jueves, 17 de octubre de 2013

Ah, es eso


De siempre le he dado poquísima importancia a equivocarme. Pensé que era la costumbre, que todo lo allana. Y de paso veía que así dejaba que los amigos tuviesen la honda caridad de corregirme. Pero leyendo a Dante, he caído —tan alto como en el canto XXVIII— a otra categoría: reírse de uno mismo es salvífico. 


1 comentario:

Emilio Quintana dijo...

Y a mí que lo que me gusta es el Purgatorio... "libertà va cercando, ch'è sì cara".