En la escalerilla de la playa, a la 1 de la tarde, una conocida que baja me ofrece estas refrescantes palabras: “Qué imagen tuya tan bonita el otro día”. Pensé inmediatamente en alguno de mis artículos en el Diario de Cádiz, y me encantó el piropo con esa terminología tan técnica: “imagen”, pues las ideas no son tan mías. Pero se explicó más: “Os vi paseando, cada uno empujando un carrito, ya sin manos ni para saludar”. Ah, bueno, vale, vaya…. Y qué raro —seguí pensando escalerilla arriba— que prefiramos que alaben lo que hacemos que lo que somos. Y, de un salto, me pregunto si alguien habrá usado esa curiosidad psicológica para explicar por qué a Dios le gusta tanto que nos guste tanto la Virgen María, y no se pone celoso nunca de su culto. Lo que podría explicar también por qué le interesa mucho más la poesía, aunque hable del campo en primavera, o precisamente por eso, que la teología, sin ánimos de faltar a nadie.
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2 comentarios:
La íntima relación entre lo que hacemos y somos hace difícil diferenciar.
Y en el caso de Dios, ¿cómo conocerlo si no a través de lo que hace?; digo, por lo de la Teología.
A mi me parece que era una alabanza a lo que sois, no a lo que hacéis... Seguro que era un piropo a tu familia, no a vuestra pericia empujando carritos. Enhorabuena.
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