jueves, 8 de enero de 2009

Espejito, espejito...

En el espejo la vanidad ve la envidia.
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13 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

La soberbia, la soledad.

Anónimo dijo...

Lo bueno si breve. ¡Qué verdad! Y la envidia -ayer lo pensaba no sé a cuento de qué- es el pecado más triste y menos rentable.

Ángel Ruiz dijo...

¡Son dos aforismos muy buenos!

Juan Antonio González Romano dijo...

A los espejos los carga el diablo.

Enrique Baltanás dijo...

"A los espejos los carga el diablo": pue este tampoco es manco. Qué verdad.

em10 dijo...

Sin embargo, ante el espejo la verdadera humildad no se reconoce.

E. G-Máiquez dijo...

La humildad es una tinta invisible, es verdad, em10. Por cierto, tú eres casi invisible, ¿no?

Jesús Cotta Lobato dijo...

¡Ay, si los espejos hablaran! Éste es un debate interesante: ¿es digno hacer delante del espejo lo que no haríamos delante de los demás?

Carlos RM dijo...

Son como títulos de vanitas barrocas, pero muy contemporáneas.

Antonio Azuaga dijo...

…y la envidia, en los otros, su secreta admiración.

¡Qué envidia me da la anchura del pensamiento en la estrechez de ocho palabras!

Mery dijo...

Cuando uno se mira al espejo, esos ojos no parecen los nuestros; la frialdad del cristal parece que los hubiera poseído.

E. G-Máiquez dijo...

En el espejo, JCL, hago algo que no me importa hacer aquí: me enorgullezco de mis amigos. Muchísimas gracias por vuestros comentarios y aportaciones.

em10 dijo...

Tienes razón, Enrique, tras un tiempo visitando tu blog he empezado a comentar sin ni siquiera presentarme, una actitud tal vez algo vanidosa, sobre todo cuando tampoco tengo blog en el que mostrar algo de mí. Nos conocimos hace poco, el año pasado no obstante, en la mesa redonda sobre el blog de las Jornadas Númenor, en Sevilla, y fui quien tuvo el honor de moderar la mesa. Bueno, ya sabes algo más de un fiel seguidor de tu blog que intentará dejarte comentarios de vez en cuando y que firma como em10.
Un saludo.