miércoles, 28 de enero de 2009

El pillín es Miguel Martínez-Lage

Pla no plagió, al menos en esta ocasión. Lo parecía tal y como lo leí en la anotación del viernes, 5 de abril de 1776, en la p. 957 de Vida de Samuel Johnson, James Boswell, El Acantilado, nº 144, Barcelona, 2007, donde reza: "Harían falta volúmenes enteros para incluir la lista de sus numerosos y diversos amigos, conocidos y saludados, a ninguno de los cuales olvidó jamás".

Me extrañó, sin embargo, que se me hubiese pasado la cosa cuando leí Vida en Life, quiero decir, en V.O. ¡Con lo que yo le aplaudo a Pla esa frase famosamente suya! Así que me he ido al viejo libro y en la anotación del Friday, 5 April 1776, en la página 733 de Boswell's Life of Johnson, Oxford University Press, London, 1965, se dice: "Volumes would be required to contain a list of his numerous and various acquaintance, none of whom he ever forgot".

Ahora uno se podría poner borgiano y celebrar que Pla haya influido por fin en el doctor Johnson o, como mínimo, en el bueno de James Boswell. Pero lo más plausible es que aquí el pillín (pillado) sea Martínez-Lage, editor y traductor de la edición de El Acantilado. Estupenda, por cierto.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Pla hubiera hecho buenas migas con Johnson en las cenas del Beef-Steak Club. Ambos eran lo que en inglés se denomina ‘contrarians’.

Anónimo dijo...

Apreciado Enrique,
Aprovecho la ocasión para saludarte, que tiempo habrá de conocernos y, llegado el caso, amistarnos. Amigos desde luego me faltan en El Puerto. En fin: enhorabuena ante todo por tu perspicacia y sagacidad lectora, aunque debo decir que no veo yo pillería por mi parte, ni pillada por la tuya, salva sea.
No era fácil encontrar a Pla en Boswell, desde luego, pero ahí estaba, como un dinosaurio a la vuelta del sueño. O sea, que tampoco era difícil. Esta clase de citas encubiertas, a mi entender, sirven entre otras cosas para que los lectores avezados se luzcan en la detección de lo que, por la parte que sea, para todo lector de pelo en pecho es una simple carta robada, como la de Poe. Por mi parte (no sé yo si no estaremos en el fondo partiendo demasiados pelos en cuatro, y longitudinalmente), al traducir de ese modo ―y la ocasión la pintaban calva― sólo me sirvo de la “trouvaille”, o del “ready-made” verbal que pone a mi disposición el genio de la lengua, o el de Pla, es decir, mi caudal lector, sin más alharacas. Autrement dit: si dispongo de una expresión tan atinada para traducir en ese contexto lo que dice el original y lo que en el original pone, que no siempre es lo mismo, ¿habría hecho bien prescindiendo del hallazgo? No creo.
Te agradezco también la “estupendez” que atribuyes a mi traducción, no sé si realmente es para tanto. Yo pensaba que era el único que lleva a espaldas la hazaña de haber leído a Boswell de cabo a rabo, al menos por estos pagos, pero a la vista de tu confesión (que te enaltece), y valiéndome de que afirmas haber leído la “Vida” en “Life”, que acaso sea mejor que leer “la vie en rose”, aprovecho para levantar una liebre que, de momento, ningún lector ha tenido a gala señalar: en la “Vida”, editada en Acantilado (quitadle el artículo, por favor: nunca lo ha llevado en ningún sitio, salvo que sea para lanzarse al vacío desde el mismo y estamparse por ejemplo sobre el capó de un Bentley de color crema), hay prácticamente una página que no encontrarás en ninguna otra “Life”, aunque tal vez sea trabajoso de localizar el pasaje de marras en esta vida. Las pesquisas aún serían más jugosas si, una vez “pillado”, esta vez sí, fuera alguien capaz de atribuírselo al Pla de turno. Se abre la veda.
Salu2 cordiales,
Miguel Martinez-Lage

E. G-Máiquez dijo...

Querido Miguel, a mí me parece muy legítimo y muy logrado el uso que le diste a Pla en tu traducción, por si no quedó claro en mi entrada. Y estoy encantado de este contacto electrónico a la espera de un encuentro en la vida real. Y qué reto, uf, el de la página misteriosa. A ver la veda...
Abrazo fuerte

Anónimo dijo...

Hace poco empecé el libro de Boswell. Lo estoy leyendo en inglés, pero tengo a mano la edición del traductor Martínez-Lage, con la que quise prevenirme contra los pasajes difíciles, que nunca faltan en este tipo de libros. La verdad, no sólo no me ha servido para nada, sino que además me dió tanta rabia encontrarme todo el tiempo con errores, omisiones e interpolaciones increíbles, que decidí buscar en internet algún dato del perpretador de este trabajo. Así llegué a este foro, en el que desafío al ocasional lector a conjeturar la justificación de estas lecciones, escogidas al azar:
"[F]ue llevado a casa por su aya...", p. 37, nota al pie. El original, con más tino, dice: "he was taken home from his nurse". ¿Será posible que el traductor lea "for", y entienda "by"?

"Él mismo me contó que la señora sabía leer la letra bastardilla...",p. 38. "Black letter", dice el original, que es una especie de letra gótica, parecida a la de los libros alemanes de antes del siglo XX. "Letra bastardilla" es inadmisible.

"[E]spero y deseo que no sólo hablen de él, sino que piensen en Johnson", p. 14. Parece raro el deseo: la gente hablaría de él sin pensar en él. El original da la clave: "I trust they will not only talk, but think, Johnson" como cuando se dice "to talk sailor", etc.

"Estos numeros infantiles...", p. 35. "Numbers" en el original, en el sentido de "versos", como se puede leer en cualquier "pocket dictionary".

Y para acabar --por aburrimiento, que el material abunda-- algo asombroso, ya que no se debe a ignorancia o descuido:
"Aquí yace el buen maese (sic) pato/A quien Samuel pisó de chiquillo;(sic)/De haber vivido habría sido un rato (sic) raro/pues habría tenido la suerte de un ratoncillo (sic)".
No copio los versos originales, porque esto ya es bastante absurdo como para que el lector castellano pueda sospechar "from internal evidence" que el original ha de diferir notablemente. Yo, por mi parte, trataré de prescindir de esta edición, que a esta altura ya perdió su único encanto: la capacidad de sorprenderme.

Anónimo dijo...

Apreciado señor Martínez-Lage: No conozco su traducción de la Vida de Johnson, aunque doy por sentado que es estupenda. La que sí conozco, y me resisto a creer que sea suya, es la traducción que firma usted de El Lémur, del autor irlandés Benjamín Black. Y digo que me resisto a creer que sea suya porque viendo como escribe usted en estas entradas me cuesta dar crédito a la posibilidad de que haya incurrido en errores de principiante en dicha traducción, como confundir "hijastro" con "hijo adoptivo", frases hechas como "separar el grano de la paja" con "separar el heno de la paja", amén de giros que exhalan un aroma a americanismos y que parecen sugerir que o bien estaba usted leyendo a Lezama Lima mientras perpetraba esta traduccion o recurrió a la subcontrata, o, para entendernos, a emplear los servicios de lo que en el mundillo suele conocerse como un "negro". Un saludo, bwana.

E. G-Máiquez dijo...

Al último anónimo, le publico su comentario para que no vea, amén de negros, fantasmas y censuras inexistentes. Pero se ha hecho usted un pequeño lío. El que escribe las entradas no es Martínez-Lage, sino un servidor. No conozoco la traducción de Black, pero sí la de Boswell y es espléndida. Un consejo: no acuse precipitadamente; y otro, evite hacerlo anónimamente, que da mala espina. Abrazo, E.

Julio Pereyra dijo...

Coincido con el primer anónimo. La traducción es bastante mala, aunque misteriosamente la gente "de por sentado" o afirme que es "estupenda", como leí más arriba, o peor aún, haya ganado un premio. Ya era hora de que en algún lado se denuciara esta falta de responsabilidad y se sacara a la vergüenza a este grave traditore. ¡El blog es excelente!
Julio G. Pereyra

Anónimo dijo...

Disculpad que retome un hilo ya añejo (aunque disfrutable sin discusión): me preguntaba si Martínez-Lage se encargará también de la traducción de Los reconocimientos de Gaddis (como ha hecho ya con Ágape se paga) y si hay previsión de cuándo podremos leer esta novela en castellano.

Un saludo a todos.

JR

Anónimo dijo...

Miguel Martinez Lage fallecio hace dos dias. Algunos de sus amigos, conocidos, lectores, detractores, enemigos, lo recordaran por un tiempo.

E. G-Máiquez dijo...

He sentido muchísimo su muerte. El único contacto que tuve con él fue su breve comentario en esta misma entrada, que le agradecí mucho. Pero es verdad que con los buenos traductores nos sentimos (y estamos) especialmente en deuda.