viernes, 5 de junio de 2020

Vuelve la burra al trigo


He tenido que volver a leer unas entradas de mi blogg por las dulces exigencias de un amigo editor. Yo estaba muy tranquilo tras haberme quitado, pero, al leerlo, qué sorpresa ver cuánto de mi vida y, sobre todo, de los que quiero, habría perdido de no haber estado en Rayos y truenos. Así suena muy general: era una frase de mi hijo Enrique, que me ha conmovido como un verso de Rilke. La habría perdido porque ya la había olvidado.

Mi mala memoria, y la memoria de mi abuelo, que me insistía mucho en que llevase un diario, me han vuelto a traer a estas páginas que intentaré escribir como mi vida a trancas y barrancas.

Abrimos, abramos, un nuevo sendero.


7 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Pues welcome back!

E. G-Máiquez dijo...

Qué atento. Muchísimas gracias.

Marcela Duque dijo...

¡Bien! Pues yo también a veces navego por viejas entradas de tu blog. Hace poco precisamente me topé con la de tu abuelo, que te insistía en el diario, acompañada de una cita de Carver y una de Gómez Dávila. Estaba buscando ánimos para volver a empezar a un diario...

Adaldrida dijo...

Me hace una ilusión tremenda

Anónimo dijo...

Albricias y bendiciones. No he dejado de entrar al blog buscando esos chispazos de vida cotidiana que saben a gloria. Gracias, don Enrique.

E. G-Máiquez dijo...

Qué alegría por este recibimiento inesperado. Pensé que os había aburrido a todos.

Ignacio Lete dijo...

Infinitas gracias, Enrique por esta vuelta al blogg nuestro de cada día.