miércoles, 17 de junio de 2020

Rosal amarillo



Vivimos en la calle Sorolla, y yo lo celebro, porque es una manera de tener aquí, en el Extremo Occidente, la luz levantina de la otra rama de mi sangre. Tal vez por eso Carmen ha heredado un interés muy vivo en la obra del pintor valenciano. Hoy ha llegado entusiasmada con el cuadro “El rosal amarillo” de Joaquín Sorolla, porque nosotros, que vivimos en Sorolla, tenemos también un rosal amarillo.

 

 

Yo no sabía que Joaquín Sorolla había hecho un cuadro a su rosal amarillo; y me ha conmovido muchísimo. Al principio, Carmen ha pensado que compartía su emoción sin más, pero lo que ella no sabía es que yo le había dedicado un poema a nuestro rosal amarillo en Mal que bien.

 


No me digan que la triangulación no ha sido perfecta. 

Otra cosa es que lo siga siendo, porque Carmen está tan emocionada que, cada vez que me descuido, ha salido a seguir regándolo. Antes de que lo ahogue o lo pudra, quiero dejar anotada aquí, en mi libreta, la fuerza de la experiencia para un lector de poesía y la de las referencias cruzadas. Carmen había ojeado mi libro un montón de veces, pero no se había parado en este poema jamás. Ahora es el suyo preferido; como el cuadro de Sorolla de entre los suyos, es el mío; como el rosal entre nuestras plantas, es nuestra preferida.


6 comentarios:

Baltasar G.M. dijo...

J.R.Jiménez escribió también un poema a un rosal amarillo, publicado en "Arias tristes" (1903):

¡Hermano de mi alma! ¡Oh rosal amarillo,
que esta tarde de otoño te inflamas de belleza!
qué enfermo se hace el sol para tu dulce brillo,
rosal de sol, de hueso, de olvido y de tristeza!

¡Corazón, alma en flor, oh, rosal ignorado,
de rosas amarillas y perfume doliente!,
¿por qué, en este rincón de jardín olvidado,
te mustias, en un sueño de auroras de poniente?

¿Cuál ilusión errante envuelves en fragancia?
¿Quieres un sur de nieve, quieres un norte de oro?
¿A qué exhalas tan triste perfume de distancia
si tienes en ti mismo, ¡oh rosal!, tu tesoro?

Y a propósito de J.R.J, y de tu antología de poesía conyugal, Antonio Sánchez Romerallo, en la pág. XXXII de su introducción a "La realidad invisible, (1917-1920, 1924)" de nuestro poeta onubense (Tamesis Books Limited, London 1983) habla de "poemas conyugales, algunos muy interesantes" y da los números 13, 20, 23, 24, 25, 27, 32, 38, 42, 43, 45.

Dos de ellos:

23

Yo, centro de mi mundo inmenso.
Tú, de tu inmenso mundo,
centro.

¡Qué inmenso penetrarse
de tantas cosas dobles y distintas,
hasta encontarnos ambos, como uno, de los dos en medio!


27

Mujer, ¡ qué pronto
el muro opaco, fin de la ilusion,
que me pones delante, con tu abrazo,
se hace transparente !

¡Qué poco tiempo
eres el término de mi horizonte!

E. G-Máiquez dijo...

Pero qué regalos más espléndidos. Muchísimas gracias por otro rosal amarillo y por estos dos poemas y por las pistas de más.

Un abrazo.

Unknown dijo...

He leido su articulo en el sunjetivo muchas gracias por ello.. Me gustaria saber el titulo de los dietarios para adquirirlos... Juan viejo

E. G-Máiquez dijo...

¿De los míos? Es un honor que me hace. Creo que Lo que ha llovido ya no se encuentra. Sí El pábilo vacilante, en Renacimiento y, con más dificultad, el último, Un largo etcétera.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Mil gracias por ser tan amable don Enrique. Juan viejo. Compraré el editado por la sevillana Renacimiento

Unknown dijo...

Muchas gracias don Enrique. Acabo de pedirle a mi libreria de nombre octubre el de la editorial sevillana.. Mil gracias por ser tan amable.. Juan viejo