lunes, 30 de enero de 2012

Mi torpe incertidumbre indumentaria


Delante de mi armario me pongo muy antoniomachadiano y hago gala de un profundo desdén por las cuestiones de la indumentaria: "Ya conocéis mi torpe aliño indumentario". Hasta ahí, bien, homenajeo al maestro y me visto cómodo y rápido. Lo malo es que en cuanto piso la calle me vuelvo ipso facto muy manuelmachadiano –Manuel es otro de mis mayores– y en pleno ataque de dandismo sobrevenido, lamento mis pintas y me arrugo (aún más). Parece broma, pero me pasa a diario, desde hace siglos y no aprendo. Como no quiero renunciar a ninguno de los dos maestros, no sé por qué no soy un dandy a la hora de vestirme y un desaliñado bohemio después. Entonces tendría arreglo: podía sacarme la camisa o manchármela o así. Con el desordenado orden de los factores de ahora, desde luego no hay forma. 

domingo, 29 de enero de 2012

Donde la hoguera verde



Inma Moreno ha ganado el premio "Antonio Machado en Baeza", que le ha dado, además de 6.000 € que quién los pillara, la publicación de Donde la hoguera verde en Hip- hip- Hiperión. ¡Hurra! Y a nosotros nos ha dado —y ahí es nada— la posibilidad de leer sus versos. 

El miércoles fui a la presentación del libro a Cádiz-Cádiz, o sea, a Cádiz capital, como decimos los de Cádiz provincia. Yo iba, más que nada, para arropar a mi amiga. Cree el ladrón que todos son de su condición, y abrigo pocas esperanzas cuando voy a la presentación de un libro. Esta vez no se cumplieron mis desesperanzas. Estuvo muy bien. El agudo presentador preguntó por los títulos de los poemarios de Inma, y ella hizo una reflexión muy sabrosa. Son siempre frases inacabadas: Son los ríos, Como lava oscura, y este Donde la hoguera verde; y eso, aunque no lo ha hecho nunca a propósito, debe de indicar, suponía ella y a mí me convenció, su idea de que la poesía es sobre todo señalar un misterio, un misterio al que ha de llegar solo el lector. Egotista, me puse a pensar que quizá mis títulos, frases coloquiales que transparentan un significado más alto, funcionan de un modo análogo, dentro de las diferencias de cada cual. 

Hubo coloquio posterior muy interesante, lo que fue otra cosa insólita. Apuntó Ana-Sofía Pérez-Bustamente [que no lee mi blogg y yo le dije muy en serio que mejor, porque con los amigos que venís tengo suficiente y prefiero que las autoridades lean luego los libros en que selecciono mucho y corrijo más estas entradas, eso le dije, pero a lo mejor, cae en la trampa de Google y viene a ver qué digo de ella], muy bien apuntó, digo, que veía en este libro que sucede en Inglaterra, la huella de una escuela sevillana (Jacobo Cortines, Fernando Ortiz, Juan Lamillar) con cierta contención muy british, que remite —eso ya lo tercié yo— a reivindicación del T. S. Eliot crítico que hiciera Cernuda y, entre nosotros, Ortiz y al tamizado mito de la Andalucía inglesa que tanto glosara Pemán. 

Unos y otros fueron destacando poemas favoritos y me llamó poderosamente la atención la falta de coincidencia. Nadie señaló el que yo colgué ya aquí. Ni tampoco éste: 

FÍSICA CUÁNTICA

La misma luz filtrada en blanco,
el mismo mar de plomo huidizo,
el mismo viento casi sólido,
las mismas gentes,
el mismo suelo,
la misma estricta geografía
y, sin embargo, en mi conciencia,
dos universos separados.

Con su presencia cotidiana,
desde que vine hace unos meses
hasta este instante en que lo miro
¿en qué momento este paseo,
este que hoy vivo y que me vive,
se avino a ser este paseo?

Donde la hoguera verde nace de un viaje a Inglaterra que se transforma en un viaje al interior del alma. Justamente de la transformación nos habla este poema, de cómo un parque anodino (aunque perfectamente descrito: "luz filtrada en blanco", "viento casi sólido", "mar de plomo huidizo") se convierte de pronto en parte de una vida, la nuestra, y ésta hace a su vez nuestro el parque. Las nociones de la física cuántica se aproximan a estas transformaciones sentimentales de la realidad, aunque sin llegar a su hondura.  

sábado, 28 de enero de 2012

Nueva variación

¿La verdad? No.; tu verdad. 
Si es la verdad y la ves, 
hazla tuya desde ya. 
[Sigo dando vueltas a la soleá, ya ven]

More es más


Canetti apuntó en su cuaderno Libro de los muertos un detalle admirable de la muerte de St. Thomas More. No sé de dónde lo sacó, pero lo deja sin traducir: "Laying his head upon the block, bade the executioner stay until he had removed aside his beard, saying that that had never commited any treason". O sea, que dijo al verdugo que esperara a que retirase a un lado su barba, porque ésta no había cometido traición ninguna. Es admirable, realmente, y uno no se puede resistir a apuntarlo también en su cuaderno. Por el humor finísimo, rozando por un pelo el absurdo, pero sobre todo valiente y sereno; y también (More es siempre más) por la elegancia literaria de proclamar allí su inocencia con una viril metonimia, sin lloriqueos ni grandilocuencias, con un guiño al respetable; y por último, por ese detalle de mundanidad bien entendida: cuidando su aspecto hasta el último suspiro. Amén. 

viernes, 27 de enero de 2012

Porque españoles somos todos

Generalmete no, pero esta vez se me ha hecho la boca agua de verme llamado o andaluz:
O 4º número está já disponível e nele podemos saborear a poesia dos portugueses A.M. Pires Cabral, Ana Salomé, Carlos Soares, Jorge Velhote, Manuel A. Domingos, Maria Quintans e Pedro Santo Tirso, da catalã Ana Gorría e do americano de ascendência polaca Mark Wisniewski, apreciar os micro-romances e microcontos dos portugueses Carlos Veríssimo, Guilherme José Pires & João Rui Afonso (do blogue Histórias Daninhas) e João Luís Barreto Guimarães e do andaluz Enrique Garcia-Máiquez, descobrir um conto do nosso grande romancista Camilo Castelo Branco e um outro do castelhano Ignacio Martínez de Pisón e deslumbrarmo-nos com as ilustrações das portuguesas Maria João Sanchez e Mariana, a Miserável, da brasileira Camila do Rosário, da americana Ali Cavanaugh e do francês Julien Pacaud. 

El punto final

No nos pagan mucho a los columnistas, pero a cambio nos llaman de redacción cada dos por tres para que escribamos menos por el mismo dinero. La relación cantidad/precio empieza a ser, por tanto, inmejorable. Yo cada vez tengo que escribir columnas más cortas, apenas la basa, con muy poco fuste. Me dicen que si no el lector de hoy no llega al punto y final. Pero, ¿qué tendrá el dichoso punto y final de tan deseable?, me pregunto. ¿No sería más respetuoso con los lectores y su presunta pereza permitirles que acabasen ellos en cualquier otro punto cualesquiera, aunque fuese suspensivo?... Y seguir nosotros haciendo columnas con su basa, su fuste y hasta su capitel, que puedan interesar algo al lector de mañana.

Machamartillo, qué bien suena

Conservador en todos los sentidos de la palabra, católico a machamartillo, miembro del Opus Dei, rasgos, en fin, de los que me siento lejos, este magnífico poeta mantiene un blog que sigo con gusto. Todos los días hay una entrada, aunque a veces sea brevísima. Pero todas tienen agudeza y hondura. García-Máiquez no oculta sus ideas políticas ni religiosas, en absoluto, pero nunca es agrio, bronquista, amargo o apocalíptico. Tiende más a la levedad, al humor, a la sugerencia. Entre los blogs que estoy citando, no sé si conozco otro, además, tan pegado a lo personal, a lo familiar, a lo doméstico.
Pues hoy habrás hecho la visita en balde, desconocido amigo, porque la entrada diaria me la has escrito tú, aunque la exigencia —merecerme este retrato— venga a ser mía. Y tanta (una en cada coma), que no sé si agradecértela o echarme directamente a temblar.  No dejo, sin embargo, de alegrarme muchísimo por la compañía, por la tuya y por la de los blogs con los que tu atención me junta. 

jueves, 26 de enero de 2012

Inagotable

Quizá si cuando publiqué esta reseña a su poesía completa hasta la fecha Carlos Pujol no me la hubiese agradecido, no habría pensado ahora en rescatarla, y habría escrito otra con otro tono diferente. Y, sin embargo, gracias a eso he aprendido, como de Carlos Pujol, una lección nueva. La leo y me alegro. De los poetas verdaderos no hay que hablar nunca como si hubiesen muerto. 

Cuatro puntos cardinales



La veleta sólo quiere saber de dónde viene el viento, no adónde va...
*
A la brújula lo de los vientos le parece una frivolidad: ella no pierde nunca el norte.
*
Qué empeño el del barómetro por estar a la última. 
*
Y el reloj dando vueltas. 



martes, 24 de enero de 2012

Árabe o polaca, parábola

En un poema de Milosz se nos cuenta esto, que mezcla a partes iguales la picardía y la ternura, la brillantez y el misterio: 

A un sabio piadoso, 
—dice una parábola árabe— 
Dios le dijo con cierta malicia: 
"Si revelara a la gente 
qué gran pecador eres, 
no te harían elogios".  
"Y si yo les revelara 
lo misericordioso que eres 
—le contestó el piadoso—, 
te despreciarían". 

Y a mí me gustaría mucho saber si de verdad lo cuenta algún árabe o no, o es invención de Milosz. Por ver a quién tengo que agradecerlo, además de a Dios, en todo caso.

lunes, 23 de enero de 2012

La vida es sueño



Últimamente la siesta se me escabulle. Y yo soy (¿era?) muy partidario. No llegaba a lo de Mario Quintana y su pereza permanente como método de trabajo, pero mi siesta sí la considera una herramienta laboral. Por suerte, he encontrado una solución. Me digo a las 15: 30, con mucho convencimiento: "Ahora empiezo mi siesta", y lo que sigo haciendo me hago el cuerpo de lo que voy soñando. No estoy muy seguro aún si con esta técnica descanso igual, pero no tengo dudas de que la calidad de mis sueños ha mejorado. Sueño en color, sin bordes difuminados, a varias voces y sin surrealismos. Lo siento por el psicoanálisis, pero en sueños he salido ganando.

domingo, 22 de enero de 2012

Trabajo escolar: entrevistado por un alumno de mi antiguo colegio


¿Qué le inspiró a ser poeta?
A ser poeta me arrastró, supongo, el consuelo de contar (cantar) lo que me pasaba. Si era triste, por eso mismo; pero si era alegre, razón de más, porque duraba poco. La posibilidad de poderle a la pena (poderla decir es poderle) o dejar dicha la felicidad (que es dejarla aquí de alguna manera y repartirla) me parece que está en el origen de esta historia. 

Haz de Luz, tu  primer libro,  fue  Premio Villa de Cox, ¿qué significó este premio para usted?

Es un premio muy mediano, pero significó mucho. El primer libro resulta difícil de publicar y uno carga con un fardo pesado de inseguridades. Un premio te soluciona el primer problema (en ese caso, además, en una editorial estupenda, Pre-Textos) y te cambia las primeras inseguridades por las segundas: pasas de "¿Valdrá algo lo que escribo?" a "¿Valdrá algo lo que he publicado?" La segunda pregunta es más angustiosa y, por tanto, un progreso con todas las de la ley.

¿Hay alguna persona especial que inspire sus poesías?
Primero, Dios; segunda, mi mujer, terceros, mis hijos; y mis padres, mis hermanos, especialmente María; los muertos (el cuento de Joyce, sí, pero sobre todo los de verdad, los de la comunión de los santos), el idioma español; mi perro, mi perra; yo mismo, he de confesarlo y cuánto esfuerzo me cuesta traerme hasta aquí atrás; Mozart, sin ánimo de presumir; un mirlo concreto que vi un día en particular; una estrella fugaz, la luna llena, la media luna, la luna nueva, la playa de noche, de buena mañana, al mediodía, en el crepúsculo, Dante, santa Teresa de Jesús, mis alumnos (no todos); G. K. Gilbert & T. S. Eliot, o sea, el gordo y el flaco; el agua fresca, el vino tinto, Umberto Saba, el sol, que alegra el aire, mis viejos amigos de la infancia, los desconocidos que conversan detrás del escaparate de una cafetería, Ramón Gaya, Jorge Manrique, Mario Quintana, un poema de Emilio Quintana, un montón de Pedro Sevilla, las víctimas del 11-M, Abel Feu, Job, Ortega y Gasset, Jacinto Choza, Asín Palacios, el flamenco, las letras del Carnaval (que no me gusta), Shakespeare, Jaime García-Máiquez (esta repetido, lo sé, pero ahora comparece como colega), José Mateos, España, Eugenio d'Ors, don Álvaro d'Ors, Miguel d'Ors, Víctor Botas, Javier Almuzara, 小林一茶R. S. Thomas, Giotto, Alceo, Rossini, Haydn, el Cancionero, el que vende lotería en la esquina de la calle Larga, una lejana chica irlandesa con cola de caballo y botas de montar que me miró un instante, Wislawa Szymborska, Ramón Gaya (está repetido, pero es que ahora comparece como escritor), Rocío Arana, Nadezhda Mandelstam, la historia de España (antes era el arquetipo), los chicos que hacen preguntas tan interesantes como inagotables en las entrevistas… Y si hay alguna persona, animal o cosa que no inspire mis poesías no es porque no sea especial, ojo, sino porque yo soy miope.

¿Cual es para usted la poesía más querida? ¿Por qué?
El Magníficat. Porque es un poema soberbio y humilde (y viceversa y a la vez), personal y universal, culturalista —lleno de intertextualidades— y biográfico, histórico y profético, íntimo y cósmico, breve e interminable, poderoso y dulce, inspirado y vivido, porque no quiso ser un poema, porque lo tiene todo.

¿Qué virtud considera más importante para un poeta?
El valor.

¿Qué consejos le daría a alguien que quiere iniciarse en la poesía?
Que se relaje, y disfrute.

 Por lo visto, he observado en internet que también es periodista y posee una columna en el periódico del grupo Joly, ¿Qué tipo de cosas data en lo escribe?
Un columnista es todo lo contrario de un periodista, según empiezo a sospechar; pero sí que escribo en los periódicos, y que dure. Trato, supongo, un poco de todo. Si puedo, hablo de política; si no logro interesarme lo mínimo indispensable por lo que pasa en el foro público, me voy tan contento a mi casa, y hablo de mi mujer o de mi hija. 

¿Qué época de su vida le ha inspirado más para componer poesía?
Sin ninguna duda, el presente.
Aunque alguna vez el pasado me ha cogido por la espalda y he escrito algunos poemas con algunas imágenes antiquísimas, de mi infancia. Pero son muchos menos de los que me gustaría. Y también he escrito algo —ahora que caigo— sobre el futuro. Pero son excepciones, en realidad. El presente me tiene entretenidísimo.

sábado, 21 de enero de 2012

Chaves Nogales a pie de guerra



Todos los principios son lentos y trabajosos, así que para la salida al mundo de Ambos mundos hemos echado, sobre todo I. Peyró, nuestros buenos meses. Yo había escrito a toda prisa una reseña sobre los dos nuevos libros de Chaves Nogales, que esperaba ahora pacientemente en el cajón virtual, y veía, mientras tanto, el crecimiento de la polémica (estuvo-no estuvo, sabía-se equivocaba) con cierta inquietud egoísta: lo mío se quedaría viejo, y parecería o anticuado o seguidista de unos o de otros. Encima Balaverde tiró con bala (y contra todo el mundo) y con buena puntería. Pero el tiempo que todo lo complica, también lo descomplica todo, veneno y antídoto. Benítez Ariza escribió una entrada que si no ponía a Chaves Nogales en su sitio, si explicaba por qué no podía estarlo. Y me parece que mi primera lectura vuelve a ser válida, porque la polémica se ha apagado y quedan los libros. Os la enlazo, y así, de paso, declaro oficialmente inaugurada entre nosotros la revista cultural Ambos mundos. 



viernes, 20 de enero de 2012

Sexo duro... y puro

Se van a cruzar en las librerías dos obras con mucho en común y que son, además, todo un síntoma por ser el antídoto de una enfermedad. Ya yéndose, La profundidad de los sexos (para una mística de la carne) del teólogo francés de origen judío Fabrice Hajdajd, que publicó Nuevo Inicio el año pasado; y ya llegando, Retorno al pudor, de la periodista estadounidense de origen judío Wendy Shalit, que próximamente publicará Rialp.

La coincidencia no estriba sólo en el tema, una defensa de la sexualidad pura y dura contra la frivolidad y la intrascendencia imperantes, sino en el tono de ambas obras, nada mojigatas, batalladoras, capaces de escandalizar a los más libertinos, muy partidarias del sexo al máximo, y de las sensaciones hondas, y de los sentimientos fuertes. Postulan que devolver el sexo a su sitio (a su sacralidad) es la mejor manera de valorarlo, por supuesto, pero también de disfrutarlo. Recoge Wendy Shalit que “todos los años aparece un nuevo estudio que muestra cómo las mujeres casadas tienen más orgasmos que las mujeres solteras. Una encuesta realizada por la Universidad de Chicago puso de manifiesto que el mayor grado de satisfacción sexual se producía en los matrimonios fieles”. Hadjhadj, por su parte, nos recuerda que es en el sexo (el Génesis dice literalmente que Yahvé creó a Adán y Eva a su imagen y semejanza, macho y hembra los creó) donde se refleja el misterio de la Santísima Trinidad, nada menos.

Las semejanzas no impiden, como ven, un distinto enfoque, de acuerdo con la formación y la procedencia de cada ensayista. La americana y periodista Shalit hace una defensa utilitarista del pudor, con una argumentación muy pegada a sus experiencias personales y a los testimonios de otros, contando entre sus fuentes primordialmente las revistas femeninas y la sección de cartas al director, y los estudios sociológicos. Cuando hace una incursión en las razones religiosas del pudor es cuando menos cómoda se la encuentra. El francés y teólogo Hadjadj, en cambio, se mueve como pez en el agua entre los argumentos filosóficos y las iluminaciones místicas, y trabaja con un lenguaje muy literario, a veces incurriendo en una sobredosis de juego verbal, cuya exuberancia exaspera al traductor y exige exégesis.

Esas diferencias hacen que estamos ante dos libros complementarios. Shalit propone el pudor y el sexo en el matrimonio como una contra contracultura, una revolución pendiente (la de las chicas buenas, dirá en otro libro), como un baluarte de la verdadera feminidad y como una puerta a la felicidad real de las mujeres reales. Hadjadj lo hace con argumentos teológicos y como un camino directo (o mejor, con vertiginosas curvas) a la santidad. Nos recuerda que Rozanov afirmaba que “Todo pensamiento referente al sexo despertaba en el semita el pensamiento de Dios”.

Precisamente, no es casual que los dos escritores tengan origen judío: hay una exaltación de la carne y de la generación humana que les nace de muy dentro y viene de muy antiguo, de las grandes tiradas genealógicas de la Biblia, y de la que el cristianismo es, gracias a Dios, heredero, esto es, beneficiario. Wendy Shalit cita, en su defensa del pudor, sensu contrario, a Mary Wollstonecraft, que lo consideraba inmoral: en su libro Vindication lo definía como una filosofía “lasciva” que inducía un “refinado comportamiento licencioso”, que “inflamaba la imaginación” de los niños y “prolongaba el ardor” de los adultos”. ¡Pues por eso mismo!, viene a exultar, entusiasmada, Shalit; y algo muy parecido mantiene Hadjadj de la teología católica de los cuerpos. La mezcla de ambos libros es, a la vez, purísima y explosiva.

Un regalo inmejorable


Los Reyes Magos me han dejado en algunas casas de familiares, empezando por la de mi padre, unos dinerillos para que compre libros. Cómo me conocen sus Majestades. Pero este año en la carta de mi casa se me había ido la mano con la bibliografía y en las cuentas generales están las cosas particularmente apretadas. Así que he reunido ese metálico y he estado unos días pagando todo —compras, gas, honorarios del pediatra y pañales— gracias a él. Me ha parecido que me habían hecho mis parientes un regalo inmejorable: no sólo esas facturas, sino los intensos días —de Reyes hasta ayer, que se me acabó la cuerda— que he vivido a cuenta de su detalle. Me han regalado un capítulo muy emocionante del Libro de la Vida.  Gracias mil. 

jueves, 19 de enero de 2012

Desenmascararse


Lo peor del escritor autobiográfico es que realiza un trabajo utópico. Nunca acaba uno de desenmascararse. Te quitas una careta y, al poco tiempo, te descubres otra nueva, y te preguntas cuándo llegarás a tu yo y, sobre todo, a quién encontrarás allí, a quién. Así, me pensaba muy entregado a la voluntad de Dios y siempre que nos ocurría algo, bueno, malo o regular, exclamaba, suspiraba o chasqueaba: "Que sea lo que Él quiera"; pero de golpe y porrazo he caído de otro de mis caballos. Yo lo que soy es un estoico de tomo, cruzado con un hedonista de lomo, un paganazo, pues, de tomo y lomo. Para poder decir "Que sea lo que Dios quiera", un cristiano tiene que sacudirse (literalmente) su placentera pereza de verlas venir y hacer él lo que sabe de sobra que Dios quiere que haga. Y si no, pues no vale. 

miércoles, 18 de enero de 2012

Doble honor

Recibo un doblemente gozoso e-mail de nuestro amigo Ignacio Jáuregui. Reza textualmente: 
"Un honor. Coincidir contigo en una página, nada menos: http://www.malagahoy.es/opinion. No puedo estar más en desacuerdo con tu artículo, por cierto".
El doble gozo es por el honor, que no me lo esperaba y es mutuo, y por la maravillosa naturalidad con la que pasa del regocijo por la compañía a la confrontación de las ideas. Así da gusto. 

Y hablando de  honores, el mío, descubierto hoy mismo, ¡justo hoy!, de coincidir en un índice, el del último número de Mercurio con Carlos Pujol, nada menos. Me ha emocionado. 

Por cierto, mi artículo se titulaba en su v. o. Un texto único. Me lo han cambiado porque no se entendía bien, dicen. Bueno. Pero vosotros seguro que lo cogéis a la primera. 

martes, 17 de enero de 2012

Carlos Pujol, in memoriam



Son muchos los libros que uno le debe a Carlos Pujol, muchos suyos-suyos y muchos suyos-traducidos, todos suyos; y la primera reseña a un libro mío que nadie hizo, la hizo él, y eso no se olvida, a Haz de luz en ABC Cultural, nada menos, y luego votó como uno de los mejores libros de ese año Ardua mediocritas. En sus cartas, era tan cariñoso como exigente y no sé qué agradecerle más. Con el tiempo le alegró, me dijo en la penúltima carta que me escribió. En la última me mandó su libro de oraciones, qué maravilla para una carta final. Su Casa de los santos puede ser uno de los diez libros que más he leído en mi vida, una vuelta cada año, y el que más he regalado. Pero hoy quiero traer aquí algunos de sus aforismos literarios, porque me recuerdan al maestro que en todo fue siempre: 
En literatura las buenas ideas se reconocen enseguida: tienen ya como trazado su cauce de palabras, y son alegres y sorprendentes. 
*
Leer es el estímulo, el material y el aprendizaje del escribir, pero acaba por convertirse en su rival. 
*
Consejo de Jean Cocteau: “no incurrir en pleonasmos, no hacer poesía poética”.
*  
La palabra es música significativa.

*
La prosa es más difícil, pero el verso vale más. 

*
Muchos entienden la poesía como un proceso de evaporización, palabras hechas humo, cuando es un proceso de cristalización, palabras hechas diamante. 
* 
 Escribir como tarea primordial y superflua. 
* 
Enseñar un borrador es como exhibirse en paños menores.

* 
No hay que escribir para ser alguien; si no se es alguien, mejor que no se escriba. 

* 
Si nuestros universitarios terminasen sus carreras sabiendo leer y escribir dignamente, ya podríamos darnos por satisfechos; todo lo demás se daría por añadidura, se encuentra en los libros.. que hay que saber leer y escribir.
*
Críticos. Prescindir de ellos -de nosotros- no sería ninguna catástrofe.

*
La literatura de verdad sale de lo incomprensible.

Derecha e izquierda

..........................A la memoria de Carlos Pujol


Recuerdo una idea feliz de otro de hace ya unos años, y me consuela mucho aquí y ahora. Seguro que él no sabe que alguien, en un cuarto que empieza a quedarse a oscuras en las afueras del Puerto de Santa María, le recuerda, repasa sus palabras y con cuánto agradecimiento. La caridad intelectual cumple como ninguna el precepto de que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, ni lo sospeche siquiera, ni llegue nunca a imaginárselo. 

domingo, 15 de enero de 2012

Una bolsa de pipas


La buena pipa de hoy ha sido toda una bolsa de pipas:

He amanecido tan contento a las 9'15.

Misa de 12 en la Iglesia Mayor. Ante las imágenes de Jesús, Carmen se pone siempre a repasar —ignoraba por qué— sus lecciones de anatomía y repite a voz en grito, señalando: "¡Mano!", "¡Boca!", "¡Pelo!", "¡Nariz!", "¡Pie!"... A mí me desconcertaba y me intrigaba esta costumbre suya ante los Crucificados, hasta que hoy caí en que eran una oración... sobre la amorosísima humanidad de Cristo.

La víspera de Reyes, en la cabalgata, compramos un globo de esos que vuelan. Tenía forma de caracol. Nos pareció carísimo, 5 €, pero como ya se lo había puesto el avispado vendedor a Carmen en la manita, apoquinamos. Luego, nos dio una lata tremenda durante toda la tarde-noche. Pero por mor de los 5 € nos resistíamos a soltarlo. Llegó a casa, vivo y caracoleando y ha estado todos estos días reptando por los techos. Carmen aprendió a decir "¡caracol!" cuando entraba en cualquier habitación, miraba hacia el techo y allí estaba, y Enrique se mondaba de risa cuando se lo poníamos en las manitas-manazas y se le escapa. Nos empezó a parecer que la inversión no había estado nada mal. Pero hoy ha perdido gas, y ya no volaba a todo meter hasta el techo, sino que flotaba a media altura, talmente como un caracol, y es cuando más me ha gustado a mí.

El impagable comentario de Carmen Oteo a mi comentario a Carmen Oteo. (Otros perspicaces y amables comentarios lo han dejado atrás. Si tienen interés en verlo, para comprender mi agradecimiento y mi alegría, han de dar a la pestaña "Ver todos los comentarios".)


Me llama una amiga y me riñe por rajar de Rajoy en mis artículos. Me halaga porque 1) demuestra mucha confianza conmigo, 2) me lee y 3) me supone influencia social. 

La celebración de la marca del título del libro que hace Jesús Sanz Rioja. Está muy bien que alguien le ría a uno la gracia, que reírse sólo es mucho menos gracioso.


Este poema de Inmaculada Moreno, leído en su flamante Donde la hoguera verde, que nos regaló ayer:

ERA UN STABAT MATER
                        A Eva Warren, honesta, musicóloga, pianista.

Era un Stabat Mater.
Me decías entonces,
con tu puño huesudo
instalado en el cuello,
palabras que encerraban
más tristeza que enfado
contra el arte que se hace
mercancía oportuna.

Y era en la catedral
anglicana de Liverpool.
Se estrenaba esta obra
de Karl Jenkins. Ingenua,
yo salía encantada
de asistir a un estreno
tan clamorosamente
anunciado por todos.

Oyendo tanto aplauso
tras tanto acorde pulcro
de armonías diversas,
dijiste en voz muy baja
y con ojos desnudos:
It does not come from truth.
Y entonces vi lo sola
que te estabas sintiendo.

He ido al cine con Leonor. (Hemos visto El topo, que se ha dejado ver.)

Y me acuesto a las 10: 53 a leer Historia de un alma, tan contento. 


Esto lo leo tan temprano, que lo meto en la bolsa de ayer, para acabar de redondear el día. 

Tres lecciones de Carmen Oteo

Cuánto se nos ha dicho, y yo me he repetido, que el primer paso es la mitad del camino, que lo más difícil es empezar y todos esos refranes que animan a poner manos a la obra. Pero arrancar también puede ser el momento perfecto para ver que no compensa o no se puede hacer un trabajo. Es lo que le pasó a Carmen Oteo con las Monster high, cuya artículo ya había empezado a escribir. "Las llamaba", me cuenta, "mosterjai que me parece más cañí y las definía como unas Belén Esteban tuneadas a lo jalogüin con la sola virtud de estar calladitas (que no es poca cosa comparadas con el modelo)". A pesar de esas espléndidas ideas, lo dejó, dándonos dos lecciones extraordinarias. Y una más: digan lo que digan esos refranes animantes, empezar las cosas es también (puede serlo) el primer paso para dejarlas. Uno puede estar alimentando proyectos ambiciosos en su mente media vida, pero en cuanto se pone a ellos, ve que no. Y esa no es una ventaja menor, ni mucho menos, de ponerse en acción cuanto antes. 

sábado, 14 de enero de 2012

Dulces sueños

Alguna vez, viendo cuánto hay que leer y descreído del subconsciente, lamenté tener que dormir tantas horas inútiles. Sin embargo, desde que tengo hijos bendigo el sueño. Qué gran cosa. Nada más reparador, sobre todo para los padres, cuando por fin caen rendidos los niños. Y no es sólo por la paz en casa de esas últimas horas impagables. Un hijo dormido da, sin contaminación ni distracción ninguna, un testimonio de su puro existir, que es el milagro que más pasma a sus pasmados progenitores. Y el sueño apacible significa salud, bienestar, inocencia… Ahora cuando me acuesto, aprovecho la experiencia, que es un grado, y le deseo a Dios Padre que disfrute de mi sueño.

viernes, 13 de enero de 2012

Pido un deseo



Son célebres los versos de Mimnermo donde pide:
Ojalá que sin enfermedades ni penas angustiosas, 
a los sesenta años me alcance la muerte fatal.
Y muy celebrada por todos ha sido la contestación del sabio Solón, un poco mayor que él :
Pero si aún ahora me atiendes, suprime ese verso,

y no te enfades, porque yo medité mejor que tú.

Conque cámbialo, poeta gentil, y así canta:

«Que a los ochenta años me alcance mi destino mortal.»
Yo creo que la contestación de Solón tampoco es tan graciosa como se corea, si exceptuamos ese "si aún ahora me atiendes" dirigido al joven que ya es famoso. La verdadera gracia de la cosa estaba ya en el propio Mimnermo, que se había pasado la vida cantando a la juventud y despotricando de la vejez. Así:
... pues tan pronto llega la triste

vejez, que hace al hombre feo y malo a la par,

sin cesar le consumen el alma los viles cuidados,

ya no se alegra mirando a los rayos del sol,

los muchachos le odian, lo vejan también las mujeres.
Y así: 
... después que esa edad del hombre ha pasado, sin duda

que estar muerto resulta mejor que vivir.
Y así: 
Ni el propio padre, tan pronto cambia de edad, por muy bello

que fuese, le inspira a un muchacho cariño ni estima.
Y así:
Zeus le dio un mal a Titono, vejez perdurable,

que asusta incluso aún más que el horror de morirse
Y así: 
Lo mismo que un sueño, dura un tiempo muy breve

la juventud preciosa; y la triste y deforme vejez

pende enseguida encima de nuestra cabeza,

hostil a la vez y canalla, que cambia la faz de los hombres

y, abrazándolos, daña su vista y su mente.
Ya ven, este romance tan apasionado de Mimnermo con la breve juventud preciosa, la flor de la edad y la rauda primavera, Afrodita de oro, etc.; y luego, ay, el mismo Mimnermo, hasta los 60 nada menos quería vivir. Qué pillín.

Pero se lo celebro hoy por todo lo alto (como un cumplido consuelo) en el 
día de mi cumple: ¡todavía me quedan 17 años (¡toda una adolescencia!) de alegre juventud! 

Aunque poniéndonos más solonómicos, ya puestos a corregir a Mimnermo, yo preferiría, y que no se me enfaden ninguno de los dos poetas gentiles, llegar a los 90, o incluso un poco más. Como logre apagar todas las velas, pediré de regalo el día de mi muerte: el 14 de junio de 2061. 



Por amor a la vida, lógicamente, y al 3 y a la buena compañía y a los números redondos. Cumpliría aniversarios con Jorge L. Borges (75 años después) y con Gilbert K. Chesterton (125 más tarde), nada menos. Qué ilusión más gorda. A ver si aguanto.

jueves, 12 de enero de 2012

Poemita de un GKC adolescente

Los españoles piensan que Cervantes 
vale lo menos como siete Dantes. 
Reputan en Italia estrafalaria 
semejante opinión: les da urticaria. 
[The Spanish people think Cervantes/ Equal to half a dozen Dantes; / An opinion resented most bitterly/ By the people of Italy]

martes, 10 de enero de 2012

Releer


En Las llagas y los colores del mundo, el nuevo libro de entrevistas a José Jiménez Lozano, realizadas por Guadalupe Arbona, recuerda el escritor castellano que Nadezhda Maldelstam aseguraba que “aprendió a leer al releer a Dostoievski”. Estamos ante una cita extraordinaria, mucho mejor incluso que la famosa de Borges, un tanto pedagógica, de “Creo que releer es más importante que leer, salvo que para releer es necesario haber leído”; y mejor que la del mismo Vladimir Nabokov, algo moralista, aunque también buena: "Los libros no se deben leer, deben releerse". La de Nadezhda no explica ni dicta, muestra. Y bajo la gracia de su paradoja, establece una gran verdad. Sólo se aprende a leer después de haber leído mucho y releyendo, sobre todo, a los grandes maestros. Yo me voy a poner a releer a Dostoievski ya mismo a ver si aprendo a leer de una vez, porque el libro del que Jiménez Lozano saca la cita, Contra toda esperanza, me lo leí en su día y se me escapó, cómo, cómo —me tiro de los pelos— esa joya.

***

Post scriptum: Aunque --dejo de tirarme un momento de los pelos-- esto me sirve para notar que se aprende a leer también leyendo a los mejores lectores, releyendo con los ojos de otro.

lunes, 9 de enero de 2012

Foronda, 3–Máiquez, 1

Como me parece que a José Ignacio Foronda no le gustaría golearme, me apuntaré un tanto, llamado el del honor. He descubierto que el astuto riojano en su dietarios Días bajo el cielo disimula sus haikus y no escalona sus versos. Los enmascara en aforismos, aunque marcándolos con una leve asonancia interna —que quizá aquí por eso sí que esté justificada. Lo mismo hace con una seguidilla. Y hace muy bien y lo hace muy bien y por eso también le apunto a él otro tanto. 3–1, es un resultado justo, desde luego. Y bromas y marcadores aparte, es muy bonita la lección de disimular, pero no del todo, con un pudor que se agradece y que también es, por delicado, muy japonés, sus versos. Aquí van, sin tapujos:   

Ocho de agosto.
Bajo el yugo del sol
tú y yo y los tábanos.
 *
En pies y rostro,
tocándonos los huevos,
moscas de agosto.
 *
Luna nueva:
estrellas a millares
y una luciérnaga.

De la zarza a la teja
va el colirrojo.
Cuando no estoy contigo
me araña todo.
 *
No hay amargura.
Caminos de septiembre:
moras y uvas.
A propósito, con este frío y teniendo que volver al trabajo, ¿no se echan de menos hasta las moscas, las benditas moscas de agosto? 

domingo, 8 de enero de 2012

Poesía-Ikea

El artículo de hoy tendría que haberlo afinado mucho más, pero tuve poco tiempo, llegué a él —como se deja ver— hecho pedazos y, sobre todo, me distrajo una ikea. A la poesía que hacen (es un decir) los jóvenes más mediáticos del momento la llamé Poesía de línea discontinúa, para subrayar su ruptura con la línea clara. Pero eso no la situaba en su contexto social sino en la continuidad o no de las corrientes estrictamente literarias. En cambio, ayer vi que esos textos cumplían con el pequeño requisito ese de responder a su tiempo, lo cual me entretuvo. Como los juguetes de hoy, y los muebles, y las medidas políticas, esos poemas vienen en pedacitos, que tenemos que montar luego con el sudor de nuestra frente, encajando piezas y suspirando porque no les falte ningún tornillo o porque encajen todos en sus boquetes, y así poder disfrutar al final de tanta artesanía de salón de un bonito objeto en serie.  

sábado, 7 de enero de 2012

Pura picaresca

Ya he contado aquí muchas veces lo discreta que es mi mujer. Sin embargo, la noche de Reyes, en la cabalgata, vio algo que le hizo avisarme a voz en grito y señalarlo –incluso– con el dedo. Una paralítica se había levantado de un salto de su silla de ruedas y estaba cogiendo caramelos en dura competencia con la chavalería. Teniendo en cuenta que los que iban en las carrozas no eran los Reyes Magos de verdad, descartamos el milagro. Asistíamos, pues, a una estampa del Siglo de Oro en su vertiente menos áurea: la novela picaresca. Con la crisis, creo que veremos muchas más por el estilo, entreveradas de risa y de tristeza, tremendas.

Humildad: doble o nada

En Lengua de madera, breve antología (dos veces breve) publicada en la Isla de Siltolá de la poesía breve inglesa, y realizada por Hilario Barrero, y de bellísima portada, un poema me ha recordado mucho una idea madre de mi madre. El poema es de David Budbill (1940) y reza: 
Quiero ser 
famoso 
y así poder ser 
humilde
[…]

Porque, ¿de qué sirve mi 
humildad 
si estoy 
atascado 
en esta oscuridad? 
Decía siempre mi madre que era muy sencillo ser sencillo cuando se es duquesa de Alba o descendiente coronado de los Capetos. Tu dignidad se impone sola y tú te puedes dedicar entonces a la campechanía y tal y cual, ja, ja, ja. Lo difícil, como siempre, es el equilibrismo de la clase media. Ser humilde, siendo humilde, es lo meritorio: un doble de humildad.


O dicho con una chincheta: La humildad es el privilegio de los humildes. Ahí es nada. 

viernes, 6 de enero de 2012

¡Oh!


Foronda, 2—Máiquez, 0


Días bajo el cielo, como ya hemos dicho, es, literariamente, precioso. Y además encierra una doble enseñanza moral. Primero, no se permite ni una sola broma con el tema (tan inflamable) de la familia política (tan de actualidad en estas fechas). Sin efusiones sentimentales, que darían vergüenza ajena, destila admiración y cariño por todos ellos. Y segundo, que el modo en el que Foronda, dueño de su soledad, se siente parte de la familia de su mujer y del pueblo es compartiendo las faenas del campo y de la casa. El trabajo en común es una comunión. 

Vuelve a casa por Navidad (y por Epifanía)


Entre las quejas contra la Navidad de los que se quejan de todo (en verano, del calor; en otoño, de la lluvia; en invierno, del frío y en primavera, de las alergias) la más famosa es que son unas fiestas tristes porque uno se acuerda de los que no están. Cierto: también los ausentes vuelven a casa por Navidad, pero eso tendría que ser otro motivo de alegría y de los más gordos. Qué suerte contar con un tiempo especialmente cualificado para recordar a los seres queridos, que tenemos que no olvidar nunca. Que además de vivir en el más allá vivan también en el más adentro. Echar de menos es la manera más íntima de sentir de más.

miércoles, 4 de enero de 2012

Que no se me olviden tampoco

... estos versos de Luis Alberto de Cuenca, inspirados en Faulkner, en el recién llegado último número de Clarín (96):
Sin amor, sin honor y sin orgullo, 
sin emoción y sin complicidad 
la poesía no tiene sentido. 
El deber del poeta es escribir 
sobre la compasión, la fortaleza 
y la debilidad, sobre el espíritu 
de sacrificio (que redime el mundo), 
la piedad, el coraje, el heroísmo.  
[…]



Que no se me olvide

Que no se me olvide que uno de los propósitos de este blogg a partir de verano fue darle un aire nuevo a base de dejar de contar lo primero que se me ocurriese e imponerme la disciplina de extraerle al día su perla o, siendo menos pretencioso, su pepita o, siendo menos pretencioso, su pipa. Me hacía, de paso, gracia que el lema de la renovación fuese "El cuento de la buena pipa".

Para hacer honor al lema, voy a volver a hablar de Carmen y sus pronombres. Y me he llevado el artículo con su mala pepita de mi mala uva al trampolínk, para que desde allí salte.

Cuando llegué a casa, L. me informó que C. había pintado la pared. "¿Le has reñido?" "Oh, sí, mucho". Pero en cuanto me vio, C. dijo: "Hamos" y me dio la mano y me llevó hasta la pared. Se planta allí, señala su garabato y luego se señala a ella, en mitad del pecho y firma: "Tú". Se vuelve a señalar: "Tú", y al garabato, para que quede bien clara la autoría. Ya veo yo la intensidad con que su madre le ha reñido. Pero a mí tampoco me sale ponerme serio, porque, aunque el dibujo aún deja mucho que desear, el orgullo es talmente ya el de toda una artista. "Dichosa la rama que al tronco sale", la bendigo, reconociéndome. 

martes, 3 de enero de 2012

Un paradójico egotismo


Carmen ha deducido que se llama “Tú”, en vista de que nos dirigimos a ella con ese curioso —pensará— dimitútivo. En el fondo, es un extraño caso de egotismo: “Yo soy ‘Tú’ por excelencia”. Un egotismo mucho mayor que el egotismo literal: que cada "yo" se centre en sí mismo no es demasiado llamativo, pero pensar que todos se centran en tu "Tú" es brutal. Y en el caso de Carmen, bastante cierto. Aparte del problema pedagógico de ver cómo deshacemos el nudo gordiano de pronombres, me parece que la cosa podría esconder una enseñanza literaria. El buen lector es “Tú”, o sea, el interlocutor impepinable —pensamos— de cuanto lee y eso enlaza con una veta muy íntima de nuestra personalidad y de nuestras primeras concepciones del mundo. El “tú testaferro” que decía Carlos Bousoño, esto es, cuando el poeta habla de sí utilizando el tú, no se trataría entonces tanto de una técnica de despersonalización, como de una manera de volver al reino mágico de la infancia; y un automatismo que revela que el poeta es, sobre todo, un lector, y de lo suyo, el primer lector. Esto es una intúicion, natúralmente, que podría tratar de desarrollar más, aunque no hace falta: tú ya me entiendes.