viernes, 30 de mayo de 2014

A ver hoy


Hace un mes, venciendo mi amor propio, preventivamente herido, avisé de que daba una charla literaria. Pero di mal la dirección y un lector se me perdió por el camino. 

Creo que es el número 6 de la Plaza de los Jazmines, pero, por si acaso, pongo foto de la fachada.


Es la que hay en Google Maps, pero desde entonces la casa se ha restaurado. No va a ser -como se diría al ver la foto- una conferencia sobre fantasmas, aunque casi. Vamos a hablar de Historias de Londres de Enric González. Libro que recoge este maravilloso diálogo de Peter Pan, digno de Casablanca: 

«¿No te acuerdas de cómo le mataste y salvaste nuestras vidas?», pregunta Wendy. «Los olvido después de matarlos», responde Peter con desgana.

Ah, y no son demasiadas molestias por un lector. Un lector para mí es diez mil si es el mejor


jueves, 29 de mayo de 2014

Hacaranda y otros jitos


Grave malentendido. Las pilas de volúmenes de ayer no fueron puestas ni mucho menos para presumir, sino por lamentarme. Dentro de unos meses, más altas, tendrán más o menos los mismos libros, aunque más abajo. De Tántalo es la pena. 

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Pena muy compensada con diversas alegrías, como es natural.
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Enseño a los niños los nombres de los árboles. "¿Cuál es ése morado de ahí, Carmen?"




"¡Hacaranda!", exclama ella extasiada de belleza morada. 

Me asombra que, con sus cuatro años recién cumplidos, corrija el lenguaje y vea haches aspiradas que instantáneamente desaspira, aspirando a la mayor corrección. Aunque, que suponga que soy yo -el que le ha dicho "jacaranda" una jartá de veces- quien necesita sus sutiles correcciones de pronunciación, me amosca.
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Ayer se presentó en la sede del Consejo Regulador del Jerez el libro de Carmen Oteo Las lágrimas del vino.  




El acto tuvo el run-run de las grandes tardes de toros, con lleno hasta la bandera, y pellizcos íntimos de emoción. Suspiré de alivio al ver que en las botas que conmemoran a las familias del jerez estaba la de Blázquez, que nunca vi tan alta, atestiguando el guiño conyugal de mi texto de la contracubierta. 
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A Leonor, en cambio, le emocionó lo pegadita que estaba a la bota de González, como un guiño del destino. La bodega de donde viene junto hacia a la que va... a trabajar todas las mañanas. Y el vino de jerez, siempre. 
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"Herez", corregiría Carmen. 
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Parrilla (vía) hizo esta foto en la que salgo como me gusta. De espaldas, a lo lejos y con Leonor. En primera fila, Pilar Pardo y  el fotógrafo José Tamayo. 



Lo mío, obviamente, no es humildad, sino todo lo contrario, como saltaría a la vista en un primer plano. 
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A pesar de tanta charla con unos y con otros, no encontré a nadie a quien soltarle mi descubrimiento. Antes de escribir mi artículo de ayer, había leído el análisis de Montse Doval, pero no me cupo. A medida que van pasando los días, lo veo más enjundioso. La enseñanza (y la esperanza) es que El Tuerka debe su éxito electoral, sobre todo, a su trabajo intelectual, de análisis, académico, tesis doctorales incluidas. Está muy guay el perroflautismo, pero, ay, compañeros y compañeras, con estudios y capacidad de síntesis, aunque sea camuflada y revirada. Del mismo modo, qué inútiles la corbata y la seriedad ignorante. 

Por ahí, si se piensa, albricias. 
Y hoy es el cumpleaños de Chesterton. 

Y el aniversario del bautizo de Carmen, la henial jerborista. 

Y reluce más que el sol. 
*
Mientras tanto en mi instituto estamos de evaluaciones. 


miércoles, 28 de mayo de 2014

Deseos despeinados


No debería comprar más libros por salud nerviosa, por economía, por espacio, por la convivencia familiar... Los últimos pendientes se me amontonan. Fotos reales de esta mañana a las siete. En la mesa de mi despacho: 


En la mesa de mi dormitorio:


En la mesilla de noche: 


Hasta en el tocador de mi mujer, que es una santa:


Y en la mesita del porche: 


Pero ha sido ver esto, y correr a Amazon, a pesar de que todavía sólo (¡y encima me fastidia horrores!) se puede reservar el ejemplar. 

Claro que Lec es mucho Lec. Y por si usted tiene dudas, ¿cómo resistirse a

Tampoco los imparciales son imparciales. Están con la justicia.  
Si un caníbal usa tenedor y cuchillo para comer, ¿es un progreso? 
El fondo no existe. Existen solamente obstáculos a lo profundo.  
* 
¡Piénsatelo, antes de pensártelo! 
* 
El surrealismo, ¿deja de serlo si es realizado? 
* 
¡Hay que popularizar el elitismo! 
* 
Un auténtico elegido no tiene elección. 
* 
Cuanto más bajo caes, menos te duele. 
* 
El hombre, efecto secundario del amor. 
* 
Cosa terrible es nadar contracorriente en aguas sucias. 




martes, 27 de mayo de 2014

Vértigo


En la feria la temperatura sentimental aumenta a la par que la física. Gente que te saluda a veces de lejos te abraza llena de cariño y admiración. Como hacía algunos años que no iba a la feria lo había olvidado. El otro día un señor me dijo que leía mis artículos, elogio máximo, como salta a la vista, y añadió: "No sé qué escribirías si no tuvieras a tus hijos..." En ese momento, se abrió a mis pies un abismo. Algo escribiría, porque ya escribía antes, no sé, de mi suegra o de mis perritos, pero qué agujero negro y silente en el bullicio ruidoso y de colores y volantes del Real: "Si no tuvieras a tus hijos..."


domingo, 25 de mayo de 2014

Suplente


Me he librado por los pelos de echar el día en la mesa electoral. Mi amigo JRdA allí se ha quedado, aunque él era segundo suplente y yo primero. Mi vocal ha cumplido puntual (valga la paradójica consonante en un vocal) y a él le han dejado tirado, su vocal y su primer suplente. Pretendía, reviviendo el juicio de Salomón, que se echase a suertes entre los suplentes quien se quedaba. Por suerte estaba claro que el puesto de suplente viene personalizado. Espero que JRdA siga siendo amigo mío. 

La cosa me ha servido para madrugar, para saludar a unos y a otros, para sacar las papeletas de Impulso Social de debajo de unas extremeñas, y poco más. 

Lo curioso es que un chico ha llegado tempranísimo, con un enorme interés por votar el primero. Quizá va a votar a un minoritario, y quiere, al menos por un momento, ser el ganador de las elecciones. Le he visto el aura romántica. 



sábado, 24 de mayo de 2014

Imprudencia


Le pregunto a Quique: "¿Y tú qué eres, un niño de juguete o uno de verdad?". Pretendía ser piropo, pero cruza por sus ojos la duda metafísica. Ay. 



viernes, 23 de mayo de 2014

Veinte años después, la feria


Podría hacer minuciosas comparaciones de las ferias de antaño y la de hogaño, pero estoy muerto [de cansancio]. Vayamos a lo mínimo, dos, una por justicia y otra por misericordia. Cuando niño, los feriantes me parecían tipos torvos, oscuros, malencarados y hasta peligrosos. Ayer me sorprendió lo cariñosos y pacientes que son con los niños. Los ayudan a subirse a los cacharros con una diligente delicadeza, consiguen que dejen de llorar, los desatascan si se embrollan y les dicen adiós con simpatía, a pesar de la lata y la muchedumbre. Y ahora la observación misericordiosa. Cuando adolescente, iba a la feria con muchas más ganas, pero la abandonaba con cierta frustración. Ayer, qué alegría al salir. 



jueves, 22 de mayo de 2014

Y dale con / a / la piñata


 Ayer ya me avisaban a primera hora de la mañana del simbolismo religioso de la piñata. Y me dejaban un dato clave: se celebraban el Domingo de Piñata, que es el que sigue al Miércoles de Ceniza. A partir de ahora me propongo escribir cada Domingo de Piñata un artículo, como hago cada día de cenizas. Esta entrada no es más que un adelanto, por el alborozo de la noticia. Al fin y al cabo, como decía Gómez Dávila en verdad nunca suficientemente subrayada: "Los ritos preservan, los sermones minan la fe".

Enseguida me empezaron a encajar todas las piezas. La piñata, que se cuelga en lo alto como la serpiente en el desierto, es un signo cristológico. El destrozo con el palo no deja de ser una imagen de la Pasión bastante transparente, todos mirando como la traspasan. El tumulto, tiene claros ecos girardianos, como dionisíacos los tiene el desgarramiento de la piñata. El ansia por las chucherías es el deseo de que la sangre caiga sobre nosotros y nuestros descendientes. El pañuelo nos deja ver el "no saben lo que hacen". La festiva explosión de regalos que caen del cielo, la gracia, la gracia al fin. Y la lucha de los niños allá abajo, que tanto hemos confundido con la rebatiña neoliberal, qué torpes y evidentes somos, es una muestra de que el Reino de Dios se conquista con violencia. 

Con mi teoría ya completamente hecha, me he enterado por Wikipedia de la explicación histórica, que no es talmente la mía, pero vale. Aquí, en el minuto 35, la desgranan con hermoso acento. Y aquí la han hecho estupendamente una idea comercial. Y está todo muy bien, empezando por Marco Polo, desde luego, aunque yo ya de mi interpretación cuaresmal no me bajo. 


miércoles, 21 de mayo de 2014

Mosquitos mutantes


Dejaré de echar veneno y de poner pastillas. Me siguen picando y, ahora, en la noche insomne, nos inyectan en vena —la venganza química de los mosquitos mutantes— todos los insecticidas estériles que puse para matarlos. 



martes, 20 de mayo de 2014

Ángulo muerto



Quien lleva un diario mira de espaldas al día que pasó. (El tiempo, que ataca por la espalda, no lo pilla desprevenido.)

Quien escribe en su agenda otea —utopista— el futuro. 

El articulista mira a los lados, nervioso.

El hiponcondriaco se asoma a la eternidad. El enfermo, en cambio, mira hacia abajo.

El poeta mira hacia dentro, piensan algunos; en realidad, mira desde dentro. La poesía, como el viento, es de donde viene. 

El presente es un ángulo muerto. El lugar de los accidentes. Y también de las sorpresas. A ver hoy. 



lunes, 19 de mayo de 2014

Aforismo, coma, Izal, qué bien


Soy tan forofo de Ramón Eder que me perdonará que le racanee una coma de un aforismo. Escribe el maestro: 
Yo la coma se la quitaría, a conciencia, asumiendo el riesgo. Dejaría solamente sin analizar mucho a las personas que queremos solamente por delicadeza, que son las menos y ya al final, cuando no queda otro remedio. A la mayoría de las personas que queremos, queremos (y debemos) analizarlas a fondo. Como dice Izal en esta canción que oigo en bucle: "poder estudiarte con detalle". Umm. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Misterio de las manos mayúsculas, minúsculas, misericordiosas


Ayer celebramos el post-cumplaños de Carmen y el pre-cumpleaños de Quique. Yo supuse que no lo disfrutaría tanto como la mañana conmemorando ——leyendo, tuiteando, blogeando, releyendo—— el 20 aniversario de la muerte de Gómez Dávila, pero estaba dispuesto a inmolarme en el cumplimiento del deber, de los deberes. 

Entre ellos, sostener la piñata. Saqué la escalera de la biblioteca. Pero ni yo soy ágil ni el jardín es firme. Se tambaleaba todos. Los niños, furiosos, se encaramaban por la escalera, que parecía de gelatina, para anticiparse, impacientes. Leonor, que suele ser mi sostén, estaba más ocupada en el mecanismo de la cosa. Yo pensé que me caía sobre un montón de diminutos y frágiles invitados. Mientras sacaba la escalera estuve muy tentado a recitarles, como el Quijote a los cabreros, escolios de Gómez Dávila, aunque la presencia de los padres me intimidaba. Una vez en lo alto de la escalera, el tembleque me hizo olvidar mis bravas intenciones. 

Entonces, sentí unas manos firmes en mis piernas. Eran firmes, limpias, viriles, sostenedoras. Pensé que alguno de los pocos y heroicos padres que se habían apuntado a la merienda había acudido en mi auxilio. Y así, segurísimo, pude cumplir mi función con suficiente desenvoltura. Ofrecí en sacrificio la piñata. Tiraron de las cintas con una furia girardiana. Impresionaba ver a las criaturitas acaparando chucherías en una lucha feroz en el suelo, cachorros del neoliberalismo. (Nadie dirá que no les entrenamos.)

Cuando terminó el festín, bajé tranquilamente de la escalera y me volví dispuesto a dar las gracias, un abrazo y un merecido gin-tonic a mi atento ayudante. La sorpresa fue mayúscula. Mi ayudante era minúsculo. Era Quique. Había estado sosteniéndome todo el rato, sin que nadie se lo pidiera, renunciando a participar en la rapiña de la piñata. Iba pintado de súper héroe: el arte imita a la realidad.

Por si les parece demasiado bonito para ser cierto, en estas fotos se pueden ver sus manitas, que fueron manazas, a la altura de las rodillas: 







Yo pensaba que la foto de Nicolás Gómez Dávila con su guapísima hija era insuperable. Con esa cara de pura satisfacción suya y esa mano de ella que se agarra fuerte y femenina a la solapa.


Y el mismo día que la descubro me toman otra con mi hijo, que, si no vale tanto como foto, vale lo mismo (o más) como signo: 



sábado, 17 de mayo de 2014

Nicolás Gómez Dávila. "La luz de la estrella al fin".



Hoy hace veinte años justos que murió Nicolás Gómez Dávila. Como el año pasado celebramos su centenario, corremos el riesgo de no conmemorar su muerte. Y tengo la sospecha de que él la valora lo mismo o más que su nacimiento, al estilo de Mario Quintana:


INSCRIPCIÓN PARA EL PORTÓN DE UN CEMENTERIO


           La misma lápida ostenta
–según lo entiende la gente–
cuando se nace, una estrella,
y una cruz cuando se muere.

Mas cuántos que aquí reposan
no nos dirían así:
“¡Pongan la cruz al principio,
la luz de la estrella al fin!”


A la luz de una estrella (el sol) me he pasado la mañana leyendo a don Nicolás y tuiteándolo. He ganado y perdido seguidores. Bien están los perdidos, pero me preocupan los ganados, que espero que no esperen que me mantenga a la altura. Cómo he disfrutado con los escolios, cuánto. Si he parado, ha sido porque esta tarde celebramos el cumpleaños de ayer de Carmen (y el pre-cumpleaños de Quique, que hay que crear sinergías). Por eso, me ha hecho una gran ilusión encontrar esta foto de Gómez Dávila con su guapísima hija, tan feliz (él; y ambos). Ha sido un signo. 

Mientras leía, por cierto, además de tuitear, he ido apuntando los escolios que más me sirven para mi nueva situación profesional. Que tenga su libro guardándome las espaldas en mi despacho, no es pose. Aquí van los escolios escogidos ad hoc:  



Quien parezca incapaz de darnos ejemplo ha sido negligentemente observado. 
* 
La sociología es la ideología de nuestra indiferencia con el prójimo. 
* 
Bien educado es el hombre que se excusa al usar de sus derechos. 
* 
Mientras mayor sea la importancia de una actividad intelectual, más ridícula es la pretensión de avalar la competencia del que la ejerce. 
* 
La lucha contra el desorden es más noble que el orden mismo. 
* 
La política no es el arte de imponer las mejores soluciones, sino de estorbar las peores. 
* 
Nadie se rebela contra la autoridad, sino contra quienes la usurpan.  
*
El adversario de los principios modernos no tiene aliados más leales que las consecuencias de esos principios. 
* 
La primera revolución estalló cuando se le ocurrió a algún tonto que el derecho se podía inventar. 
* 
Tratemos, al envejecer, de asumir actitudes que nuestra adolescencia hubiese aprobado y de tener ideas que no hubiese entendido. 
* 
No disfracemos nuestra impotencia en tolerancia. 
* 
La civilización moderna se estaría suicidando, si verdaderamente estuviera logrando educar al hombre. 
* 
Una existencia colmada es aquella que entrega al sepulcro, después de largos años, un adolescente que la vida no envileció. 
* 
Las únicas enseñanzas importantes son las que no puede transmitir sino el tono de la voz. 
* 
El combate intelectual no se gana levantando barricadas, sino dejando cortésmente el campo libre, para que las tonterías del adversario se rompan solas las narices. 
* 
La plétora de leyes es indicio de que nadie sabe ya mandar con inteligencia. O de que nadie sabe ya obedecer con libertad. 
* 
Nunca es demasiado tarde para nada verdaderamente importante. 
* 
Insultar al inferior es apenas un poco más vil que adularlo. 
* 
Educar no es transmitir recetas, sino repugnancias y fervores.


Y si todavía os quedan fuerzas, su voz y su acento, maravillosos: 

viernes, 16 de mayo de 2014

Sobran los comentarios


"¿Por qué ha sido tan rápido mi cumple?", pregunta Carmen esta mañana, entre las felicitaciones. 


jueves, 15 de mayo de 2014

Levante rabioso


"Hace un levante rabioso", le hemos dicho a los niños cuando los recogimos del autobús. "¿Por qué está enfadado el viento, por qué?", preguntaba Quique, insistía. He tenido que explicarle lo que es una metáfora y una prosopopeya. 

*

Empiezo a recibir whatsups quejumbrosos y lastimeros como nuestros saludos y conversaciones:



*

Para quejumbrosas, las veletas, que rechinan de pura rabia… porque hoy nadie les pregunta qué viento hace. 

[Y encima, le leo a Vicente Núñez: "¿Qué saben del viento las veletas, si nunca han sido árboles?"]

*

Pero yo he empezado a agradecer el viento. 
Me ha pasado a cámara lenta una golondrina muy cerquita. Iba tratando de controlar el vuelo. Su cola de arpa vibraba como una emoción decimonónica. Sacaba una música delicada, un andante, del alma de la ventolera.

*

Las gaviotas --tan serenas en los días de bonanza-- van como políticos en tiempos de campaña electoral: más pegadas al suelo, más inciertas, temerosas y esforzadas. 



Las palmeras washingtonia se dan de bofetadas con el levante.

*

Un hojita de bugavilla: una mariposa vivísima, volandera. 



Los aspersores (ay de sus preciosas colas de caballo) están desmelenados y desde muy lejos nos riegan un poquito, traviesos. 

*

La luna llena parece divertida. 
















Qué revuelo de ramas.

*

El tremendo lamento del viento cuando me acuesto, como si le diese miedo quedarse enhiesto, solo, desvelado, de guardia, de qué. 




miércoles, 14 de mayo de 2014

Experimento fallido


Antonio Moreno decidió publicar su poemario El caudal en la Red. Algunos -recuerdo ahora a Baltanás y a Beades- saludamos el libro en sí, por supuesto, pero también ese paso. Antonio Moreno, sin embargo, lo ha publicado ahora en Adonáis. Por la solapa nos enteramos de que "fue mostrado en un blog del autor a modo de experimento durante poco más de dos meses". Comprobamos que, efectivamente, ha desaparecido de la página web

Me embarga un sentimiento agridulce. Por un lado, todo experimento fallido conlleva un chasco; por otro, es un paso hacia una verdad mayor. Aquí, hacia la vieja compañía querida de los libros de papel, especialmente idónea para la poesía. Muy claro tiene que haberlo visto Antonio, porque bien sabemos lo que cuesta sacar un libro en Adonáis y porque acaba de publicar la antología de su poesía con todos los honores en Renacimiento y allí, en El viaje de la luz, ya recoge (en papel) poemas de El caudal. No ha bastado. Yo me alegro fervientemente por lo que esto nos dice de unión para largo entre la edición clásica y la poesía. 

Y más porque me ha puesto en disposición de releer el libro. Y como allí se dice: 


Antes o después, todos debemos elegir. 
En nuestra mano está: el fervor o la sombra. 





martes, 13 de mayo de 2014

Lástima grande


Lástima grande que no sean horas para tanta belleza. Cada madrugada, antes de irse al trabajo, Leonor me hace un pase de modelos, que sería mi delicia si fuese a otras horas, con otra luz, con menos estrés. 


lunes, 12 de mayo de 2014

Lección magistral


Como suelo, para acostumbrarles a la reflexión, a la memoria y al agradecimiento, pregunto a mis hijos: "¡¿Qué ha sido lo más, lo más divertido de este fin de semana?!". Apunto, entre paréntesis, que el fin de semana ha sido un no parar de fiestas y reuniones. Carmencita contesta, seria, firme, convencida y satisfecha: "Haberme portado muy bien". 


domingo, 11 de mayo de 2014

La memoria punzante de Geri de Bello


El artículo está aquí. Geri de Bello no perdonó a Dante, y le volvió la cara, como se ve en Doré: 


Carmen, en cambio, me perdonó enseguida, como salta a la vista en este retrato de grupo que realizó poco después: 



Y aquí con los nombres puestos: 


sábado, 10 de mayo de 2014

Noche de primavera


En una misma noche
 
frío y calor, 
calor y frío. Entonces 
con mi edredón 
yo me abanico, 
me abrigo y me abanico, 
calor y frío. 


viernes, 9 de mayo de 2014

Y nací para padre (o veinte años después)


Hoy hace veinte años, nada menos, que empecé a salir con Leonor. Le regalé un libro (para empezar mezclándolo todo, que quien avisa no es traidor) y le estampé en la dedicatoria el romance —oh, cárcel de amor— del prisionero.

Poco más tarde descubrí que la esposa del prisionero era... Leonor.

(El augurio se demostró cierto.)



Nací para hijo


Estar leyendo plácidamente un texto y encontrarte cuando menos te esperabas, de golpe. No me pasa a menudo. Nunca como esta vez.  Da igual que me llegase en un día especialmente necesitado, porque cosas como ésta siempre llegan en días especialmente necesitados. Es algo que la estadística puede explicar sin problemas. No me explico, en cambio, por qué Javier no me lo había contado. Quizá pensó que ya lo había hecho y que yo no presumía por humildad. Ja. Él es muy capaz de pensar eso, pero yo no lo soy de no presumir, quod erat demostrandum

En mi disculpa, reconoced que la anécdota es poderosa. 1º) Ese magnífico dolor de María Victoria Atencia: "Pobrecitos, pobrecitos cuánto les habrá costado escribir todo esto, cuánto sentimiento habrán puesto...".  2º) Ese dedo, entonces. 3º) Ese demostrativo: "'éste", con su maravillosa tilde. 4º) El cervantino "y de ahí no se movió". 5º) La salvación de la quema, como dice Javier, que eso fue, porque aquel premio resultó fundamental para mí. 6º) Las reticencias de Navascués, que son el punto de pimienta perfecto, pues por fortuna vencidas. Y, sobre todo, 7º) el "madre en todo" de MVA, que inunda el episodio de principio a fin, del 'pobrecitos' genérico al pobrecito particular, yo, que nací —lo veo claro y más en mayo— para hijo siempre. 





jueves, 8 de mayo de 2014

Raíces y responsabilidad


No digo nada nuevo, pero no importa: no venimos aquí a descubrir el mundo, sino a constatar que lo vivimos.  Y ayer comprobé cuánto tienen que ver las raíces con la responsabilidad. Tenía que decidir dónde plantar los arbolitos que he ido sacando adelante en macetas, y qué temblor de hoja ante el viento de los años. Se fundirán con la tierra y allí quedarán y crecerán hasta alcanzar el verso que dice Micòl en El jardín de los Finzi-Contini: 


'i grandi, i quieti, i forti, i pensierosi'

Esta noche me desvelaba pensando en el rincón mejor para cada uno de ellos. Son una encina, un alcornoque, una higuerita, y este árbol del que no sé el nombre, que crece en varas achopadas y es de hoja caduca, con lo que en invierno trae a la memoria el cuadro de las lanzas, también de Velázquez. Si alguien sabe el nombre, me lo diga, por favor. Si no, no pasa nada, que no vine aquí a botanizar, sino a pasmarme de las raigambres del arraigo. En los árboles y en todo. 






miércoles, 7 de mayo de 2014

Con fotos a María


Cuando llegué a las tantas, después de haber salido a las claras, en casa todavía me esperaba un sinsabor. Cenando, Carmen nos dijo, muy apenada, que era la única de su clase que no tenía un cuadro de la Virgen en casa. Su profesora había quedado muy impresionada, lógicamente. Me engollipé con las prisas por terminar la cena y emprender una romería todos juntos, casi cantando por el pasillo con flores a María, a las imágenes de la Virgen que tenemos y nos tienen. 



Los Blázquez, de remotas raíces riojanas, han conservado la tradición de que la Virgen de Valvanera presida los comedores de sus casas, "para que no falte el pan". Yo, tan aficionado al pan, me he apuntando a lo de la familia política y en estos años he desarrollado una devoción intensa. El viejo grabado, que nos regaló mi suegra, está en la cocina, en la zona del office, que es donde comemos casi siempre. 


*




En la entrada está la Virgen de los Milagros, que es una Virgen guerrera, además de la patrona del Puerto, que se apareció a Alonso el Sabio, nada menos. Me gusta el azul intenso de su manto y el rojo del monaguillo. El cuadrito fue un regalo de mi padre. 

*

El salón y, por tanto, el comedor y la biblioteca, los sobrevuela, desde el estante más alto, la Virgen del Rocío. Por razones de pragmatismo y devoción, allí arriba con ella están mis propios libros, que son los que menos consulto. La figura fue un regalo de mi madre, genio y figura... 


*



El porche y, por tanto, el jardín, y, más allá, la calle son de la Virgen del Perpetuo Socorro, que falta nos hace. Esa imagen es del año en que Leonor y yo empezamos a salir. No nos ha abandonado. 

*



La Coronación de Velázquez, por supuesto. No es el original, pero en mi despacho reina como si lo fuese, si no a todos los efectos, sí a los importantes. Carmen nos preguntó que si la Virgen estaba matando un pájaro. Tuve que mirar y remirar. Cuando lo entendí, me hice cruces. Ve demasiados dibujitos mangas. Y, aunque sé que el Espíritu Santo perdonará la irreverencia a mi hija o la convertirá en un piropo a su esposa mística ("Tú sí me matas", le guiñará), yo me hice el firme propósito de cuidar más la formación iconográfica de mis pequeños. 


*



El cuarto de invitados tiene un grabado del descanso en la Huída a Egipto. Eso quisiéramos que hagan en casa los itinerantes, que se tiendan y descansen. Y servirles nosotros como ángeles. En vez, de eso, voy y me hago el gracioso con los articulitos, ay. No es un cuadro en 3-D con una estrella, sino el flash, aunque queda chulo. 




En la mesilla de noche del cuarto de los niños tendría que haber estado esta estampita vintage, pero el marco es endeble y se caía. La teníamos guardada en el cajón. Y así Carmencita dijo en su clase que no tenía Virgen en su cuarto y ya, por extensión, en su casa. El bochorno, por tanto, nos lo merecemos. La hemos repuesto, compungidos, y vamos a buscar un marco más sólido, tipo alemán. 

*


En nuestro dormitorio, este cobre. Es una escena, a la vez, conyugal y familiar. Yo quisiera ser y estar como ese san José: barbudo y recostado. Casi en el regazo de la Virgen. 


*

¿Falta la Virgen del Carmen?, me alarmé cuando el itinerario tocó a su fin. Ah,  no, suspiré aliviado: el cuadrado anzuelo está en el fiero pecho mío. 


*

Pero no todo fue alivio. En el cuarto de juegos de los niños, falta su Virgen. Nos hemos cogido fuera de juego. Leonor dedicó ya el resto de la noche a buscar en la página web de nuestra amiga Carlota Suanzes