miércoles, 10 de junio de 2009

12:26 a.m. AP-4 Sevilla-Cádiz

La amistad silenciosa de la luna
(cito fielmente a Borges) me acompaña.
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12 comentarios:

Jesús Beades dijo...

Y el trasnoche indebido de mi pantalla te acompaña.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Enrique, me dio alegría y fervor, poder verte.

He escrito algo, tú has sido, más práctico, digamos, ya que has sufrido el coche.

Un abrazo y felicidades.

Un placer.

Juan Ignacio dijo...

Mientras se esperan anécdotas de la presentación del nuevo libro, completamos nuestra imagen de un Enrique García-Máiquez moderno. Si ya es pionero al hacer libro un blogg, más lo es posteando mientras conduce.

E. G-Máiquez dijo...

Continúo bajo los efectos de la luna (casi) llena. Cuando ha sonado el despertador a las 6'15, Leonor me ha dado permiso para seguir durmiendo, que me acosté tarde, pero me he oído contestarle: "Bueno; esta noche será otro día".

Enrique Baltanás dijo...

Celebro que llegaras bien a casa, y en tan buena compañía.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Gracias por el rato de charla. Siento que hayas tenido que trasnochar. Menos mal que la luna siempre es un consuelo para poetas. Ex corde, Cotta

José Luna Borge dijo...

Sí, amigo Enrique, y también:

El abrigo humilde del silencio.

JLB

Carlos RM dijo...

Qué gran amiga, la Luna (con ele mayúscula). Y qué ganas de leer una crónica de la presentación. Enhorabuena.

Javier de Navascués dijo...

A mí me pasa igual. La luna en el autopista Sevilla-Cádiz es íntima y especial, no sé por qué. No sólo es la luna de Borges, que esa luna él no la llegó a ver.

E. G-Máiquez dijo...

Oh, Navascués. Cierto, cierto. A veces la poesía nos hace ver cosas que teníamos delante. No había caído yo (o subido yo) a esa luna especial de nuestra AP-4, pero es totalmente verdad, una verdad indemostrable. Gracias por señalármelo.

Alvaro dijo...

Yo no sé mucho de Borges, pero cada vez que me acompaña esa luna del autopista, es que a algún sitio estoy llegando tarde.

E. G-Máiquez dijo...

—Oh Álvaro, —hypocrite lecteur,—mon semblable,—mon frère!