domingo, 4 de abril de 2010

Aquí y allí, antes y después

Mi artículo me dio pena. Más que nunca hubiese querido que cada frase encerrase una felicidad, esto es, que la sintaxis fuera translúcida, pero no, ay. Luego caí en la cuenta que el artículo al menos transparentaba (o transpiraba) la disciplina, y me alegré.

Además, me sirvió para hacer un descubrimiento. La felicidad es siempre la misma aquí y ahora. La diferencia de la de los cristianos es que empieza antes y, sobre todo, que no acaba ni aquí ni más allá. Entonces volví a recordar a Chesterton y dos poemas de El fiero caballero que marcan los no límites:

................ANTES DE NACER

Si hubiese árboles altos y hierba corta
como en un increíble cuento,
si hubiese un mar azul, azul marino,
y azul celeste hubiese un viento,

si colgase del aire un fuego afable
que calentase todo el día,
si le creciese barba verde al prado...,
¡oh, qué bien sé lo que yo haría!

Duermo en la oscuridad, soñando que
hay ojos grandes y además
sombrías calles y calladas puertas
con gente viva por detrás.

Que venga una tormenta y me despierte,
y lloraré todo el derroche
de los sueños de vida que he soñado
en los imperios de mi noche...

Y si una vez pudiese caminar
por esos sueños unas millas,
sería el más alegre peregrino
del País de las Maravillas.

No me oirías palabras de desdén
ni una palabra lastimera,
si encontrara la puerta de ese mundo
alucinante, si naciera.


..............EL ESQUELETO

Ni abejorros ni ruiseñores
son tan felices como yo;
que aquí, tumbado entre las flores,
me río eternamente. No
diré por qué. Vuestro despiste
por el momento es esencial,
ya que la muerte es un buen chiste
de Dios. La gracia está al final.

[Las versiones son míos y, encima, libérrimas. Para las vv.oo. hágase cliq en los títulos.]

26 comentarios:

Judit Esteban dijo...

El primer poema es buenísimo!!

Mora Fandos dijo...

Estas traducciones caminan muy bien, ¡Chester-Máiquez!

Moro dijo...

Gracias Enrique, Feliz Pascua. Que viva Cristo.

viñamarina dijo...

Para felices, esas versiones de los versos de GKC

Anónimo dijo...

Feliz Pascua de Resurrección, que transforma la vida en fiesta perpetua, a pesar de los pesares. He oído que también Pablo VI, se despidió dando las gracias. Y es que es bueno dar gracias, no a la vida, que no es alguien, sino por la vida, a Quien nos la da y a quienes la comparten con nosotros.

Jilguero

marinero dijo...

El artículo es espléndido, las versiones, magníficas, y la queja del autor, pura coquetería, o debiera serlo.

Cristina Brackelmanns dijo...

Gracias.

El Gran Surmano dijo...

Dos poemas muy bonitos.

¿Conoce usted Pied Beauty, de Gerald Manley Hopkins?

http://poemaseningles.blogspot.com/2005/09/gerard-manley-hopkins-pied-beauty.html

Anónimo dijo...

La alegría es el sentimiento de la realidad, decía Weil. Abrazos. IP.

marinero dijo...

Aunque no estoy seguro de que haya mucha relación entre una cosa y otra, agradezco a "El Gran Surmano" que, a cuenta del texto de EGM, haya traído aquí al excepcional G. M. Hopkins. La traducción incluida en el sitio a que nos remite es, según pienso, muy inferior a la que Dámaso Alonso incluyera en su artículo "Seis poemas de Hopkins", luego recogido, creo, en "Poetas españoles contemporáneos". Esas traducciones se incluyeron también en la "Antología de poetas ingleses modernos" que en 1962 publicara Gredos, y que Aquilino Duque conoce bien; en ese libro se recogen varias versiones suyas.

Copio aquí la traducción de Dámaso Alonso de "Pied beauty", para quien no la conozca. Reza así:


ABIGARRADA HERMOSURA

Gloria a Dios por las cosas manchadas,
por los cielos, lo mismo que una vaca, berrendos,
y el punteado rosa de la trucha en el río;
por esas frescas brasas que caen de los castaños; las alas del pinzón;
el paisaje, todo manchas y piezas; el redil, el barbecho, la besana;
y los oficios, con su tráfago y orden de equipos y poleas.

Todas las cosas, opuestas y primarias, extrañas y frugales,
todo lo que oscila abigarrado, o moteado tiembla (¿y quién sabría cómo?),
-rápido, lento; agrio, dulce; nítido, oscuro:
todo lo origina, lo procrea continuo. Él, belleza sin cambio.
Alabadle.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Propongo como acto subversivo colgar el primer poema en cada casa de abortos.

E. G-Máiquez dijo...

Y el segundo, en la puerta de cada cementerio, a un lado, y al otro, éste. Tu propuesta, JSR, hubiese encantado a GKC, siempre tan aventurero. Yo, en su honor, en el tuyo y en el de tantos más, la pondré con papel celo en un sitio que me sé.

Muchas gracias por los comentarios. Qué ilusión el del Duque de Viñamarina, por maestro de traductores. Precioso final también el de Pablo VI. Y sí, un "gracias" siempre lleva, aunque sea de incógnito, un quién a quien darlas. Tampoco es manca la ilusión por el comentario de Marinero: no es coquetería, aunque las citas reconozco que son muy felices: querría que mis frases hubiesen estado a esa altura. Conozco el poema de Hopkins y sería precioso comparar versiones, como ha empezado a hacer Marinero, pues además están las de JJ Cabanillas y la de Carlos Pujol, y no sé si JA Muñoz Rojas se midió con ese poema. Es especialmente complicado y sería interesante cotejar versiones. Me lo apunto. Sí viene bien, porque el poema celebra la abigarrada realidad, en la línea de la maravillosa cita de Simone Weil.

BV dijo...

Hola Enrique:

¿No habría forma de conservar el "I know what I should do" del original en el primer poema?

Creo que la certidumbre del baby es una de las partes esenciales de todo el poema. En ese mundo loco, donde los árboles son altos, la hierba corta y el mar azul el bebé nos está diciendo que sabe lo que hay que hacer.

Además, creo que una de las virtudes del poema es sugerir lo espectacular del mundo en versos muy simples, sin que haga falta explicitarlo. El bebé no dice "qué espectáculo", sino que nos habla de una tierra encantada, que resulta ser ésta. Y si hubiera un dragón rampando por ella, el bebé posiblemente sabe ya cómo derrotarlo.

El bebé quiere nacer porque sabe lo que tiene que hacer aquí fuera (aunque luego es posible que se le olvide, como nos ha pasado a todos). Yo creo que es lo más importante que nos está diciendo, no que el mundo es un espectáculo, sino que él sabe como lidiar con él.

E. G-Máiquez dijo...

José Luis, Dios te lo pague. Qué bien visto. Es demasiado explícito lo del espectáculo. Y está muy bien ese matiz que subrayas. Voy a intentar salvar ambos escollos. Gracias.

BV dijo...

Gracias por acoger la sugerencia, Enrique. Me encanta la solución y espero que también te satisfaga a ti.

El Gran Surmano dijo...

Marinero, no tenía ni idea de que hubieran traducciones de Hopkins al castellano, por lo que simplemente puse un enlace al primer sitio que encontré en google donde hubiera una versión en castellano junto con la original para beneficio de algún lector que no supiera inglés, que puede que lo haya.

Puse el poema por dos razones. Una, como "provocación" (en el sentido más positivo del término) al señor García-Máiquez , pensando que podría disfrutar re-creando el poema.
La otra es temática. Creo que hay una clara relación entre el poema de Hopkins, una celebración del Génesis y la belleza de la Creación, y la anticipación del ser aún no nacido por participar en tal obra, por ejercer su derecho a la vida. El nacimiento de un ser humano es uno de los milagros de la Creación que más nos tocan.

No estoy de acuerdo del todo con el acto subversivo que se ha propuesto, pues, aunque la intención es buena, me parece algo beligerante, y podría ser contraproducente.

El reto, me parece, consiste en crear y divulgar obras más bellas que las del diablo (que sabe muy bien como pintar la mierda de purpurina) que puedan influir en las personas para que no lleguen a la situación de acudir a una casa de abortos. Es en la escuela, en los periódicos, en los carteles publicitarios, en la televisión, donde, creo, deberían "colgarse" poemas así.

E. G-Máiquez dijo...

Suscribo, Surmano, su último comentario hasta en las comas. Colgarlo allí no valdrá más que como desahogo y como homenaje a GK, que tiraba al activismo. La batalla hay que darla en todos los frentes y, como usted dice, con la belleza, que mueve montañas.

E. G-Máiquez dijo...

José Luis, el agradecimiento es mío y grande.

marinero dijo...

Gracias; yo mismo no conozco el inglés suficiente para poder leer a Hopkins en su original -cosa, me temo, nada fácil.
En efecto, existen a día de hoy varias versiones de Hopkins en el mercado español. A falta de poder encontrar la Antología que recordaba en mi nota anterior, y que supongo largamente agotada, es sin duda recomendable (como todas las suyas) la de Carlos Pujol para La Veleta (sin desdeñar la de Cabanillas, que en conjunto me parece inferior), aunque yo le reprocharía una tendencia al lenguaje "natural", casi conversacional, que si en otras ocasiones es espléndidamente apropiada, no me parece que acabe de sentar bien del todo a Hopkins, por allanar un poco de más un lenguaje que, en el original, desde luego no es llano.
Dámaso Alonso, en el prólogo a la Antología que citaba, dice de él "piénsese en un poeta en el que se sumaran sin repugnancia Góngora y San Juan de la Cruz". La referencia a Góngora está hecha ante todo pensando en el Góngora "difícil", por la extremada complejidad que a veces alcanza, en el aspecto formal, la poesía de Hopkins.
Con todo, Pujol es un excelente traductor, y sus versiones siempre confiables.

E. G-Máiquez dijo...

Me deslumbra, Marinero, con su información y con su tino al manejarla. A ver si al final voy a lamentar de veras ese anonimato suyo...

marinero dijo...

Pido perdón por el anonimato; mi timidez, que es grande (casi patológica), se siente cómoda en él. Creo que, sin la protección que supone a mi absurdamente sensitiva intimidad, no diría ciertas cosas; a lo mejor, no diría ninguna.
Gracias, de veras, por los elogios, dictados más -lo que los avalora- por la generosidad que por la justicia.
En todo caso, no es -mi anonimato- coartada ni pretexto para el ataque a nadie; si alguna vez lo pareciera, será culpa de mi torpeza.
En el aspecto político, que puede ser el más sensible, diré sólo que quienes piensan que los suyos, sean éstos quienes sean, son los buenos, porque los otros son los malos, no goza de mis simpatías. Qué necesaria es una perspectiva de progreso sobre las cosas, para no quedarse estancado, y qué necesaria una perspectiva conservadora, que nos recuerde que ese progreso -sobre el que tiendo a pensar con Baudelaire que el único verdaderamente posible es el progreso moral- no debe nunca hacerse olvidando lo muchísimo de valioso que tiene lo anterior, y las muchas lecciones que pueden extraerse de ello.
El mundo (¡gracias a Dios!) no es nunca algo tan simplista como una historia de buenos y malos, aunque haya en él, y en cada uno de nosotros, bien y mal.

El Gran Surmano dijo...

"En el aspecto político, que puede ser el más sensible, diré sólo que quienes piensan que los suyos, sean éstos quienes sean, son los buenos, porque los otros son los malos, no goza de mis simpatías. Qué necesaria es una perspectiva de progreso sobre las cosas, para no quedarse estancado, y qué necesaria una perspectiva conservadora, que nos recuerde que ese progreso-sobre el que tiendo a pensar con Baudelaire que el único verdaderamente posible es el progreso moral- no debe nunca hacerse olvidando lo muchísimo de valioso que tiene lo anterior"


Desde que tengo conciencia, he pensado como usted, aunque no haya sido capaz de expresarlo con tanta precisión.

Entiendo las razones de su anonimato, marinero (yo mismo soy anónimo), pero le sugeriría que haga usted públicas sus palabras en mas ámbitos que en éste.

marinero dijo...

Gracias al Gran Surmano por sus muy inmerecidos elogios. Sobre lo que dice de expresarme en otros ámbitos, le diré que en efecto lo hago -he publicado tanto poesía como prosa-, pero limitándome a la expresión más concretamente literaria. La que podríamos llamar "de opinión" -y particularmente de opinión política, o social- es terreno en el que me siento un tanto desplazado, y en el que creo estar muy lejos de lo que se necesita para hablar con algún conocimiento de causa. Cierto que eso no parece ser obstáculo para algunos (no hay más que oír, por ejemplo, a unos cuantos tertulianos radiofónicos o televisivos), pero, sinceramente, prefiero no imitarlos. Ni sé lo bastante para sentirme en condiciones de dar lecciones a nadie, ni lo bastante poco como para no darme cuenta de esas carencias mías.

El Gran Surmano dijo...

Decía Santayana que "los que no recuerdan el pasado están condenados a repetirla', pero se podría aducir que los que no son capaces de olvidarla están condenados a repetirla.
La guerra de los mártires, con la canonización de santos aquí y la exhumación de muertos allá, es un innecesario elemento de podredumbre en una sociedad como la española que necesita mirar al futuro, y dejarse de "memorias históricas".
Hay un tiempo para todo: para la guerra, y para la paz.

Quién soy yo para no respetar su postura personal respecto a la participación--pero no olvide la parábola de los talentos. No es necesario que utilice su nombre; para algo están los seudónimos.

No deje que la timidez, o la humildad (un exceso podría llevar a la soberbia) prive a otras personas, a las que pudiera beneficiar, de sus palabras; yo diría que aunque sea cierto en cierto sentido que "sólo se sabe que no se sabe nada", su corazón sabe lo que sabe.

marinero dijo...

Gracias de nuevo al Gran Surmano; me sobreestima de una manera encantadoramente exagerada. Y, en fin, dejémoslo aquí, o esto acabará pareciendo -si no lo parece ya- una batalla de flores..., y no era eso, oiga.

El Gran Surmano dijo...

No sobreestimo a usted, marinero: lo valoro. Yo no doy flores ni a la mujer que quiero, a la que sin embargo doy con una sonrisa algún tomate de la huerta y una maceta de albahaca para que ponga en la ventana de la cocina.

Considérese usted marinero o almirante, o cualquier rango intermedio. Todo el mundo debe ocupar su puesto.