jueves, 7 de junio de 2007

Reajustes en el Gobierno

La lástima de mi artículo en el limbo es que proponía un cambio al frente del Ministerio de Justicia de gran provecho para la nación. Laura Capmany había sugerido, en un romance publicado en ABC, que Mariano Bermejo se largase del Gobierno para dedicarse en exclusiva a la poesía, lo cual demuestra escasísimo amor a la literatura por parte de Laura, que parece mentira con ese nombre tan petrarquista. Fue entonces cuando yo lo vi claro: lo mejor era hacer ministro a Víctor Jiménez, del que no sé nada en absoluto. Seguro que peor ministro no lo era, y sin embargo, ya puestos, qué bien quedaría para la tribuna del Senado (o en cualquier otro sitio) este sonetillo de su libro La taberna inglesa:
........................OTRA VEZ ÍCARO

Todo pasó en un vuelo.
No sé ni cómo ha sido.
Siempre había tenido
los dos pies en el suelo.

Y enredado en su pelo
y en sus ojos hundido,
sin subir, he subido
de repente hasta el cielo.

Y me preguntas hoy
qué haré al caer, qué voy
a hacer cuando se vaya.

De momento, volar.
Después, que arroje el mar
mis sueños a la playa.

4 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Ya que lo de Bermejo va a quedar sin comentario, habría que precisar que no sólo atentó contra la poesía, es que además dijo que fue estudiando griego cuando le dio por ello (lo que el denomina 'escribir poesía'), con lo que la ofensa a ese venerable idioma es enorme: ¡culpar al griego de perpetrar ripios y pensar que son poesía!
El poema que pones no se aprecia bien ni a la primera ni a la segunda; luego resulta que tiene muchas referencias de fondo y a la vez una sencillez bonita.

E. G-Máiquez dijo...

Yo creía que la culpa era de Aznar, siempre. Bueno, consuela ver que a veces es de los griegos: qué erudición, Dios mío, en ventilar responsabilidades.

A mí del poema me gusta eso, su sencillez emocio-resignada y sus referencias. No caí (ni como Ícaro ni como nada) en que costase de entender sacado del poemario, donde la historia de amor, efectivamente, te pone sobre aviso.

Anónimo dijo...

Sí, es verdad, en la tercera lectura dice mucho más que en la primera en la que parece un poemilla más y luego tien mucho mucho...voy a por la cuarta!!

Luis dijo...

Ósea que para esto de la poesía, no valen las prisas ni la lectura apresurada. Primero leer y luego volver a leer... hay cosas que de obvias son difíciles. Gracias.