jueves, 29 de mayo de 2008

El disfraz

Cansado de su belleza angelical, el Ángel vivía ensayando morisquetas delante del espejo. Hasta que consiguió la obra maestra del horror. Vino, así, a darse una vuelta por la Tierra. Y Lili, la primera niñita que lo vio, se puso a gritar de la puerta desde la casa para dentro: "¡Mamá!, ¡mamá! ¡Corre, ven a ver lo bonito que está hoy Frankenstein!"
[Mario Quintana, Cuaderno H, en Poesía Completa,
Editora Nova Aguilar, Rio de Janeiro, 2006, pág. 347]

2 comentarios:

rojo dijo...

jajajaj, me encanta, que arte tiene el quientana para darle la vuelta a la tortilla, ya lo querría yo cocinándome una cada día, saludos desde granada
el rebelde

Juan Antonio González Romano dijo...

Y es que, aunque el ángel se vista de mona... ¿O no era así?