Enrique:
Por favor, envíame los artículos a este dirección. Me gustaría haber leído el de la "fiesta-sorpresa" siempre me ha parecido una idea espantosa. A M. prácticamente desde que la conocí, le avisé que lo que jamás debía hacer, pase lo que pase, nunca jamás es una fiesta sorpresa. Si me organiza una fiesta sorpresa seguro que llegaré tarde a casa (como siempre), y por descontado, ese día llegaré cansadísimo, sin ganas de cenar, solo queriendo acostarme y hasta mañana. En fin envíame tu artículo, porque el otro día me contaron que al pobre B. C. le organizaron una por su cumpleaños (tiene 5 niños), dicen que salió tarde del despacho, recogiendo y llevando niños al tenis, cumpleaños, clases particulares, etc... Y cuando llega a su casa
"to reventao", enciende la luz y se encuentra el hogar lleno de gente. ¡Me cago en diez! ¡Qué putada! Un tío harto de trabajar con cinco niños, y un día entre semana fiesta sorpresa. El personal está completamente loco... B. me contaba que le hizo mucha ilusión... ¡No me creo ná!
Después de haberme definido "ligeramente" enemigo de las fiestas sorpresa y esas horteradas, espero que tu artículo será tirándole a este tipo de eventos (por si acaso ya voy suavizando). Aunque sea a favor de las fiestas sorpresa, envíamelo.
Un abrazo
jueves, 19 de noviembre de 2009
Ley de Murphy
De todos los artículos anti jolgorio que citaba en mi columna de ayer sólo uno no lo había escrito, sino que lo puse llevado por mi entusiasmo (o al revés). Ese único artículo es el que me pide (naturalmente) un buen amigo, compañero de piso de Pamplona, donde no se dio jamás ninguna fiesta-sorpresa, ni de las otras. Como artículo valdría su propia carta. Así que hoy, como no podría ser de otro modo, la entrada me la escriben:
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4 comentarios:
Me recuerda a los exámenes del colegio... si no te estudiabas UNA SOLA pregunta... ésa caía. jeje
Enrique, ¿este amigo es A.R-H? Lo digo por su estilo literario... salado y dulce como un buen desayuno, y con más razón que un santo (siempre me ha encantado este dicho, je, je).
J
pd. Perdón por lo pueblerino de la pregunta.
Oh, Jaime... ¡es S.P.! y tenía una viva ilusión en que tú adivinaras quién era él. Bueno, es un hombre curtido y podrá sobrellevar el chasco.
Antes de irme de viaje me vuelvo a meterme intrigado y... oh..., ah... Qué torpe he estado. El gran Pzz. Preparo una galería de retratos poéticos y él tendrá que salir por supuesto... Y yo sin conocerle.
Qué decepción de mi mismo. J
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