lunes, 7 de agosto de 2006

Retornos (II) a "Retorno a Brideshead"

Dos de los comentarios a mi reseña de esta novela, señalan la inconsistencia del personaje de Sebastian, que no les resulta tan fascinante como pretende Evelyn Waugh, sino más bien fastidioso con Aloysius, su osito de peluche y eso.

Yo creo que la peor parte de ese fenómeno se debe a la adaptación televisiva, que como dice insuperablemente hjalbero "deforma la novela sutilmente. Sin embargo es el mejor intento que conozco de llevar a la pantalla una obra literaria". En la serie, mientras Jeremy Irons borda el papel de Charles Ryder y casi lo enriquece, Anthony Edwards (que no es ni mucho menos tan guapo como se describe a Sebastian Flyte) no logra levantar su papel, con una interpretación excesivamente apoyada en las excentricidades. Por otro lado está el problema del doblaje, aquí particularmente penoso: no es lo mismo el acento oxoniense que una especie de remedo hispánico amanerado, que no existe. La serie gana mucho vista en v.o.

Por otra parte, denunciada la culpa de la serie, tampoco hay que olvidar que la novela no va sobre Sebastian Flyte. Su fascinación es un punto de partida porque él, como se repite varias veces en la historia, es el precursor. Sucede, además, que enseguida empieza su proceso de autodestrucción. Pero lo cierto es que su encanto influye no sólo sobre Charles y Cordelia, como apunta hjalbero, sino también sobre Nany Hawkins, el peluquero, los confesores de su colegio, Anthony Blanche (en versión envidia), Bobby Mulcalster (en versión snob), el monje enfermero (en versión caridad), sobre el criado de Charles y (tremenda hazaña) sobre el hosco Mr. Ryder padre.

Lo del osito, que choca a Dal, cumple su función novelística, que es chocarnos. Para mí que sin la mediación de la película, no sería tan repelente; pero en cualquier caso, la idea de Waugh es que lo fuera un poco y que o hiciera gracia al estilo de una rima nonsense, como al peluquero, o que fastidiase a otros, como al primo Jasper, o que otros viesen en Aloysius un símbolo de la inmadurez de Sebastian, como hace Clara.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A todo eso, ¿se puede comprar en DVD la serie televisiva de Retorno a Brideshead? Gracias por la información.
Martín

E. G-Máiquez dijo...

Se puede. Aunque yo me compraría el libro.

Anónimo dijo...

He visto la serie varias veces, y ese acercamiento a la novela es su mayor virtud a la vez que, finalmente, su mayor defecto: todo lo que tiene de bueno hace que la diferencia con la novela nos resulte (otra paradoja) mucho más evidnete.

¿qué me decís de una experimental película muda en que se leyera toda la novela en voz en off.?

Anónimo dijo...

Muy cierto. Probablemente, si Sebastian me resulta tan cargante es por culpa de la serie; al menos en buena parte. Charles Ryder tampoco les quedó muy convincente. Pero el verdadero estrago lo hicieron con Bridey.

Bridey es el personaje de la novela que me resulta más interesante. Creo que Waugh pretendía hacer de él un ser puramente lógico. Podría ser un habitante de las páginas de Chesterton. Algo así como el protagonista de El regreso de Don Quijote. Es evidente que ni los productores de la serie ni el actor que lo encarnaba pudieron entenderlo. Un ejemplo: la escena en la que Bridey anuncia su matrimonio y a su hermana le entra la risa, que se convierte en llanto cuando Bridey comenta su vida en pecado. En la novela yo creo que Bridey está siguiendo simplemente el hilo de su pensamiento lógico, que tan desconcertante resulta a los demás pero que es perfectamente coherente. En la serie no parecen entenderlo y la impresión que transmiten es que Bridey le echa en cara a Julia su pecado como una mezquina represalia por sus risas.

Y esto me recuerda que leí en algún sitio de internet que no sé quién estaba buscando fondos (sin conseguirlo) para volver a rodar Brideshead Revisited, pero en plan "revisionista" o "ajuste de cuentas", es decir, difundiendo el mensaje de que los personajes habrían sido felices si hubieran conseguido librarse de su catolicismo opresor.

E. G-Máiquez dijo...

Lo del blogg compensa.
Muy graciosa la idea de una versión muda, aunque imposible. Como hipótesis, vale mucho.

Lo de Bridey se me había escapado, y es muy cierto. Te debo una.

"Retorno a Brideshead" sin el poso de lo católico sería una chorrada. Si no encuentran inversor es porque el dinero es prudente. Una prueba a favor del capitalismo, vaya.

Y mil gracias Miguel Ángel por suplir mi mal oído. Cierto que la banda sonora es muy bonita y que eso no lo tiene el libro... Aunque sí la música de la prosa, que también existe. En cualquier caso, vuestra advertencia es muy justa.