martes, 15 de octubre de 2013

Sin interés


Yo, barroco 2.0, siempre había deseado ponerme una calavera en mi escritorio, pero aprovechando las NT, esto es, colgar una radiografía digitalizada de mi cráneo en la pantalla de mi ordenador, memento mori electrónico. El otro día fui a hacerme unas pruebas y ahí estaba, por fin, mi cráneo en perfecto estado de revista. Como posé en la posición de Waters, tenía la boca abierta, lo que contribuía a dar mayor aspecto fantasmal a mi calavera, si cabe. Comenté todo esto con la radióloga que me había hecho el retrato, pensando —a medias con el subconsciente— que la escandalizaría quizá un poco. Pero no. La miró de nuevo como una obra de arte y dijo: "Realmente es preciosa". Quiero pensar que se trataba de un caso de extrema pasión vocacional y no que la comparaba, gratamente sorprendida, con mi superficie. Me recomendó que, para colgarla en mi despacho, me comprase uno de esos espejos con luz interior que, por lo visto, venden. Yo ya empezaba a inquietarme, y aduje que no creía que a mi mujer le hiciese gracia aquello. "¡¿Cómo que no?!", clamó escandalizada. "Si te quiere, ¿cómo no le vas a gustar por dentro, eh?". Salí de allí bastante tocado, lo confieso, y no fueron las radiaciones. 

Luego, cuando el médico estudió, de muy cerca, detenidamente, las radiografías, escribió en el informe: "Sin interés". Qué contraste, Dios mío. Y yo supe que Leonor, tan jerárquica, estaría con el médico, y no con la radióloga. 


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Misterio: que de algo sin interés salgan cosas interesantes.
Jilguero.

Anónimo dijo...

Hombre, es que hay intereses e intereses. En concreto, y en la situación que describes, el que el médico diga que "sin interés" es la mejor noticia que podía darte. Así que menos quejas, oiga.

Adaldrida dijo...

Pedazo de post. Te sales.