Como me da vergüenza echar la lotería en mi barrio, como reconociendo una avaricia desbordada e injustificada, o una necesidad superflua, suelo irme a la periferia a echar la lotería. Lo hago porque creo que yo haría un millonario la mar de apañado, no por otra cosa, pero, mientras tanto, me parece impúdico, casi pecaminoso, sellar mis boletos a la vista de todos. Lo cual es muy comprensible, pero para mayor castigo no deja de tocar en la administración de mi barrio.
miércoles, 25 de octubre de 2017
La periferia
Como me da vergüenza echar la lotería en mi barrio, como reconociendo una avaricia desbordada e injustificada, o una necesidad superflua, suelo irme a la periferia a echar la lotería. Lo hago porque creo que yo haría un millonario la mar de apañado, no por otra cosa, pero, mientras tanto, me parece impúdico, casi pecaminoso, sellar mis boletos a la vista de todos. Lo cual es muy comprensible, pero para mayor castigo no deja de tocar en la administración de mi barrio.
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