miércoles, 13 de enero de 2010

Puntos suspensivos

El punto de equilibrio lo he perdido. Todo me sale o demasiado grave o demasiado frívolo. Y así no vale.
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Escribir mal cuesta más. Encima.
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Correcciones: carraspeos.
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Profesionalizarse.- Pasar de tener algo que decir a tener que decir algo.
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Ventaja del bloqueo del escritor.- Con qué puntualidad temblona de segundero he vuelto a mis clases. Y qué agradecimiento hasta las lágrimas de mendigo [sí, de mendigo] pensar en la nómina. Y en la ingenua atención de los alumnos...
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Leo en Qohólet, 5, 2: in multis sermonibus invenietur stultitia; y, acto seguido, en Act 18, 9: Noli timere, sed loquere et ne taceas. No sé a qué carta quedarme. La Providencia me acuna entre mis dudas.

20 comentarios:

Trampolínk dijo...

O demasiado frívolo y demasiado grave a la vez, que puede ser y es peor.

Corina Dávalos dijo...

Hoy, ni frívolo ni grave, sencillamente celebrativo. ¡Feliz cumpleaños! (El de profesionalizarse me ha encantado...)

Ángel Ruiz dijo...

¡Oh, vaya, feliz cumpleaños!
Y me alegra mucho que te arrepientas de anteriores juanmanuelpradismos y javiermarismos columnísticos. Tú donde brillas es en lo lírico-celebrativo y confesional-humorístico.

Viñamarina dijo...

Envidio cordialmente los aforismos cuarto y sexto, que es lo que distingue al cronista del mero foliculario.

Juan Antonio González Romano dijo...

Primero, feliz cumpleaños. Segundo, feliz entrada. Y el equilibrio acaba por reencontrarse. A veces tarda, pero vuelve. Yo creo que lo voy reencontrando, por fin, ay.
Un abrazo. Y otro.

domingovallejo dijo...

Felicidades.
Buen equilibrio en la cuna de la Providencia

Jesús Sanz Rioja dijo...

Felicidades. En efecto, es curioso lo poco que tienes que decir cuando no te has obligado a decirlo.

Anónimo dijo...

Me uno a los demás en la felicitación, y en mi caso la hago doble, ya que, según afirmas, "escribir mal cuesta más". Juro por todos los dioses que a mí me ocurre precisamente lo contrario: me es facilísimo escribir mal, y en cambio me cuesta horrores hacerlo bien (suponiendo que alguna vez lo consiga, que ésa es otra). Así que admiración, asombro y envidia: quién pudiera.

Juan Ignacio dijo...

Felicidades por el aniversario y por la entrada.

Lo de profesionalizarse, genial.

Y qué bueno eso de "la Providencia me acuna entre mis dudas". Es difícil decir "todo" pero no hablar "de más".

Como sea, hay que distinguir entre el valor para hablar y la moderación. Con lo que cuesta decirse no pecaremos nunca de exceso, mas es fácil excederse cuando no es materia grave lo que se habla.

María dijo...

Bueno, no me parece frívolo lo que escribes de Mrs. Robinson. Ni en el enunciaado de la anécdota, más escueto imposible, ni en el de la categoría donde dices:
"lo que criticamos tiende a salirnos en la cara a las primeras de cambio" y a menudo es incluso al contrario: proyectamos nuestras debilidades en los demás y es ese fallo el que vemos y, por tanto, criticamos: vemos la mota de polvo a causa (no a pesar) de la viga...
y también "Nunca hay que atacar a las personas por muy equivocadas que nos parezca que estén, sino a los errores. Por caridad, claro, pero también por prudencia."
Buen consejo: ni grave ni frívolo.
Muchas felicidades.

Cristina Brackelmanns dijo...

¡Muchas felicidades, Enrique!

Tú siempre tienes algo que decir, porque "ex abundantia cordis os loquitur".
De todos modos, decirlo a fecha fija y con las líneas justas, tiene que ser un trago. A mí, bien lejos de la literatura, basta que me pidan "cuéntame algo" para que me bloquee, y que no me lo pidan para que me ponga a incordiar.

Machado, que decía que "la poesía no puede ser profesión sin degenerar en juglaría" (me lo has recordado, lo leí hace poco en el Blog "Abel Martín" que enlazaba ARP), debía de sentir la misma gratitud cuando sacaba el libro de francés en su instituto.

Un abrazo y feliz día.

Anónimo dijo...

Muchas felicidades Enrique y gracias por esos aforismos entre asteriscos suspendidos.
BB

PEPA dijo...

Querido padrazo.MUCHAS FELICIDADES.
Vengan años, y años, y más años... ! para disfrutarlos !.MIL BESOS

Anónimo dijo...

Habría que intentar celebrar los cumpledías.
Jilguero

Anónimo dijo...

Los aforismos no desmerecen, y el artículo no me parece ni frívolo ni grave. Lo que pasa es que tenías ganas de ponerte en cuarentena, para meterte más en el papel añoso. Y ¡feliz cumpleaños!, por supuesto.

E. G-Máiquez dijo...

Muchísimas gracias a todos, y a AnaCó, la primera.

Juanmanuelpradismos y javiermarismos... pero, ay, Dios mío, ¿tan grave he estado?

Oh, anónimo, que escribir mal cuesta más no quiere decir que no sea más corriente, encima. Acertar es raro, pero cuando pasa es facilísimo y nos ahorra muchos carraspeos y contorsiones. Por no ir más lejos, esa triada suya de "admiración, asombro y envidia", tan simpática y con su retintín alegre de ironía seguro que le salió sola, y qué buena.

Tienes toda la razón, María, en que proyectamos nuestras debilidades. También lo dijo san Agustín de Hipona, pero no lo cité en el artículo para no meter en la columna a todo el santoral.

Lo de cumpledías me dará mucho juego, si me lo regalas por mi cumple, Jilguero.

¿Y qué regalo de cumpleaños, CB! Que la abundancia del corazón llene la boca, resuelve de un golpe de autoridad (y de esperanza) mi dilema entre los Hechos y el Qohólet. La Providencia, como sabe Domingo, nos acuna a la perfección.

Abrazo a todos

Ángel Ruiz dijo...

Me refería sólo al artículo sobre el adulterio.
Y ayer se me ocurrió un neologismo: javiermarillismos, para los jeremías postmodernos (que no es tu caso, claro).

E. G-Máiquez dijo...

Melius est a sapiente corripi quam laetari stultuorum canticis, Ángel. Gracias.

batiscafo dijo...

¡Feliz cumple con retraso! ¡Y qué mala conciencia esa llamada perdida!

Jesús Cotta Lobato dijo...

La definición de profesionalizarse es de antología. Un abrazo.