miércoles, 28 de mayo de 2008

Caso práctico

Delito: no hago literatura.

Eximente: legítima defensa.

37 comentarios:

Adaldrida dijo...

Ole tú.

Aquilino Duque dijo...

La Thatcher y Reagan salvaron a los países del Este de un gran cautiverio, pero no del materialismo, que sustituyeron por otro mucho más letal y eficaz, el nuestro de Occidente

Ignacio dijo...

Venía a hacer un par de matizaciones. Una la ha hecho don Aquilino: yo añadiría que el materialismo es cosa más buena que mala, y que más esclavizan las creencias espirituales que por el mundo corren, sobre todo cuando entran a legislar lo material.

Otra, que no veo la correlación entre pactar con el nacionalismo y ser menos de derechas. Si miramos fuera (a Italia sin ir más lejos) veremos cómo son las derechas nacionales las que pactan con las derechas nacionalistas, con la oposición de una izquierda que defiende la solidaridad.

E. G-Máiquez dijo...

Vaya, ahora me tengo que justificar, con lo feo que queda eso.

Thatcher y Reagan también propusieron un rearme moral, sólo que sin imponer nada, sino elevando el tono, valorando los valores. O sea, y ahí estoy con Ignacio, sin oficializar creencias ni religiosas ni laicistas.

En cuanto a las derechas nacionalistas, ahí están, aquí y en Italia. Pero como me tengo que ceñir a los 2607 caracteres con espacio del periódico, he de dar cosas por sentadas, como que el alma de derechas del PP rechaza los nacionalismos (Vidal-Quadras y su heroica cuadrilla, María San Gil et al.) mientras que el neocentrismo postula el entendimiento con el nacionalismo como método de encaramarse al poder.

Ignacio dijo...

Será que esa es el alma progresista del PP, la que no cree en privilegios aunque le beneficien, la que está por la igualdad de derechos entre ciudadanos libres.

El problema es que resulta fácil confundirla con el alma reaccionaria del PP, la que trata la unidad de España como una cuestión de fe, indiscutible, inmutable, superior a la voluntad de sus ciudadanos.

De hecho hay dirigentes del PP que según los oigas por la mañana o por la tarde no sabes a qué alma adscribirlos.

E. G-Máiquez dijo...

Yo estoy dispuesto a admitir que la unidad de España no fuese superior a la voluntad de todos sus ciudadanos, siempre que fuese la voluntad de todos. Vería mucho más justo que fuera según la voluntad de todos, todos, pero, por motivos prácticos fácilmente comprensibles, aceptaría que nos limitásemos sólo a todos los de ahora mismo. Eso sí, espero que no tuvieras inconveniente en que, como argumento, pudiese yo apelar a una España indiscutible, ¿no?

Nodisparenalpianista dijo...

Brillante EGMáiquez. Añadiría a la dupla Thatchre Reagan por una parte el baluarte que supuso la figura de Juan Pablo II como referente, además de religioso, moral tanto para Polonia, la punta de lanza, como para los humanistas de los países tras el Telón de Acero que reconocieron en su cdoctrina social el anhelo de libertad que ellos tenían. En su medida, el sensato appel de Gorbachov, que probablemente consciente de hasta dónde podía llegar con un enroque inmovilista, renunció a ejecutarlo y tuvo que dejar pasar los nuevos aires de cambio.
Pero aquí el campeonísimo es Llamazares, y lo guay, el Che y los ácratas de salón.

Anónimo dijo...

Sí, el materialismo es cosa muy buena, echas cuatrocientos euros al personal y no hay quien te mueva de la silla. Al menos el "panem" del que hablaba Juvenal, era pan de verdad, del que quita el hambre. Los "circenses" también eran bastante mejores.
En cuanto a la legislación con "creencias espirituales", como no se refiera Ignacio a la simpática civilización de la Alianza... ¿O a qué llamamos "creencias espirituales"? ¿Quizá a cualquier clase de norma moral o de principio? ¿Y qué es legislar lo material? ¿legislar sobre la vida humana, sobre la eutanasia por ejemplo, o la consideración de desecho (es decir, de tirable al cubo) de los niños abortados de ocho meses?

Muchas gracias a Don EGM por el imporesionante link en el que leo esto: ...el respeto a la tradición, que vence la tiranía del tiempo y hasta la de estos tiempos, que a menudo es peor.

Ignacio dijo...

Parece que se ha perdido mi respuesta de antes. Decía que...

...claro que tengo inconveniente. España es una construcción, no una ley física. La gravedad es indiscutible, España no.

La apelación a los muertos y ese empeño en la patria como verdad revelada son dos argumentos de lo más reaccionario.

En cuanto a Ms. Thatcher y Mr. Reagan, no voy a discutir que valorasen valores (lo mismo que ZP o Evo, cada uno los que más le gustan). Lo que no veo por ninguna parte es cómo han de oponerse esos valores al materialismo, con lo lleno de valores que está.

Ignacio dijo...

cb, quiero decir exactamente lo que digo: que las creencias espirituales son para cada uno, y cuando se intentan imponer como agenda política se está incurriendo en tiranía.

(Y no me equipare el laicismo a las creencias, don EGM: el laicismo consiste en dejar las creencias en casa sin interferir con ellas)

Sigo con el materialismo (¿qué burdo argumento es ese de los 400 euros?). Yo quiero más bienestar y menos dolor para todo el mundo, más salud y prosperidad, más posibilidades de hacer cosas diferentes, más oferta de todo, más medios para llegar a ella... y libertad, el mayor grado posible de libertad individual. Todo eso es material, todo eso es importantísimo, todo eso se puede conseguir y a ello deben dedicarse los gobiernos.

La felicidad o la desesperación, la plenitud que alcance cada uno o el sentimiento íntimo e irreductible de fracaso, o la tranquila conformidad o la ambición insaciable, el sentido que le encuentre a la vida, las expectativas que tenga y las satisfacciones que consiga, las vivencias espirituales o como se las quiera llamar... todo eso es privado, nada de eso les debe importar a los gobiernos (yo al menos no tolero de buen grado a los gobiernos que se quieran meter en eso).

Y (atiendan ahora, por favor), nada en los avances y mejoras materiales va en detrimento de las vivencias interiores de cada uno. Si alguien cree que el bienestar material es enemigo de la interioridad, que estar sano y bien alimentado va a acabar con el espíritu de las personas y hacerlas peores, me lo va a tener que demostrar pero que muy bien.

Y, por cierto, estoy bastante seguro de que así pensaban Mr. Reagan y Ms. Thatcher.

E. G-Máiquez dijo...

Sí, Ignacio, tú quieres mucha libertad, ya, ya, pero claro que tienes inconveniente a que yo intervenga en la discusión con la indiscutibilidad de España o con que no tiene por qué ser tan privadín todo lo espiritual.

Ignacio dijo...

Hombre, tengo inconvenientes con el argumento, no con que lo esgrimas donde te parezca, imaginaba que eso se entendía.

Entrar en una discusión diciendo que algo es indiscutible no es la mejor manera de avanzar. O bien se tiene razón y la discusión está de más (sería idiota discrepar del punto de ebullición del agua), o bien no se la tiene y entonces hay que abandonar la petición de principio y remangarse. ¿Crees de verdad que España es indiscutible?

Ignacio dijo...

Y en cuanto al otro asunto, no me queda claro qué libertad podría yo restringir a nadie cuando exijo que los poderes públicos dejen en paz la esfera privada de las creencias.

A no ser, claro, que apeles a la libertad de imponerlas.

E. G-Máiquez dijo...

Sólo merece la pena entrar en una discusión para defender lo indiscutible.

E. G-Máiquez dijo...

España como hecho histórico es una realidad indiscutible, pero es que además es un arquetipo platónico. Otra cosa es que mis compatriotas no estuviesen por la labor de admitirlo.

Sobre el otro asunto, sólo apelo a la libertad de argumentarlas y de testimoniarlas en la esfera pública. Si hasta ahí estamos de acuerdo, mejor. Algo indiscutible que nos ahorramos de discutir.

Ignacio dijo...

Pero por dios, yo no me opongo a que se argumente en público ni siquiera el nazismo. Las ideas deben circular libremente (el aire fresco es el mejor antídoto para las ideas contrahechas o malvadas).

Pero (he ahí la trampa) no se pueden usar argumentos de fe para decidir sobre aspectos que afecten a la vida en común, porque no es un terreno compartido. No importa que las doctrinas tengan argumentos de fe al respecto del matrimonio, la pena de muerte o el cobro de interés. La discusión y toma de decisiones sobre esos asuntos sólo puede darse sobre terreno compartido, y la fe no lo es.

Si tú me dices que algo (matar a los asesinos, no matar a los asesinos, perdonar a los asesinos) debe hacerse porque dios lo quiere yo eso no lo entiendo, no lo aprecio, no lo comparto. Equivale a cero.

En cambio, si yo te digo que algo debe hacerse porque es justo, razonable y sensato, tú puedes entenderlo perfectamente. Y si no te parece justo, razonable y sensato, podrás discutirlo con argumentos de justicia, sensatez y racionalidad. A eso lo llamo terreno común, sobre eso puede construirse algo.

E. G-Máiquez dijo...

¡Pero por la Diosa Razón, ignacio, el día que me pilles haciendo trampa me lo cuentas! Yo nunca argumentaré con la fe (aunque siempre desde ella). Me aprendí bien mi Aquino, hombre. Ah, y también es trampa argumentar por narices con la falta de fe, que tampoco es terreno compartido.

Anónimo dijo...

Me gustaría intervenir tan sólo para apostillar que todos los políticos -el mismo Zapatero es buena prueba de ello- cuando toman decisiones que nos afectan a todos, parten de una visión apriorística del mundo, de una cosmovisión determinada. La de ZP es inmanente, cerrada a la trascendencia, y sobre ese apriorismo, monta toda su acción política, intentando amputar a machamartillo las creencias individuales de una buena parte de la sociedad española.

Si la Constitución del 78 tiene todos los mimbres para asegurar la convivencia pacífica de todos los españoles -de los católicos, musulmanes, judíos... y también de los que no abrazan religión alguna-, ¿a qué esa nueva vuelta de tuerca que pretende afirmar el laicismo como uno de los pilares del Estado democrático? Esa desconfianza y recelo hacia el fenómeno religioso, es propia de otra "religión", todavía más insidiosa, que pretende ignorar, arrumbando al ámbito de "lo privado", cualquier referencia a la trascendencia. Como si fuera algo malo o antediluviano.

Por favor, que se me explique dónde está la diferencia entre lo público y lo privado, cuando hasta los mismos políticos se meten ahora, dándonos severas admoniciones incluso desde las paredes del Metro, en cómo se tiene que organizar cada cuál en su casa, y cómo se tienen que compartir las tareas domésticas. Menuda intromisión, ¿no?

Y además, cuando se legisla, se parte también de un canon cultural, religioso, de valores y creencias determinado. Así sucede por ejemplo, cuando se sanciona en Occidente la ablación, o los malos tratos. Curiosamente, además, en países de honda raigambre cristiana, donde fermentó el germen de la Ilustración. ¿Hubo Ilustración, acaso, en el Islam? ZP parece pensar que sí, cuando propugna que nos aliemos con ellos.

Pobre mundo nuestro, ¿qué habría sido de él sin ZP? Aunque, para evitar malentendidos, no creo que Rajoy sea mucho mejor, más bien por las razones que apunta Enrique en su brillante artículo, al que me remito íntegramente.

Ignacio dijo...

Pues, por ejemplo, que España sea un arquetipo platónico (¡nada menos!) es una afirmación de fe donde las haya.

E. G-Máiquez dijo...

Platón, desde luego, es cuestión de fe. Razón, razón fuera de la bioquímica, poca.

Anónimo dijo...

Para afirmaciones de fe, se me ocurre la del Real Decreto que el 4 de mayo del año pasado creó la Comisión Nacional para la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas (sic), de la Vicepresidencia del Gobierno.

Si queréis reiros -por no llorar- un rato, leed el preámbulo del texto, en que se ensalza hasta la náusea el "fenómeno emancipador" vivido en estas Repúblicas de allende los mares, fenómeno encabezado por personajes del cariz de Simón Bolívar, hoy encumbrado a los laicos altares de Hugo Chávez, Evo Morales, la guerrilla colombiana (con el desaparecido Tirofijo a la cabeza), y toda esa panda de iluminados, tan de la cuerda de nuestro actual Gobierno. Dirigentes que, en otro orden de cosas, y aparte de odiarnos, se dedican a dinamitar sistemáticamente los intereses de las empresas españolas allí, las "perversas multinacionales", que no hacen más que crear empleo, y hacer aflorar unos recursos con una tecnología carísima, que, de otro modo, permanecerían ocultos e inexplorados (me refiero, claro está, al petróleo y al gas).

Pues bien, a esta gente les dedicamos unas lindezas en esa norma digna de sonrojarnos a todos. Y el dogmatismo del autor incurre en tales excesos verbales, que más parece una soflama, que una norma legal, publicada en el Boletín Oficial del Estado. Aparte de la inyección de dinero público que les hacemos. De vergüenza. Luego eso sí, ellos son los laicos, ilustrados y maduros dirigentes, ajenos a la influencia de credo alguno. Ja, ja.

Ignacio dijo...

Interesante manera, verónica, de mezclar churras con merinas.

Que las llamadas a compartir tareas domésticas y otras por el estilo son una intromisión y un coñazo, plenamente de acuerdo.

Que el gobierno esté intentando amputar las creencias de nadie es un soberano disparate. Mire por la ventana, salga a la calle, búsqueme un solo español que haya visto recortada siu libertad de creencias en lo más mínimo. Vale ya de inventarse agravios, por favor.

Para mí, mantener algo en el ámbito de lo privado no es arrumbarlo, ni esconderlo, ni maltratarlo. No trago con las confusiones malintencionadas: nadie ha prohibido ni nadie pretende prohibir que se exterioricen las creencias. Se trata simplemente de que no se mezclen con lo público, que se proclamen a voz en grito y con cornetas y tambores si se quiere, pero a título privado. Porque no son las creencias de todos.

Que se practiquen acendradamente y al pie de la letra si se quiere, pero no se trate de imponer su práctica por ley. Porque no son las creencias de todos.

Tarde o temprano tendrán ustedes que asumir que los crucifijos no pintan nada en clase ni en los ministerios, que el Nuevo Testamento no se debe enseñar en los colegios ni aplicar en el Código Civil.

No, no creo que se vayan a convencer de que eso es lo mejor, pero sí estoy convencido de que cuando haya cinco millones de alumnos musulmanes y quieran coranes y dietas puras, o cuando se reclame un derecho matrimonial privado para los fieles musulmanes (cuando, en fin, la demografía acabe de aventar su bonito sueño de un país unido en la fe) se darán ustedes cuenta de en qué consiste el laicismo y por qué es la única manera de defender la libertad de creencias.

Nadie dijo...

El punto de ebullición del agua es indiscutible tan sólo en condiciones estándar, es decir, a nivel del mar, a 20ºC y a 1 atmósfera de presión (bueno, dependiendo de qué organización las defina, hasta estas condiciones varían).Todo lo que sea diferente a eso...olvidáos de que el agua bulle a 100ºC.
Lo siento, siendo "de ciencias", no me he podido resistir.
Hala, a debatir, que está muy interesante.
Yo, por mi parte, sé que España no es un valor absoluto: las leyes de la termodinámica son las que eran antes de que el hombre existiera, y serán las que son cuando ya no estemos aquí. España, en cambio, como concepto, sentimiento o unidad, no era nada hace 10.000 años y probablemente no lo será dentro de otros 10.000; sin embargo, creo mucho más legítimo defender la idea de España basándonos en la historia, la tradición, la fraternidad y los buenos resultados, que defender su liquidación basándonos en la mentira, el odio, la imposición y el terror.

Ignacio dijo...

Je, je, eso del punto de ebullición lo pensé, pero no quise añadir las que en mis tiempos se llamaban condiciones normales de presión y temperatura por no resultar (más) redicho.

Quería traer, por volver al inicio de la entrada, un enlace de Caraballo hablando con particualr acierto de Rajoy y la crisis. Lo pego a lo bruto:

http://elblogdejaviercaraballo.blogspot.com/2008/05/los-brey.html

(en resumen, que el hombre no se ha hecho nacionalista, que le están pintando la cara y todo el mundo entra)

E. G-Máiquez dijo...

Lo de la ebullición me abre nuevos horizontes.

Entiendo que os preocupe mucho lo de los musulmanes, que os afectará más aún a vosotros, oh laicos del mundo. Pero lo dudéis, cuando llegue el momento, nos encontraréis a vuestro lado, defendiendo si no vuestras cosas si vuestra libertad para vuestras cosas. Ya verás.

Y lo de Rajoy el Inmutable, bueno, habría que convencer a María San Gil y a Ortega Lara y a Mayor Oreja y a también a los Lasalle y Gallordones.

Ignacio dijo...

La defensa contra las peores religiones no es una religión mejor, sino menos religión. O como decía el castizo, patrás ni pa coger impulso. Costó mucho sacarla del estado como para llamarla ahora por miedito.

Anónimo dijo...

Por cierto, Ignacio, que no me parecía mezclar nada con nada. Creo que todo es dar vueltas sobre lo mismo. Si dogmático te parece quien se atreve a afirmar las esencias de España, igualmente me lo parece a mí quien hace loas al movimiento independentista iberoamericano, tan sólo por el hecho de que estuvo impulsado por unos cuantos masones, profundamente anticatólicos y antiespañoles, ideología casualmente con la simpatizan y coquetean nuestros no menos dogmáticos gobernantes. No se dan cuenta de que de aquellos polvos, etc. etc.

En cualquier caso, Rajoy parece que se está creyendo este discurso, y cediendo al argumentario del pensamiento único. Peor para él.

Nadie dijo...

No, Verónica, querida...peor para nosotros.

Anónimo dijo...

Perdón, Ignacio, por alusiones aunque ya casi han prescrito: "burdo" no, "borde" puede.
En cuanto a eso que dices:
"Para mí, mantener algo en el ámbito de lo privado no es arrumbarlo, ni esconderlo, ni maltratarlo. No trago con las confusiones malintencionadas: nadie ha prohibido ni nadie pretende prohibir que se exterioricen las creencias...", sólo una cosa, porque va a empezar a diluviar, me duele la cabeza y no tengo ganas de discutir (y además pa'qué), pero mírate por favor los Contenidos Mínimos de la EpC (RD 1631/2006), donde se encuentran cosas como estas, y verás que no necesitan prohibir la exteriorización de las creencias:
-"El planteamiento de dilemas morales contribuye a que los alumnos y alumnas construyan un juicio ético propio basado en los valores y prácticas democráticas"
-"Conocer los fundamentos del modo de vida democrático y aprender a obrar de acuerdo con ellos en los diferentes ámbitos de convivencia"
-la asignatura "contribuye a la dimensión ética de la competencia social y ciudadana favoreciendo que los alumnos y alumnas reconozcan los valores del entorno y, a la vez, puedan evaluarlos y comportarse coherentemente con ellos al tomar una decisión o al afrontar un conflicto"
-"Para lograrlo, es imprescindible hacer de los centros y de las aulas espacios que ayuden a los alumnos y alumnas a construirse una conciencia moral y cívica acorde con las sociedades democráticas, plurales, complejas y cambiantes en las que vivimos"
...
Si la "democracia" se convierte en última referencia moral para el comportamiento, las decisiones de las mayorías en el único criterio aceptable, y la "enriquecedora diversidad" en el único valor estable, dime tú qué alumno/alumna va a tener las narices de cuestionar cualquier medida de un gobierno elegido democráticamente(De la Vega gusta de emplear este argumento con la Oposición; y los opositores, que no tienen doce años, se callan: ¿Quién es Ud. para llevarnos la contraria cuando hemos sido elegidos por la mayoría?), de decir ni mu contra cualquier Sagrado-Decreto gubernamental, o, lo peor de lo peor, de decir por ejemplo que es "natural" que los géneros masculino y femenino se atraigan, y que la naturaleza los ha hecho complementarios (¡suspenso inmediato, vergüenza debería darle, váyase al rincón a pensar!)
Y léete con cuidado, por favor, a ver si te siguen pareciendo "confusiones malintencionadas", los criterios de evaluación; y fíjate en que la evaluación no será de contenidos, sino de la adecuada "construcción del juicio ético", del grado de "valoración crítica", del adecuado "rechazo"...
Todo esto siempre que me sea permitido decirlo, ya que, según te leo en Baltanás, los católicos "militantes"(?)no tienen derecho a abrir la boca. Yo no sé qué crímenes he podido cometer, pero en fin...

Ignacio dijo...

A lo mejor es que estoy un poco espeso, cb, por lo que pido perdón de antemano, pero no puedo pr menos de preguntar (y no es artimaña, sino intrigada buena fe) ¿qué exactamente de los párrafos que copia le parece mal a usted?

Ignacio dijo...

Y por volver a Rajoy, copio aquí una frase que acabo de leer, de un galleguismo que me supera (yo sigo creyendo que el lenguaje debe servir para decir cosas):
Yo quiero contar con todo el mundo, quiero que el partido cada vez se adapte más a la realidad, que sea un partido reformista

Vamos a ver, don Mariano: ¿no es el reformismo en alguna medida lo contrario de adaptarse a la realidad?

Anónimo dijo...

No se haga usted el ingenuo, Ignacio.
Como le han gustado los copia-pega (que, por cierto, tan perversa es la jerga del Decreto, que, a fuerza de pegar, se me pegó y dije "género masculino y femenino" en vez de lo que quería decir: "sexo masculino y femenino", "hombres y mujeres" -palabras tabú en el currículo de la EpC, igual que "nacionalismo" o "terrorismo", y bien que hablan de convivencia, paz y resolución de conflictos-), como le han gustado, decía, le añado alguno más:
Estos son de los contenidos mínimos de Primaria, de 6 a 11 años:
"desarrollar una actitud contraria a la violencia, a los prejuicios de cualquier tipo y a los estereotipos sexistas"
"Conocer su propio cuerpo y el de los otros, sus posibilidades de acción y aprender a respetar las diferencias"
Y en los dos Decretos, Primaria y ESO, así como unas doscientas veces "construcción de la propia identidad" "construcción de una ética común" "construcción de un pensamiento propio" "construcción de un juicio ético basado en los valores y prácticas democráticas" (van a salir "arquitectos" con tanta construcción ¿no?)... También se registra unas doscientas veces la expresión "fortalecer la autonomía" (un poco contradictorio con esa insistencia en la legalidad como referente ético universal, pero qué más da, si ya saben ellos de qué clase de autonomía hablan) y quinientas veces como poco "diversidad de orientaciones afectivo-sexuales".
Si le sigue sonando bonito, y le parece fenomenal que los "criterios de evaluación" contengan "comprobar si manifiesta autonomía de criterio y actitudes de rechazo por las situaciones de discriminación hacia personas de diferente origen, género, ideología, religión, orientación afectivo-sexual" (¿por qué no incluye la discriminación por hablar español en algunos territorios de España?),"descubrir sus sentimientos en las relaciones interpersonales...", supongo que tampoco le impresionarán las declaraciones contenidas en el Manifiesto del PSOE con motivo del XXVIII Aniversario de la C.E., muy explícito respecto al "compromiso de los socialistas con esta nueva materia curricular" y respecto al papel de los poderes públicos en la "formación de conciencias libres..."; ni las de D. Salvador Giner en el Seminario sobre EpC en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales: "No se puede ser neutral, la asignatura tiene que responder a las posiciones del actual Gobierno"; o las arremetidas de Peces Barba (las últimas en El País 7.08.2007, llenas de amenazas a los padres objetores, cuyos hijos no obtendrán el grado, y a la Iglesia, a la que habrá que poner en su sitio; y en El País 19.09.2007, en el que nos dice que el art.27.3 de la CE en el que amparamos la objeción a él le trae al fresco, porque el que vale es el 27.2, y sólo el segundo párrafo, que somos unos oscurantistas y no nos enteramos de nada).

Anónimo dijo...

Cb, no insistas. Decía Julián Marías: "No intentes convencer al que no se quiere convencer".

Ignacio dijo...

Pues veo que por un lado está el programa de la asignatura, en el que me cuesta trabajo encontrar nada objetable, y de otro los intentos del gobierno por instrumentalizarla a su favor (por des-neutraalizarla).

No veo problema en plantear una actitud de vigilancia desconfiada ante la aplicación, pero sigo sin encontrar razones para oponerse a la idea.

¿Es malo ser autónomo, es malo desarrollar un criterio propio, una actitud crítica? Lo será para los dogmáticos, para los que creen que no hay que pensar sino acatar voluntades superiores.

¿Es malo considerar con respeto al que es diferente? (sin contar con que todos los somos, nadie es igual a nadie, a dios gracias). Lo será para los que se consideran a sí mismos modelo de normalidad contra el que los demás han de medirse.

Si lo que a usted le molesta es eso, pues entiendo que se oponga a la educación. Me parece poco, de hecho: debería oponerse a la libertad de prensa, al parlamentarismo, a cualquier resquicio por el que puedan colarse las ideas distintas a las suyas. Porque son peligrosas, contaminantes y contagiosas. Han acabado triunfando siempre allí donde han entrado.

(Y si, en cambio, lo que le preocupa es esa cláusula idiota sobre explorar el propio cuerpo, pues qué quiere que le diga: está montando un pollo sobre una dezmillonésima parte del temario que, además, es nuy fácil que no se dé en ningún centro y seguro de toda certeza que ni se planteará en los concertados)

Anónimo dijo...

No sabía si era usted un alma cándida o si es que le iba la marcha del adoctrinamiento y seguramente por las mismas razones que a ellos; ahora me inclino por lo segundo.
No es desde luego lo mismo, aunque a usted le interese pasarlo por alto, respetar a los diferentes -que puede usted estar seguro de que los respeto sin tener que cursar EpC para hacerlo- que proponer como modélica y "enriquecedora" la
diferencia.
Y esa libertad de la que usted habla, es precisamente la que yo defiendo y la que ponen en peligro todos los que, como ellos y como usted, se empeñan en descalificar, ridiculizar y reeducar al disidente. Mire usted, la Diosa Mayoría tiene su trono en el Parlamento, y ya le basta, pero a mis hijos ni ella ni Peces Barba me los van a reprogramar. A no ser que los colectivicen, que cualquier día. También se planteaba usted la oportunidad de la cosa en el blog de E.Baltanás el otro día.
Saludos y gracias a Verónica, que
tiene toda la razón del mundo.

Ignacio dijo...

O sea, que efectivamente usted cree tener la patente de la normalidad y considera que las diferencias son malas (tolerables a lo sumo, haciendo un esfuerzo).

Bien, no hay más que hablar.

Anónimo dijo...

No, querido, lo que quiero decir, que no lo acaba de pillar y como se descuide, cuando acaben con los niños, le van a dar a usted el curso de EpC, es que la diferencia existe. Respetabilisíma pero diferencia.

Ya le digo, ándese con ojo que lo de la diferencia (y la normalidad) también es tabú. Repitamos juntos, please: No hay diferencia, no hay normalidad, sólo hay una "enriquecedora diversidad".

El resumen lo clavaba la camiseta que llevaba el otro día el bajito de los Morancos: Por delante decía "ser hetero también es guay...", por la espalda continuaba "...pero menos".
Sobresaliente en EpC. Ellos sí que lo han pillao.

Y no me sea usted cansino, hombre, don Ignacio, que esto ya raya. Y además no tengo la menor duda de que percibe de sobra el tufo totalitario del Estado metiéndose en los colegios a formatear conciencias, sólo que, como cojea del mismo pie anticlerical que ellos, prefiere mirar para otro lado.
¿Recuerda aquel archifamoso texto de Brecht de "primero vinieron a por los judíos...". Pues eso. Y ahora sí que le dejo campo libre para que me ponga a parir a discreción, que yo por aquí no vuelvo. Saludos cordiales.