domingo, 8 de mayo de 2011

Michelson & Morley

Estoy disfrutando lo que no está en los escritos con El diario de la felicidad de Nicolae Steinhardt. Cuenta su conversión, pero habla de todo. Y traslada la conclusión del experimento de los físicos Michelson y Morley ("Dentro de un sistema cerrado no se pueden hacer observaciones de los movimientos absolutos porque el observador forma parte del engranaje") al Derecho Político. Efectivamente, el Tribunal Constitucional —piensa el lector español actual, conmocionado (no puedo decir que sorprendido) por la aprobación de Bildu—, ¿cómo va a juzgar si está metido hasta las trancas en el engranaje de la política? Hasta el edificio de su sede tiene forma de cubilete, de pieza de mecano de juguete y de thermomix para cocina rápida, pero a lo bestia.

7 comentarios:

María dijo...

Verdad, Enrique, nada sorprendidos. Sólo muy dolidos.
Pero lo esperábamos. Ay esa justicia ciega e imparcial!

Simeón dijo...

Parece que durante la Transición todo se hiciera para conformar a los nacionalistas con la Constitución -a ellos, los inconformables-, incluido el Tribunal Constitucional.
A mí, antes de la deliberación, me dolió-indignó-asqueó la información del Telediario, que decía: "...el tribunal está compuesto por x magistrados conservadores y x progresistas..."

Anónimo dijo...

Efectivamente, Simeón. Lo dijo ya Julián Marías: no se debe tratar de satisfacer a quienes siempre se van a sentir insatisfechos (cito de memoria).
La entrada da profundidad (¿física? ¿filosófica?)al artículo?
Jilguero.

Máximo Silencio dijo...

El problema es que España entre una administración politizada, una publicidad políticamente correcta, unas librerías llenas de best-seller, un descontento lleno de pasividad creciente... y no se hace nada. Se mira a la punta del iceberg y no se mira el fundamento, el hielo sumergido. Sin embargo nos apremia mirar, para virar a tiempo y no hundirnos como el Titánic.

Un Saludo.

Andrei Rublev dijo...

Voy a tener que leer este tan ponderado Diario de N. S. después de leerte en "Alba" y de pasarme por el blog de Jesús Sanz.
Que sepas que también ha hablado de ti el sin par García Martín, poeta y crítico de prestigio entre los más bizarros de los poetas asturianos, y lo ha hecho en el diario "La Nueva España"; cito de memoria: se refería a ti como un poeta "tocado por el dedo de la gracia". Con esto queda de manifiesto su peculiar naturaleza de elogiador ladino y con malaje. Tú, en cambio, le dedicas elogios sin más. Se nota quién es aquí el cristiano...
Sobre Bildu, prefiero no opinar sin cargarme todo el edificio pseudodemocrático que nos hemos montado entre todos. A buen seguro, el poeta cacereño buscará sus más bellos sofismas para justificar cualquier encamada con el mismo diablo. Cosas de los partidarios de Judas. Y tan a gusto...

marinero dijo...

Es curioso que la mismísima acusación para descalificar una sentencia del TC la hayan hecho quienes están en contra de la decisión sobre Bildu, y los independentistas catalanes respecto al tema del Estatut. En ambos casos se asegura que la sentencia no es justa ni objetiva, porque el TC está politizado. ¿No será que decalificamos por "politizado" únicamente aquello que no nos gusta? Digo yo.

E. G-Máiquez dijo...

Sí, Arsenio, eso bueno sacarás al menos de tus amables visitas a mi blog. Diario de la felicidad es un libro extraordinario.

Leí lo de JLGM y se lo agradecí mucho, pues con las inevitables divergencias no dejaba de hacerle un favor a mi pequeño libro de artículos.

En este artículo, Marinero, no hablo tanto del trueque político como del teatro del gobierno, pero, bueno, también.