jueves, 2 de agosto de 2007
Una lección en la playa
Una manera muy eficaz de subrayar algo es difuminarlo o, incluso, callarse. Lo había oído miles de veces, claro, pero verlo es otra cosa. Estoy en la playa, bajo mi sombrilla, leyendo lo que puedo, rodeado de enjambres de enajenados niños ajenos que se me sientan al lado, escarban, gritan, corren y me llaman, encima, tío Enrique. Las mujeres hablan de política. De pronto, una de ellas baja mucho la voz para musitar la palabra “lesbiana”. Todos los niños, inmediatamente, dejan de tirarse arena, y escuchan.
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4 comentarios:
¡Qué bueno! Por cierto, hablando de la etimología de la palabreja, siempre que me preguntan con retintín si Safo era o no lesbiana (como si yo fuera su confesor), me limito a decir que era lesbeña. El resto es historia.
Otra manera muy eficaz, es indicarlo como de pasada, notándose que te gusta que te llamen tío Enrique.
¡Ja!
(De la isla de Lesbos, niños, de la isla de Lesbos...)
Sí, Juan Ignacio, eso si no te pasa como al del chiste del buho. "Culo, niño, dije culo".
Los niños tienen una capacidad innata para captar lo prohibido.
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