jueves, 14 de febrero de 2008

Acción de gracias

[...]

Gracias, Señor, por mis debilidades,
por el aire que piden los pulmones,
por el agua y la sed,
por mi perro guardián,
este dolor que ladra en las heridas.

Gracias, Señor,
por la luz y las sombras
que son la cara oculta de la luz,
por la noche y el sueño
que me impide temer la última noche,
por el borroso barro y por tu aliento.

Gracias, Señor, por todo y sobre todo
gracias de todo corazón por darnos
la inquieta soledad que nos unió,
por hacer necesario lo que soy,
por poner a mi alcance lo que amo.
Javier Almuzara, en Constantes vitales (Visor, 2004)

8 comentarios:

Alberto dijo...

Y yo añado "Gracias, Señor, porque Enrique nos ha traído estos versos al ciberespacio y los hemos podido conocer". Con mi marcha a vivir a Barcelona he estado desconectado durante mucho tiempo, lamento la ausencia, no por mis comentarios sino por perderme tus entradas. Espero que todo vaya bien, ¿cómo pintan las elecciones en Andalucía?.

SalU2!

Juan Antonio González Romano dijo...

Magnífico Almuzara, como de costumbre. En mi web (www.lenguayliteratura.net) le dediqué un "poema del mes" (en mayo de 2007) al soneto del "Escriba sentado", también muy bueno, ilustrado con la imagen que lo inspira.

Carlos RM dijo...

Yo también te doy las gracias por acercarnos estos versos; y me quedo con las ganas de leer los puntos suspensivos del principio.

Anónimo dijo...

Gracias, señor, por compartir el detalle.

Anónimo dijo...

Yo también quiero darle Gracias al Señor "por la noche y el sueño".
El último verso me ha parecido muy hermoso.

Seguro, Alberto, que las elecciones en Andalucía pintan tan mal como en Cataluña. Montilla (o lo que es peor Carme Chacón) y Chaves tanto monta, monta tanto.

E. G-Máiquez dijo...

Efectivamente, el último verso es estupendo, March. Quizá no me habría emocionado tanto de no haberlo leído con el recuerdo de nuestra conversación sobre Ryder, Carlos. Gracias a todos por la compañía. Ah, Alberto, de Andalucía hablaremos, ay, otro día.

Jesús Beades dijo...

¡Poemón!

Adaldrida dijo...

qué poema tan bueno... y real, ay.