No está la cosa para muchas bromas con los acentos o las idiosincrasias regionales, así que narraré los hechos desnudos. Entré en una librería de la provincia de Cádiz, de la Isla de San Fernando más concretamente. Era media mañana de un día laborable. Me alegró encontrar en la librería a dos señores con sus monos azules de trabajo bastante manchados de pintura o cemento.
Estaban, además, buscando un libro, y no haciendo un trabajito de pladur en el local. Doble alegría, pues. El libro era un regalo para la mujer del más alto, y yo, que soy un firme partidario de la institución matrimonial, triplicaba de gozo.
En esto, el alto ve en el mostrador un libro del famoso Calatayud, juez de menores. Se vuelve para su compañero y acompañante, señala el volumen y dice: “Este sí que es un libro bueno”. Contesta el otro: “Bueno…” Insiste el alto: “Te gustaría: va de la educación de los hijos”. Contesta el otro: “Con los míos, tengo de sobra”. El alto, incansable, al menos en la librería, contraataca: “Es el juez que pone a los menores a hacer trabajos sociales, como barrer, limpiar grafitis o sacarse el graduado”. El bajito, entonces, se vuelve más interesado, y pregunta: “Y ese juez, ¿de dónde es?”. “De Córdoba [sic]”. “Ya decía yo que de aquí no era. En Cádiz a ése lo habrían molío a palos”.
Dicho lo cual, se fueron, hemos de suponer que a seguir trabajando.
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7 comentarios:
¡Más sonrisas y risas para mi baúl maizqueño!
¡Y viva el asento andalú! ¡Como lanzo eu vivas para o meu acento galego!
Magnífico ejemplo del conformismo que tenemos los andaluces, expresado con ángel gadita, con la interesante novedad de que la conversación tuvo lugar en una librería.
Al final, lo mejor para educar a la juventud es una profesora jamona y sugestiva. Yo tengo a mis alumnos de ELE encandilados, y siempre me traen bombones y flores.
¿Has visto?
Me ha gustado, porque además soy cañailla, y es así.
La anécdota es estupenda, como gaditana. Pero el fragmento de don Mendo de esta mañana también estaba muy bien como trampolink...
El fragmento de don Mendo me gustaba tanto, JAGR, que me lo he guardado para usarlo en el próximo artículo de La Gaceta, y entonces decidí contar esta anécdota gadita. Me alegra mucho que José María certifique su autenticidad, que es 100%
¿No se dice siempre que la realidad supera a la ficción?
He aquí un claro ejemplo.
Unn abrazo
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