domingo, 5 de agosto de 2007

Jo con Hölderlin

Cuando se es joven se escribe más porque se leyó menos. Llevaba meses dándole vueltas a la allodetta de Dante y a hacer un poema sobre un poema tan bueno que después uno pudiese callarse en paz. Pero no lo haré. Ayer se lo leí a Friedrich Hölderlin.
.......................A LAS PARCAS

Concededme un verano, sólo uno, ¡oh poderosas!,
y un otoño en que pueda mi canto madurar;
sólo de esa manera, saciado con tan dulces
juegos, el corazón aceptará la muerte.
Alma que en vida no disfrutó sus derechos
divinos, ni en el Orco logrará descansar;
mas si logro plasmar lo más querido
y sagrado, el poema, ¡bienvenidos seáis,
silencios de las sombras! Porque yo estoy contento
si mi música, al menos, no se pierde:
una vez, por lo menos, habré vivido igual
que los dioses, y nada más me será necesario.

10 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Hubo una época en que un amigo me pasaba todo lo que tenía de Hölderlin. Ahora sé por qué no me convence: es ese orgullo de los ilustrados, ese ego por encima de todo y esas invocaciones a dioses en los que no creen; pero si quitas eso (que es mucho) qué emocionante es.
Pero si lo comparas con la allodetta Hölderlin se queda en un principiante, ¿no?
Ayer me di cuenta de que en francés es allouette, creo.

E. G-Máiquez dijo...

Toda la razón es tuya, Arp. Comparado con la allodetta se nos cae al suelo. Pero a pesar de todo, como dices, qué emocionante también.

Enrique Monasterio dijo...

Empiezo a pensar que mis poemas también los escribe siempre otro. Mejor así. Por eso nunca me he atrevido a escribirlos yo. Coincido con aquella genial enumeración que hace Miguel D'Ors de "lo que aborrezco de un poema":Que suceda en Lisboa.
Que se proponga ser original.
Que hable de los dorados cuerpos de los etcétera.
Que diga Espacio o Punto (e incluso sin mayúsculas).
Que lleve algún versito
metido para adentro, o abuse del azul.
Que las manías de Cernuda emule.
Que le pueda gustar a Octavio Paz.
Que esté escrito en Valencia.
Que sea mío.

Juan Manuel Macías dijo...

Sobre el tema del "silencio postpoético" (perdón por el palabro), siempre me ha llamado la atención el de Rimbaud.

Juan Ignacio dijo...

A todo lo comentado anteriormente se agrega la ponderción a la genial frase inicial.
Agendada.

(Por cierto, con allouette hay una canción popular francesa... pero no sé que tendría que ver eso).

Anónimo dijo...

¡Qué bien que nos traes otra alondra!

Me gusta más el silencio de la alondra de Dante, que ese otro silencio de las sombras de Hölderlin, aceptado de buena gana siempre que se haya escrito el poema que justificará la vida (que sí, parece que dice, que le daré la bienvenida, pero espera un poquito ¿eh? , que tengo antes que madurar y disfrutar de mis derechos divinos).
Como si la vida realizada dependiera de un poema logrado. O como si existiera el poema perfecto (Un "rapto balbuciente" dice Dámaso Alonso, remedando a San Juan de la Cruz: "la poesía humana es siempre un balbuceo, y ¡ay de la poesía de los hombres que no balbucee!"). Y además ¿por qué sólo un poema? ¿Se daría cuenta acaso el poeta, una vez escrito, de que ése es "el poema", así como para decir "ya he cumplido, ya estoy listo"? ¿No empezaría a pensar en otro, más bien como la alondra?
Porque la alondra de Dante, después de trinar con toda el alma (es un decir), como cada vez que canta (se supone), tace contenta dell’ultima dolcezza che la sazia. Pero la última es sólo la última, no la definitiva: hasta que vuelva a cantar y saziarci de dolcezza.

Bueno, lo que quería decir aunque ya me enrollé, es que como tema vale, pero que lo de callarse (y menos en paz) preferimos que lo olvides, dicho sea con suma cortesía y por favor. Y también que tu poema seguro que sería mejor que el de Hölderlin y sin moscas, digo sin Parcas.

E. G-Máiquez dijo...

Cómo sois, dulces amigos, que no me dejáis ni adornarme un poco con Hölderlin y tal. ¡Parca miseria! Me rindo y reconozco que quise posar un poco de culturalista. Asumo los tirones de oreja, y me vuelvo a los míos, quiero decir a mi tradición y a mis alondras. Gracias grandes y sinceras.

Anónimo dijo...

Aunque todavía no he podido leer ningún libro suyo, el nombre de Holdërlin siempre me ha atraído desde que leí, no recuerdo dónde, aquella magistral cita de que allí donde está el problema se halla también la salvación. ¿Algún libro para comenzar con Holdërlin?¿Quizás "Hiperión"?

Anónimo dijo...

José Luis, esos versos son del poema PATMOS, sobre el Apocalipsis de San Juan:

"Cercano está
Dios y es difícil captarlo.
Pero donde hay peligro, crece
lo que nos salva.
En las tinieblas viven
las águilas, e intrépidos caminan
los hijos de los Alpes, cruzando abismos
sobre frágiles puentes"

(Nah ist
Und schwer zu fassen der Gott.
Wo aber Gefahr ist, wächst
Das Rettende auch.
Im Finstern wohnen
Die Adler und furchtlos gehn
Die Söhne der Alpen über den Abgrund weg
Auf leichtgebaueten Brücken)

Parece que Hölderlin lo escribió en un periodo de iluminación, algo así como un relámpago en la noche, entre sus primeros trastornos mentales y la crisis definitiva. Lo que dice el poema es que es Dios el que nos salva de la destrucción.
Si te interesara leer los comentarios de Heidegger a la poesía de Hölderlin, tienes algo en "http://www.heideggeriana.com.ar/textos/textos.htm" (es así: textos dos veces). Los titulados "Hölderlin y la esencia de la poesía" y "...Poéticamente habita el hombre..." están muy bien.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, cb, me ayudas a matar dos páginas, digo, dos pájaros, de un tiro, Heidegger y Hölderlin! Y menudos pájaros, parecen las águilas de El Señor de los Anillos!