martes, 21 de mayo de 2013

DAFO: colapso


Tengo que hacer titánicos esfuerzos por guardar el secreto profesional, y no traer aquí anécdotas de mis alumnos. Lo malo es que a estas alturas tengo ocupadas casi todas mis fuerzas en el intento de que mi simpatía por ellos y sus circunstancias (los conozco desde hace nueve meses) no me hagan perder el juicio ni la ecuanimidad. Así que dos breves del último exámen se me tienen que escapar. ¡Uno no puede estar en todos los frentes! 

Les pedí a los de Cuidados Auxiliares de Enfermería que aplicaran el método DAFO a la posibilidad de trabajar de voluntarios este verano en la Cruz Roja en la playa. Una alumna (estudiosa, por cierto) puso en sus debilidades: "Mucho trabajo: colapso". Estando en debilidades, el colapso sería suyo, de tanto trabajar, y no del servicio de primeros auxilios. Las otras dos debilidades incidían: "Estrés", "Agobio". 

Desde la otra banda, en sus fortalezas, un alumno puso, literalmente: "La felicidad de tener un trabajo", y —noten el tono— me emocionó. Y otra alumna, en la casilla de las oportunidades de ser socorrista, escribió: "Adquirir cultura". 

¿Cómo va uno a ponerles mala nota, no? Muchas alumnas colocaban entre sus amenazas que son muy blancas de piel y que el sol…; y yo asiento: ya las veo como las princesas del cuento del guisante, tan delicadas.



4 comentarios:

Andrés Vara dijo...

Buenos días, no he encontrado otra manera que este medio para contactar con usted, por si puede ayudarme en la búsqueda de los libros de Jaime. He leído los suyos con admiración, y los hetérónimos de Jaime, pero no doy con los otros, especialmente ese último ¡Oh, mundo! ¿Dónde podría conseguirlos?

BV dijo...

Lo de "la felicidad de tener un trabajo" es conmovedor. No se me va a quitar de la cabeza en mucho tiempo.

E. G-Máiquez dijo...

A mí tampoco se me va a ir de la cabeza... ni cuando le ponga la nota.

Muchísimas gracias, Andrés por el interés por Jaime y por la generosidad conmigo. Le paso el único link que he podido encontrar.

Anónimo dijo...

Junto a la felicidad de trabajar habría que colocar la satisfacción de haber trabajado, que puede venir al finalizar la jornada laboral o cuando se abandona la vida activa. Cosa distinta es la felicidad por dejar de trabajar, seguramente incompatible con aquellas.
Jilguero.