miércoles, 19 de junio de 2013

Lo más difícil


Lo más difícil de ser profesor (no lo más tedioso, que es el papeleo) es cuando un alumno viene y te reconoce que su suspenso es justo. Lo miras sin saber si estás soñando, pero se da un golpe en el pecho y ves que es realidad. Y añade, más o menos, mea culpa, y tengo que morderme la lengua y agarrarme la mano y apretar la mandíbula para no aprobarlo más o menos ipso facto. Por Sócrates, desde luego, pero también por uno mismo. Lo más importante del curso se lo ha aprendido bien. Lo demás es menos trascendental y, por supuesto, mucho más fácil. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta cuando en entradas así de contundentes pone: NO hay comentarios. Comno si todos asintiésemos, ipso facto también. Tienes razón, lo más importante lo aprendió, pero la letra pequeña de la lección es la que le ayudará en la vida, y en esa...
Tu, nada, a suspender. Ay!
J

Kris Kelvin dijo...

Lo demás, además, se olvida pronto; pero lo que ha aprendido su alumno no se olvida nunca.
Enhorabuena al alumno y por supuesto al profesor.

Adaldrida dijo...

Cuánta razón, y solo los profesores lo sabemos.

Anónimo dijo...

¿Aún existen alumnos así?