Me comprometí hace un siglo a presentar el nuevo poemario de Blanca Flores en El Puerto, y el libro no me llegaba. Pensé que tendría que hacerlo sin leer el original, una presentación de la autora, no de la obra. Pero tres días antes, 1ª sorpresa, llegó.
El tono de Blanca Flores había cambiado un tanto, 2º sorpresa. Le descubrí un encantador aire a Amalia Bautista:
Dije estas cosas y, cuando me vine a dar cuenta, había acabado la presentación. No, mi presentación. Subió al escenario un amigo de Blanca, Paco Luque, y cantó dos canciones muy relacionados con la poesía de su amiga. Salí encantado.
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