lunes, 4 de octubre de 2010

Manifiesto Más Mas

Observo con manifiesta preocupación cómo la conjunción adversativa "mas" se usa menos y menos y va quedando arrinconada en el arcaísmo, ángulo oscuro. Malo. No disponemos en España de tantos monosílabos como para ir desechándolos así como así. Un monosílabo puede salvarte un verso, y no sólo para que los acentos --un poquito para aquí, un poquito para allá-- caigan en su sitio, sino porque adensa la expresión. Los lectores de poesía inglesa lo saben bien.

Aún más, pensar es discrepar y cierta variedad adversativa es fundamental para no repetirse con el pero, pero, pero, pero...

Pero más todavía. Si dejamos que esa palabra se hunda en el arcaísmo, cuántos poemas estupendos se nos cubrirán de una fina capa de polvo. Si mantenemos vivo el "mas", estamos defendiendo también a la tradición, que mejor si  no nos suena acartonada donde el autor fue coloquial.

Por tanto, propongo usar el "mas" más. A la mínima oportunidad. Al principio, chocará un poco y habrá que recurrir a la ironía, mas con el tiempo, si no desfallecemos, lo habremos salvado. Habremos prestado un servicio a la riqueza del idioma, a la poesía del futuro (que falta le va a hacer) y a la poesía de siempre.

18 comentarios:

Ignacio dijo...

Pues no estoy de acuerdo. Es verdad que cuando uno anda contando sílabas el recurso del mas puede parecer una tabla de salvación, pero creo que no hay que agarrarse a ella. La lengua está viva y va dejándose, como los reptiles, lajas de piel atrás: el mas es ya un peso muerto, no me parece recuperable sin caer en retórica y arcaísmo.

Y, sin embargo, (no sé si me contradigo o no) no me interfiere en la emoción siempre renovada de leer "mas no desotra parte en la rivera..."

E. G-Máiquez dijo...

Nuestra diferencia, querido Ignacio, es de matiz, para variar. Yo creo que aún no está muerto del todo, sino sólo en coma, como el punto y coma. Con la sal de la ironía y un poco de retórica bien entendida, quizá podamos recuperarlo. Y salvar cualquier cosa siempre está bien.

La cosa es que la emoción se tiña de arcaismos, esté de algún modo en desatra parte de la rivera del tiempo, que si lo está, que remedio, claro, pero mejor, digo yo, leer, si se puede, el poema como fue escrito. Mas vamos, tampoco sé si me contradigo o no.

marinero dijo...

Yo creo que, en efecto, el "mas" está ya en una ribera (con "b") del tiempo escasamente recuperable; pero, en cualquier caso, eso no dependerá de nosotros. No pienso que el idioma lo hagan los escritores. Influyen, pero muchísimo menos que el hombre de la calle, el sermo vulgaris. Prueba de ello es que, si hablamos español, es porque fuimos lo bastante burros para "estropear" el latín hasta ese punto.
La intención de un escritor tan valioso como Azorín de recuperar ciertos arcaísmos se queda allí, en su prosa -tan bella-, pero sólo allí y en los círculos, cada vez más exiguos y especializados, de donde los toma.
En Quevedo no hay arcaísmo porque es otra lengua; quiero decir, la leemos con otra mentalidad, y en ella caben cosas que no cabrían en la apropiada para leer a un autor moderno.

Juan Ignacio dijo...

Dele nomás con el mas...

ACdR dijo...

Lo suscribo (el manifiesto). Eros es más, mas logos no es menos.

Miriam dijo...

Mas, si más usamos el mas, ¿perderemos al pero?

E. G-Máiquez dijo...

El "pero" es invencible, Miriam. Otra cosa es el "empero", y el "no obstante"...

¿La decadencia de los adversativos será porque estamos en una sociedad cada vez más acomodatacia?

Juan Ignacio dijo...

"¿La decadencia de los adversativos será porque estamos en una sociedad cada vez más acomodatacia?" ¡OH!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ah, cuántas veces he lamentado que el mas suene ya a antiguo. ¿Y qué me dice usted de lo larguísimo que es para un verso el "para que" y todas las ilativas menos el "pues". Yo me sumo a esta campaña.

Ignacio dijo...

Mea culpa por esa rivera con uve, indigna de los remos de Caronte.

Tanto más cuanto, por usar terminología cara a esta casa, he inducido a pecar al anfitrión con mi mal ejemplo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Tanto pero, pero, pero, es verdad, puede acabar sonando a porompompero (lo siento, no he podido resistirme), mas no veo yo del todo claro que el "mas" sea recuperable. Es verdad que viene bien para la métrica, mas... ¿no corremos el riesgo de que acabe sonando a recurso fácil, como cargar de yos, tus, yes (me refiero a las conjunciones copulativas, claro) y otras formas expletivas?
Me temo que hasta que el uso de "mas" no sea generalizado, sonará siempre a recurso. De hecho, el Panhispánico afirma sobre "mas" que "su uso es hoy literario y arcaizante" (le ha faltado decir aquello de "valga la redundancia").
Sería hermoso mas no sé, no sé...

E. G-Máiquez dijo...

Hombre, Ignacio, que no se diga que los jesuítas te enseñaron mal la teología moral. Una uve no es pecado, y menos si es siguiéndote...

El porompompero está muy bien traído, JAGR. Y parte de la gracia de usar el mas será usarlo, mas sin caer en el arcaísmo ni en el uso literalizante. No digo que sea fácil, pero como me decía un amigo hoy, hablando de otros asuntos: "pero para eso hemos estado desde siempre los españoles, los verdaderos, en el mundo: para pelear. A veces incluso por causas que no son "nuestras" pero que son, ay, tan bellas..." Esta no es tan bello como la que el dice, pero, como sabe Cotta, es bonita.

Anónimo dijo...

Si no se recuperara para el habla usual, el "mas" bien puede quedar como un cultismo propio del lenguaje poético. Quizás convenga distinguir entre cultismo y arcaismo.
Jilguero.

José María JURADO dijo...

Yo uso mucho el mas, "si bien" cada vez menos, porque menos es más.

Según el caso puede ser natural.

Lo "que" hay "que" hacer es acabar con los "que". ¿Qué?

Anónimo dijo...

Tan sólo de leer tanto "mas" es estos comentarios, ya me empieza a sonar familiar, y sin mucha necesidad de ironizar como propone Enrique temiendo tomar al toro por los cuernos... Quizá si los guionistas ayudamos un poco, podemos fortalecer la campaña, mas no sé si me atrevo poner mases en la TV...

Por cierto, en el caso del inglés, la simplificación actual parece haber nacido de una red de influencias de ida y vuelta entre la gente en la calle, Hemingway y el cine...
El cambio está registrado: Wyndham Lewis, inglés y canadiense a la vez, critica el "idiotismo" de Hemingway... Y Hemingway critica a su jefe Ford Madox Ford por hablar como libro... Y el único que era amigo de los tres era Pound, y él sí que es ultramoderno y arcaizante a la vez... En fin, el mas vale pena.

ALFREDO FD

E. G-Máiquez dijo...

Oh, oh, qué comentarios.

Efectivamente, Jilguero. Muy buena distinción y no puede ser más inquietante: una sociedad que confunde cultismo con arcaísmo. Huy.

Y sí, JMJ, hay que poner el "mas" con contexto de cara. Apasionante tema el ·que·. A mí me lo han afeado alguna vez, y reconozco que los uso mucho, pero nuestro Mario Quintana decía que son los huesesillos que articulan el esqueleto de la prosa; y aunque no es una imagen muy lírica, es clara. Mas de alguno quiero quitarme. Gracias por la propuesta.

Marcela Duque dijo...

Precisamente hoy me han enviado al mail una iniciativa genial, muy en esta línea.

http://savethewords.org/

Al parecer, los editores del Oxford University Press están preocupados por que muchas palabras inglesas están desapareciendo por la falta de uso. Así que la idea es que quien quiera adopte una palabra y empiece a usarla más. Además la idea viene con toda la parafernalia incluída: puedes hacer camisetas con la palabra escrita, carteles, murales, etc.

Yo he descubierto palabras deliciosas como: ruricolous, teterrimous, embolimaeal.

E. G-Máiquez dijo...

Gran comentario de AF-D, que desenmascara mis pudores. Tampoco es manco el de Marcela Duque. Nunca había pensado asociar mi MMM (Manifiesto Más Mas) a esa costumbre de apadrinar palabras. Y pensado ahora, sí, y es mejor elegir una conjunción, aunque sea adversativa, que un sustantivo. Con el sustantivo siempre se corre el riesgo de parecer que escoges las cosa en sí, mas con la conjunción optas por un hábito de pensamiento, por una posibilidad expresiva, por un matiz del lenguaje. Por si alguna vez me preguntan, me lo guardo.