miércoles, 18 de mayo de 2011

Dignaos

El desencanto lo comparto, pero cuánto mejoraría la estética y los planteamientos  del movimiento juvenil tan coreado en los medios si su lema fuese "Dignaos". Lo que falta a nuestra democracia es el sentido de la dignidad, de la dignidad política, social, profesional y, sobre todo, personal. 

7 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

Fe de erratas.- Dije "Gaya", pero el corrector del Diario se fue por los Cerros de Úbeda o por la Pradera de San Isidro. Cómo son los correctores.

Anónimo dijo...

Habría que estudiar por qué la vocación de servicio a los demás propia del político desemboca en tantas ocasiones en la exaltación del autoservicio. Será por aquello de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.
Una errata siempre se aparta de lo que se piensa. Pero en este caso es neutra: ni mejora ni empeora lo que querías decir.
Jilguero

BV dijo...

Hay felices erratas de los correctores, celebradas por los autores.

Como aquella en que Campmany escribió "tonto intonso" y se lo corrigieron por "tonto intenso".

(El título del post de hoy, una pasada)

Adaldrida dijo...

Perdona Enrique, pero no estoy de acuerdo.
No hay enfado, no hay gritos: justo lo que piden los jóvenes es dignidad.
Y claro que reclaman lo suyo; es lo más normal del mundo que lo hagan. No van a preguntar qué hay de lo de Zapatero, que ya tiene llenitos los bolsillos. No hay cosa más digna que la comida diaria y que tener casa y trabajo, creo yo.

Anónimo dijo...

Lo siento Enrique, pero te estás columpiando. Tendrías que estar aquí (en Sol) y verlo.

E. G-Máiquez dijo...

Hombre (o mujer), columpiándome quizá, pero poco, pues el desencanto lo comparto, dije, y sobre el movimiento no me pronuncio apenas, más allá de la estética, que no me entusiasma. Me digo lo que Lec cuando les presentaron a los poetas del mañana: "Los leeré pasado mañana entonces". Tengo un vivo interés por ver en qué para esto. Cualquier información o detalle desde el teatro de los acontecimientos, será muy agradecida.

BV dijo...

A mí todo esto me está reenamorando del régimen constitucional.
Al principio, compartía el desencanto; pero si esta cochambre arbitraria es la alternativa, que me la perdonen.

Respecto al tipo de imbécil contemporáneo, no abiertamente ácrata, que los medios han dado en llamar "personas de buena fe" que están en Sol; me gustaría recordar esa expresión tan bonita utilizada en Derecho, "enervar la buena fe". Sólo una idiocia severa podría haber evitado que la buena fe presumida en esos memos, no se hubiera enervado ante la evidencia.