Después de contar "Los tres cerditos", qué poca pereza para cerrar con llave las puertas de la casa y las ventanas y poner la alarma. No sé a Carmen, pero a su padre la moraleja de los cuentos le va calando muy hondo a fuerza de repetirlos.
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1 comentario:
Hola Enrique. Le he contado a mi hijo un montón de veces ese mismo cuento, que es uno de los más le gusta. Aunque a la hora que se lo cuento, la casa ya está cerrada. No hay miedo. Los lobos no pueden entrar. Saludos.
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