D´Ors al que le habría gustado, como decía en su Glosario.
"... buscar y estrechar su mano de gentilhombre, que nos alarga a través de un siglo!".

Saludos de su seguro lector.