domingo, 6 de agosto de 2006

La política

Tenía planeado escribir un artículo sobre la política. No se asusten; o asústense más: me refiero a la familia política. Empezaría recordando el adagio que nos aconseja no hablar del tema, pero replicando que, después de pasar tantas horas con ellos, quién se calla.

Como mal menor, lo prudente sería, para evitar redundancias, no hablar de política con la política. Yo eso lo había conseguido hasta ahora parapetándome detrás de un libro o haciéndome el tímido, pero desde que escribo artículos de opinión, estoy perdido. Cuando llego a la reunión, todos saben ya qué pienso de Zapatero, y hay que dar largas e inútiles explicaciones.

Se podrían hacer dos apuntes más generales y abstractos. Primero, que cierto desencuentro es normal si caemos en la cuenta de que a uno, como dice la canción, le encontraron en la calle y es, además, de su padre y de su madre. La segunda reflexión sería caer en la cuenta, precisamente, de que algo tan natural, tan entrañable, tan cariñoso como es la familia propia resulta inconcebiblemente la familia política de nuestro cónyuge.

Con esas ideas, y un poco de inspiración, se podría lograr, creo, un artículo aceptable, con su dosis de dramatismo, y hasta de tragedia y tal vez un poco de humor (negro). Ayer fui a pasar el día entero con ellos y, como ya lo tenía decidido, alevosamente cogí la libreta mental para ir apuntando detalles que le diesen realismo al texto, adjetivos exactos como dardos, anécdotas sabrosas…

Sin embargo, fueron encantadores, pasaron un tupido velo por mis inaceptables ideas políticas, comprendieron que derramara el vino en la comida y hasta parecía que no lamentaban demasiado que mi mujer hubiese escogido así.

A la vuelta pensaba que nunca seré un buen periodista, porque dejo que la realidad me arruine una noticia o, en este caso, una columna. No escribiré el artículo de marras.
[Publicado hoy en las páginas de verano del "Diario de Jerez"]

15 comentarios:

Enrique Baltanás dijo...

Este artículo diciendo que no escribirás el artículo es un pedazo de artículo. De los que yo prefiero.

Anónimo dijo...

Hombre, Enrique, una columna no es una noticia, siempre que no faltes a la verdad, puedes adornarla un poquito con algo de exageración por aquí, una pizca de fantasía por allá...yo lo he hecho hoy, je, je.

E. G-Máiquez dijo...

Baltanás, me solucionas un problema. Fiado en tu palabra, lo mandaré al Diario de Jerez. Gracias mil.

Carlos RM dijo...

Coincido con Baltanás: pedazo de artículo. Claro, oscuro...

E. G-Máiquez dijo...

Así será si así os lo parece. Y como me habéis convencido de que mande este pedazo o trozo de artículo al periódico, lo quito de la entrada. No está bien que en el Diario de Jerez me paguen por una pieza que no sea inédita. En cuanto que la publiquen la repondré en su sitio. Gracias.

Juan Ignacio dijo...

Nos guardamos los comentarios específicos, los que llegamos a leerlo.

manolotel dijo...

¿Me podrías decir que día saldrá?
Supongo que lo podré comprar en Cadiz que es donde, por el momento moro, pero me ha picado la curiosidad y no me importaría ir a Jeréz.

E. G-Máiquez dijo...

Bien por tu discrección, Juan Ignacio.

Y gracias por el interés, Manolotel. Pero no te preocupes: el día que salga lo volveré a colgar del blogg. Es sólo por guardar el orden de los factores. Y buen veraneo en Cádiz.

Corina Dávalos dijo...

Pues nada, cuando tus lectores de pago te hayan leído espero que vuelvas a ponerla a mano, para tus lectores de gorra.

Anónimo dijo...

Pues ea, a esperar.

E. G-Máiquez dijo...

Cierto que esta entrada ha quedado un poco grosera, haciendo esperar a este puñado de amigos. Lo siento. Como consuelo, pensad que os sirve para experimentar (en cabeza ajena) la paciencia que hay que tener desde que se envía el artículo hasta que te lo publican.

Buentes dijo...

Enrique siempre con una capacidad para sorprender desbordante... Aquí uno más que está deseoso por leer lo que nos es ocultado... jejejeje.

Inma dijo...

Yo tuve la suerte de leer el artículo antes de su desaparición en el blogg...(ups! e incluso lo hice público durante mi comida familiar. Enrique: lo siento).

El interés que ha despertado la escueta entrada donde se da noticia de lo que estuvo pero ya no está, confirma el excepcional poder de sugestión de lo semi-oculto.
Pienso también que el elevado porcentaje de varones que preguntan por el artículo, indica que la "curiosidad" no es patrimonio exclusivo de las mujeres...

E. G-Máiquez dijo...

Tras tanta expectativa, la entrada no dejará de chafar a alguno. Pasa como con los buenos anuncios y es que la clave la vio, justo arriba, nuestra impagable Inma: "El interés que ha despertado la escueta entrada donde se da noticia de lo que estuvo pero ya no está, confirma el excepcional poder de sugestión de lo semi-oculto." Lo malo es que no hay nada oculto (o semi) que no termine desvelándose, ay...

Juan Ignacio dijo...

Ya la había leído. Es muy pintoresca la entrada y me agarro de algo que me trajo recuerdos:

La segunda reflexión sería caer en la cuenta, precisamente, de que algo tan natural, tan entrañable, tan cariñoso como es la familia propia resulta inconcebiblemente la familia política de nuestro cónyuge.

Me hizo acordar a un libro que leí antes de casarme que decía algo así. Se suele decir: "la familia de mi cónyuge es rara", y no se la entiende, y se la critica mucho. Claro, es bueno caer en la cuenta que esto aplica también para mi cónyuge. Y para mi cónyuge, "la familia de mi conyuge" es mi familia, y por lo tanto, es rara.

Las familias son muy distintas, más o menos, pero distintas. Y la del otro siempre es rara.