martes, 29 de diciembre de 2009

Máiquez le pega un cosqui a Wesley

Uno de los blogs que leo con más gusto es el de Wesley Jackson. Tiene un tono delicioso, un subtítulo insuperable, un personaje encantador y mucha gracia. Me gusta tanto que me voy a permitir darle un cosqui, que se lo merece (en los dos sentidos).

Cuenta que en vez de ir al preestreno de Paranormal Activity fue a la presentación de un libro de José Jiménez Lozano. Hizo bien.

Describe a JJL., y lo hace muy suelto, pero bien.

La reseña de la presentación del libro no está nada mal. Los que somos de provincias y no podemos asistir a esos eventos capitalinos se lo agradecemos.

El cosqui viene a continuación. Resulta que W.J. ha ido en un par de ocasiones (así, en stylo casual) a visitar al maestro Jiménez Lozano a su casa de campo de Valladolid mientras que reconoce que no le ha leído gran cosa: una novela, alguna poesía suelta y dos o tres cuentos. ¡Vaya con Wesley!

Sobre todo, no sabe lo que se pierde, como Jesús Beades el caritativo le señala muy suavemente en comentarios. Pero además, ¿qué concepción tiene de la literatura, eh? En el fondo, hasta los más listos y sensibles (y W.J. lo es) se piensan que los escritores son gente aburridísima a la que viene bien que visitemos un rato, como a los enfermos, en plan obra de misericordia. ¿Se imagina alguien a un forofo del Barça dejándose caer (en un par de ocasiones) por la casa de Messi? Y un forofo, aún. Sé de alguien que lee, colecciona y relee todo lo de JJL, incluso sus artículos del Diario Palentino, y que luego, porque todo le sabe a poco, le rinde alguna visita de homenaje a Petit Port-Royal, y eso entonces está justificado. Pero, volviendo al símil futbolístico, ¿qué pensaríamos si, en vez de un forofo de Messi, el que llama a su puerta es uno que vio dos goles una vez en un telediario y, oye, no le parecieron mal y, en fin, más que nada, no sé, va para contarlo, y por el chorizo argentino que saca de aperitivo, y por lo decorativos que quedan esos balones viejos que guarda de recuerdo el crack por los rincones?

Moraleja: no invitar a comer así como así, ni a un afable café.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Libros perdidos y hallados justo a tiempo

Ayer di un lento paseo de convaleciente hasta la playa del brazo de Leonor. Dicho así y leído desde lejos puede sonar hasta romántico, pero la realidad no se la deseo a nadie. El día 23 tomé una ostra envenenada y he pasado unos días digamos que tambaleantes. Por eso no he contestado --perdonadme-- los correos electrónicos, los sms ni los comentarios felicitatorios en el blogg y encima me he quedado rezagado en mi curso de lectoescritura griega. Ayer bajamos a ver las olazas del mar, que está salvaje, revuelto, con mala cara, de un color gris barro, que no me extraña nada porque dentro guarda miles y millones de ostras, el pobre viejo. Entonces, en un contador de electricidad destripado vi tres libros que con las lluvias torrenciales estaban calados hasta los cuernos. Los miré y eran ¡de poesía! y ¡en catalán! (comprendan mi sorpresa: estamos en el Puerto de Santa María). Buenos títulos, además:
-Llibre de merevelles, de Vicent Andrés Estellés
- La canço de d'amor i de mort del corneta Christoph Rilke, traduïda per Carles Riba, de Rainer Maria Rilke
y - Llibre d'Amic e Amat, de Ramon Llull
Como en el horizonte asomaban nuevas nubes negras, que los terminarían de destrozar, me los he traído a casa. Lo cuento aquí por si quien los perdió lee mi blogg, que se los devolvería inmediatamente y bien secos ya, y para celebrar, en caso contrario, este regalo adelantado de los Reyes Magos.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

(Dibujo de Nicolás García-Máiquez Mateos y décima de un servidor.)

......ACCIÓN DE GRACIAS

Saltó san Juan de alegría

en el vientre de Isabel

al oír el cascabel

del saludo de María.

Pero yo no cambiaría

ni por la Visitación

estos saltos de ilusión

que mi niña da en el vientre

de su madre, en misa, entre

el gloria y la comunión.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Corrigiendo exámenes

EN los exámenes tipo test de mis alumnos, entre las posibles respuestas, suelo deslizar una o dos con palabras atractivas, misteriosas, rimbombantes o semitécnicas que no significan nada de nada. "Las coyunturas consiguientes de las sinergias estructurales y las tolerancias paralelas a la paz", por ejemplo, como una de las contestaciones a "¿Cuáles son las estrategias de negociación?". Las primeras veces, algunos incautos marcan esas respuestas peripuestas sin dudarlo ni un segundo, abducidos por un vocabulario arcano que les suena de maravilla, como una fórmula mágica. Luego, cuando corregimos el ejercicio en clase, les explico que deben desconfiar de todo aquello que no entiendan bien. Casi siempre se encontrarán ante el truco de un prestidigitador palabrero.

Pocas veces me siento tan útil. Acostumbrarlos a confiar en su sentido común y a pedir explicaciones cuando no lo vean claro es desactivar la carga explosiva de buena parte de la publicidad, de mala parte de las imposturas literarias y, sobre todo, de un tanto por ciento elevadísimo de los discursos políticos. Los poderosos, en el ámbito que sea, se enfundan enseguida el famoso traje del Emperador, o sea, que ellos andan cómodamente desnudos, pero despertando a la vez y gracias a la verborrea de los sastres que les enhebran sus discursos, la admiración atónita de todo el boquiabierto respetable. Oh.
[Estos dos párrafos son los que sirven de tormenta de ideas, el resto del artículo son rayos y truenos sobre ZP en Copenhage y, por tanto, el periódico es su sitio.]

lunes, 21 de diciembre de 2009

Domingo

Por la mañana, nada más levantarme, escribí un poema, un poema estupendo. El insólito acontecimiento me puso de magnífico humor. Aproveché el impulso para escribir por fin dos cartas que tenía traspapeladas. Luego, sin solución de continuidad, me enfrenté en la cocina a una calabaza muy dura de pelar. Fui a un funeral. Por la tarde, decidimos ir al cine. No quedaban entradas y tuvimos que esperar a la próxima sesión durante dos horas en un centro comercial atestado. No perdí mi excelente humor, aunque resulte inverosímil, y eso que escrutamos detenidamente innumerables tiendas de ropa. (También de ropa de bebé, todo hay que decirlo.) La película, bueno, pero yo seguí inalterable. La homilía de la misa tampoco hundió mi optimismo. Ni preparar la cena de la noche del domingo, con lo que son las noches de domingo. Antes de acostarme, pude volver a echarle un vistazo a los versos, y qué decepción. ¿No eran estupendos por la mañana y no había yo estado alentando sobre ellos todo el día? "Qué (auto)engaño", suspiré, mientras los tiraba a la papelera. En el ruido seco del papel arrugándose en mi puño me pareció oír un murmullo satisfecho: "Misión cumplida", decía.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Buenos días y buena suerte

Se habla mucho de que con la prohibición catalanista de los toros no se quiere otra cosa que laminar allí todo lo que suena España. Y está claro. Pero, además, ¿no creen ustedes que les tiene que quemar la sangre que los taurinos, en vez de desearse "mucha mierda", como en el teatro, se digan "Que Dios reparta suerte"?

sábado, 19 de diciembre de 2009

Cara o cruz

Para hacerse perdonar que pasara por el Puerto sobre ascuas, Carlos RM me envío una invitación a Spotify. Yo me había quejado de no ser capaz darme de alta solo. Ahora que lo he conseguido, qué buena música, en efecto. Pero a los diez minutos, ya estaba buscando a Mario Quintana y a Dante

No tengo remedio. Del viaje a Sicilia me traje dos euros con el perfil de Dante, viva moneda que nunca se volverá a repetir, me recitaba. Lo guardé en mi cartera y cada vez que pagaba perdía mis buenos segundos en identificar la moneda italiana y apartarla con cuidado. Era un homenaje continuo. Un día, sin embargo, se me perdió. ¿Pagué algo con ella? Para mayor mosqueo tuvo que ser confundiéndola con una moneda de un euro porque cuando había que soltar dos yo ponía los dos ojos. Luego, en un aparcamiento subterráneo de Jerez, yendo al ginecólogo por primera vez, la máquina me devolvió el perfil de Dante, que por lo visto se volvía a repetir.

Ahora las colecciono: tengo cuatro. Tuve cinco, y, ay, ay, volví a perder otra. Siempre llevo en la cartera la última adquisición, para no dejar de rendirle ese segundo de peligroso homenaje, y cuando me entra un Dante nuevo, lo celebro mucho, relevo al antiguo (que debe de suspirar aliviado) y lo meto en una cajita. Mi meta es llegar a cien, como los cantos de la Divina Commedia. Y así vamos pasando el rato.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Sois judíos

En una de mis pocas fotografías a la que tengo cariño aparezco con mi hermano Jaime. De viaje por Europa vimos una pintada —no sabíamos si en una casa particular o en una sinagoga— con una esvástica y una acusación: “Sois judíos”. Tapando con nuestras caras sonrientes la idiota cruz gamada, posamos orgullosos bajo ese título nobiliario: éramos judíos.

Del hecho en sí no tenemos certeza. Pero habíamos sido educados en el amor absoluto por los judíos Jesús, María y José, entre muchos otros. Luego, la pasión por la literatura hizo el resto. Cuántos escritores extraordinarios son judíos. No es casual: su lectura de las Escrituras les prepara de una forma extraordinaria.

En todo caso, es bien probable que tengamos sangre judía, gracias a Dios. La historia de España deja poco lugar a dudas. En mi familia, además, hay narices que encajan en el perfil. Y mi padre una vez me explicó muy serio que Abrahán negoció mal la salvación de Sodoma, porque al no haber esos diez justos con los que Yahvé ya le había concedido el perdón de la ciudad, dejó de regatear. Mi padre, con todos los respetos para el padre Abrahán, hubiese seguido terciando hasta un no tajante, lo que indica una decantación de la raza. Con estos antecedentes, ya pueden ustedes imaginar la alegría con la que recibí la noticia de las investigaciones de las universidades de Leicester y Pompeu Fabra. Según sus estudios, los andaluces occidentales tienen un 18% de ADN sefardita. Malo sería que a mí, tan del Puerto de Santa María, no me tocase en suerte por lo menos un décimo, ¿no?

A esta llamada de la sangre, le ha dado una explicación el teólogo judío Michael Wyschogrod. El compromiso de Dios con Abrahán y su familia es una prueba de su amor por los individuos concretos. Él no ama en abstracto al género humano como un socialista, sino a las personas a la sombra de su árbol genealógico y de sus relaciones concretas. Mi admiración por los judíos es, por tanto, una expresión más de mi firme vocación de amado de Dios.

jueves, 17 de diciembre de 2009

A vueltas con la verdad

1) Veo en Statcounter lo que andan buscando en Google para llegar a Rayos y truenos. Todo me parece muy bien o me hace gracia. Sólo una búsqueda me inquieta y desazona de verdad: la de los que preguntan al oráculo por “Enrique García-Máiquez”. ¿Qué encontrarán?

2) Tenía preparada una entrada [véase en comentarios] sobre las sesiones de evaluación. Pero ahora, metido hasta el cuello en ellas, no soy capaz de ponerla aquí arriba, a la vista de todos. No es por prudencia ni por pudor ni tan siquiera, creo, por la impotencia que en algún caso —y no hablo de aprobar o suspender— siento. No la pongo, qué raro, por demasiado verdadera.

3) Aprovechando la lluvia en los cristales, leo a Machado. Cuando dice lo de “Y volver a sentir en nuestra mano/ aquel latido de la mano buena...” pensé que hablaba de su Leonor y me quedé tan campante, pero el poeta precisa: “aquel latido de la mano buena/ de nuestra madre”. Ah, ahí está el maravilloso Veritatis Splendor, que justo en el poema que sigue Machado describe humildemente como “la ola humilde […] de unas pocas palabras verdaderas”. En la mano de la amada, umm, se siente la piel, la piel y el alma. El latido sólo en la mano de la madre, lo recuerdo perfectamente. Qué honda la verdad, qué misteriosa.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Cinco

Estos días mi libro de bolsillo es Troppo Vero. Entre los alumnos, su volumen suele causar una honda impresión. Con los de Frío y Calor causó también una animada tertulia.
Jesús Jiménez Lobo: "¡Qué bestiaaa! Yo no creo que en mi vida me meta, ni juntándolas todas, ese montón de páginas".
Francisco Hidalgo de la Cruz: "¿De qué va?"
Yo: "Un escritor y poeta, que cuenta su vida, lo que le va pasando..."
Javier Ibáñez: "Ah, pues eso me parece a mí que es el método más sencillo para hacer un libro. Yo podría hacerlo".
Yo: "La realidad te dictaría el argumento, sí, pero hay que tener el oído muy fino, porque la vida habla en voz muy baja, como si estuviese copiando en un examen. Luego hace falta muy buena mano, que ya sabéis que los dictados se complican..."
Jesús Jiménez Lobo: "Sería fácil de escribir. Lo difícil es que interese a alguien después".
Javier Ibáñez: "A él [por mí] le interesa esto [por Troppo Vero]
Yo [queriendo demostrar que no soy tan único ni tan friki]: "A mí y dicen que a cinco mil, si no a más, lectores".
Javier Ibáñez [con admiración]: "¡Cinco mil! Con que me leyesen cinco que no fuesen de mi familia..."
***
Cuánta razón tiene Ibáñez. Qué maravilla que te lean cinco. Y entonces me acordé de vosotros, que sin ser astronómicos, sois incluso más de cinco, y me dije, con una emoción auténtica: "Tengo que darles las gracias". Y luego pensé poner aquí la frase de Javier Ibáñez Estrade, porque es verdad, y para que le lean más de cinco, que se lo merece.

Arre, arre, arre,

la marimorena.

martes, 15 de diciembre de 2009

Su primer libro

Siempre me pareció especialmente idiota el anuncio aquel de "su primera colonia", pero viendo la ilusión que me ha hecho su primer libro, y teniendo en cuenta que el personal suele valorar más un perfume que un volumen, me retracto públicamente. Ayer, cuando fui a Correos, con lo último que esperaba encontrarme era con un regalo para nuestra niña. Ni con esta carta:

Queridos Leonor y Enrique;
Quería manifestaros toda mi alegría por ese nuevo miembro en la familia. Como la amiga librera que soy a mí me toca ayudar con la biblioteca de la pequeña.
Yo no os profetizo que leáis menos [o sea, que encima ¡me lee!], pero quizás cambiaréis el tipo de lecturas. Para empezar os envío el libro de poesías que más me marcó en mi infancia. He intentado buscar la edición antigua, pero no ha habido manera. Ésta, aunque cambiando las cubiertas, es calcada de la original. Es una traducción, pero increíble lo bien que está. Me encanta, por ejemplo, el poema 40.
Bueno, el caso es que un libro que adoro y con el que quiero contribuir al inicio de la que supongo será una pequeña lectora.

"Espero que os guste...", seguía. Y ha sido mucho más que un gusto. Qué emoción inaugurar su biblioteca, y con un libro de poemas, y con un regalo de S. De S., y de San Juan de la Cruz, que todos los años el día de su santo me trae algo, y este, cuando ya parecía que se había olvidado de mí, se ha superado a sí mismo. Para que no cupiera duda, miren su firma, "oscura noche hermosa", en el primer poema que leí, a la puerta de Correos, a la luz titubeante de un farol que brillaba con un no sé qué que queda parpadeando. El libro es El libro de los monicacos de Michael Ende. Y el poema 40, "Para susurrar mientras concilias el sueño" hubiese sido, además, perfecto para Leonor anoche:

Suave, leve, blando arrullo,
pausado, quedo murmullo.
En el cercano aposento
suena el viejo reloj lento.

Blanda, suave, leve almohada,
fiel quietud, mano posada.
Padre, madre: cercanía;
cerca están: confía, fía.

Confía fía, reposa;
tras la oscura noche hermosa,
se abrirá la luz temprana:
¡qué bello día mañana!

Suave, leve, blando arrullo,
susurreo, bisbiseo, murmullo,
ola lisa, balanceo,
columpio, barco, trineo.

Trineo, columpio, barco,
para mis sueños me embarco.

Duermevela

Insomne, como una daga veneciana, ella —limpiamente— entra y sale, sale y entra —¿cuántas veces?— de la cama.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Gloria en Re Mayor

Concierto del Coro y Orquesta de la Ciudad de Cádiz en la iglesia de San Francisco. Y allí estábamos nosotros, con muchos compañeros del IES, para oír a nuestro secretario Wigberto Morales, que canta en el coro. Le oímos a él y mucho más. A pesar de que me cuesta arrancar y de lo que cuesta aparcar en Cádiz, mereció la pena y más y más y más, hasta el borde máximo de la alegría, sobre todo, por la sinestesia. Hubo un momento, cuando el coro atacó el Propter Magnam Gloriam del Gloria en Re Mayor Rv 589 de Vivaldi, que vi cómo el retablo barroco del altar mayor de la iglesia se disolvía en música. No en la música de Vivaldi, sino en la música que el retablo era. Sus volutas subían como sostenidos, sus dorados sonaban agudos, sus hornacinas, sus santos y sus ángeles, todo era una música sacra. Cuando terminó el concierto miré al altar con cierta aprensión. ¿Se habría volatizado? Pero no, allí seguía, sólido, pero sonando, sonando ya para mí para siempre.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Jugar con fuego

Del campo semántico del calentamiento se me quedaron fuera de la columna:
-fuegos fatuos.
-dar la brasa
-la aliteración Al Gore/ hoguera
y -soflamas encendidas
Pero no se trataba de demostrar mi chispa. Sólo de dar la razón a los climatólogos en lo que sí la tienen: somos antiabortistas. Y de enviarles también, ya que estamos, un caluroso abrazo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Cotta

Propuse una terna de reseñas a Poesía Digital (la Szymborska, Leopoldo Panero y Jesús Cotta) y me escogieron dos tercios: se quedó fuera Cotta. Una pena, porque A merced de los pájaros se lo pone a huevo al reseñista. Tiene algunos fallos evidentes, tanto, que el crítico no arriesga al señalarlos y puede componer con toda facilidad un desplante torero, que el respetable eso lo agradece siempre mucho. Pero encima, luego, esos defectos importan poco, porque la poesía se abre paso a través de ellos (paso o, mejor dicho, vuelo) con absoluta soltura. Son de esos defectillos que a JRJ le gustaba encontrar y no corregir. El libro tiene aciertos asombrosos y, más asombroso aún, todo él es un acierto, con una unidad muy grande que le da su obsesión por las estrellas y las flores (lo que recuerda la extrema belleza de Simone Weil (y qué importa entonces que rime "estrellas" con "centellas" continuamente)), con su tratamiento perfectamente poético de la divinidad (un milagro) y con una paradójica y saludable potencia expresiva para una visión naïf. El conjunto es magnético y yo me lo he leído lo menos siete u ocho veces.

Hay versos y poemas mucho mejores, pero anoche me quedé colgado de dos medios versos del soneto "Ulises". El bardo ciego Demódoco narra la historia del héroe y éste descubre esos "cantos que llegaron (...)/ antes que yo a mi patria". La maldición del poeta moderno es que tiene que ser Ulises juntamente y Demódoco, y su bendición es cuando sus cantos llegan, efectivamente, antes que él a su patria: o sea, cuando le enseñan el camino, no cuando cuentan su historia, sino cuando se la crean. Después de esos versos, me puse a soñar, aunque todavía tardé un rato en quedarme dormido. Me acuné con el final del soneto:
¡Cuanto daño
para los náufragos que desesperan
si los aedos ciegos no existieran!

jueves, 10 de diciembre de 2009

El arbitrario Barbero en el Vidario

-Manuel Borrás
-Miguel Delibes
-José Jiménez Lozano:
* Un hombre de letras tiene la irresistible tendencia a sacar punta a las cosas, primero porque sin alguna clase de punta no hay escritura.
* Todo va como un caleidoscopio en estas páginas.
* … un arañazo retórico, algo tan normal en el oficio y sociedad literaria que no podrá darle mayor importancia el lector inteligente.
-Carlos Pujol:
* Todo diario es un rescate.
* Escribir siempre desde el yo —tan traicionero— y contar el día a día sin poder inventar nada… salvo la manera de contarlo. Tal vez literatura en estado puro, sin más imaginación ni fantasía que la que se pone en las palabras.
-José Carlos Mainer, que recomienda Seuils (1987) de Gérard Genette, sobre los paratextos.
-Miguel García-Posada
-Darío Jaramillo Agudelo
-Eloy Sánchez Rosillo:
* [De estos los diarios bien se podría] agavillar un libro de poemas en prosa.
-José Luis García Martín, cuya nostalgia por el suplemento literario Citas no tiene límites
-José Muñoz Millanes
-Pedro García Montalvo:

* Cervantes y Dickens están también detrás del personaje que Trapiello ha creado a partir de sí mismo

* Muchos libros que pueden leerse por separado.
* Las obras verdaderas se escriben solas


Abelardo Linares:
* …lo más sorprendente [de AT en los diarios] es lo que no nos cuenta.

-Javier Goñi
-José Carlos Cataño:
* …bebe en Cervantes, después de haber rozado la desafectación barojiana.

-Antonio Pau
-Juan Manuel Bonet
-Pedro Zarraluki:
* No hay nada más misterioso que un amigo
-Antonio Soler
-Félix Ovejero:
* Cita a Goethe, citado por Trapiello: Cada paso ha de ser en sí mismo una meta, sin dejar de ser paso.
-Fernando Sanmartín
-Margarita Valencia:
-Felipe Benítez Reyes:
* cada vez más voluminosos, cada vez más parecidos a sí mismos y cada vez distintos, más portentosamente hechos de un apenas.
* En sus diarios, Trapiello hace lo que suele hacer cualquiera: se enfada, se venga, se entristece, se regocija, se aburre, se exalta, se chuflea, divaga, se lamenta, se encrespa, se justifica, se echa las manos a la cabeza o se pone la mano en la cintura si toca desplante, teoriza, se abruma, pasa revista, celebra, conjetura, dictamina, se sacude la mosca que tiene detrás de la oreja o bien opta por dejar la mosca allí y hablarnos de la mosca, se arrepiente, se crece en el castigo, se emociona, se obceca, se sosiega, se derrumba, aplaude o abuchea…
* Y un diario, además, no es un cuento de hadas.
*Y es que los libros proponen un diálogo, y ese diálogo no está obligado a ser complaciente por ninguna de las dos partes.
* Miriam, siempre juiciosa, y sus hijos, siempre hijos
* Y todo eso contado con una prosa envolvente y de fluir magnífico, de modulación tan inconfundible, de entonación tan precisa, tan viva.
* Salón de Pasos Perdidos […] un salón que va camino de ascender ya a laberinto.

-Carlos Marzal:
* ... no hay manera de escamotearnos. Escribir es comparecer.

-Amalia Bautista
-Esperanza López Parada
-José Manuel Benítez Ariza:
* …si el autor se molestara en escribir las transiciones necesarias para esa obra inabarcable, igualmente podrían integrarse en ella sus novelas y libros de ensayos propiamente dichos.
* [Trapiello concibe la literatura emancipada de inoportunas motivaciones colectivas o gélidos principios de laboratorio estético] Lo que no significa que el resultado no sea un acabadísimo testimonio de su tiempo y un experimento literario felizmente logrado.
* Gracias a él, el hecho de escribir la palabra “yo” (…) se nos antoja un poco menos gratuito y mejor fundado que hace veinte años. Lo menos que podemos hacer es reconocérselo.
-José Mateos
-Vicente Gallego
-Antonio Moreno:
* El diario vendría a ser un baluarte para guarecer al hombre interior.
* [Frente al menos es más, AT recuerda que] más nunca es lo bastante, puesto que fatalmente las páginas de un diario, por muchas que sean, son una expresión demasiado parca de la vida.
* estos diarios […] huyen del ensimismamiento del yo como de la peste.
-Jordi Gracia:
* Y por eso AT acaba siendo la mejor y más perfecta versión imaginable de su propio autor.
* Eso es lo que hizo Josep Pla […] romper el corsé de la novela que había roto Proust.
* inocencia fingida como todas las inocencias adultas.

-Alfonso Meléndez
-Juan Bonilla:
* Como toda obra verdaderamente mayor, inventa su propio género.
-Enrique García-Máiquez
-Julián Rodríguez Marcos
-Javier Rodríguez Marcos:
* Cita de Trapiello: El secreto del diario íntimo está en hablar con intimidad de todo menos de uno mismo.
*Cita de Junger: Lo que la novela tiene de cristalización, lo tiene de mosaico el diario.
* Cita de Trapiello: Decimos sinsabores, y son bien amargos.
* Cita de Thomas Mann [sobre György Lukács]: Mientras hablaba tenía razón.
* Cita de Trapiello: No se puede escribir sin escepticismo por la misma razón que no se puede leer sin entusiasmo.
-Malcolm Otero Barral.
-Martín López-Vega:
* …el fragmento […], como los fósiles, para funcionar debe guardar al menos una secuencia intacta de ADN, debe permitir, llegado el caso, reconstruir el mundo a partir de la información contenida en él.
-Julio José Ordovás:
* Esa dificílisima mezcla de humor y melancolía es la que prolonga las vidas de los libros y renueva la emoción de sus lectores, como cualquier asiduo del Quijote sabe.
* En provocar una risa culpable Trapiello también se parece a Cervantes.
* …el mejor Trapiello es el Trapiello diarista, y es el mejor, sencillamente, porque en él concurren tanto el novelista como el ensayista y como el poeta.
-Javier Alonso
-Raúl Espadas:
* Cita de Benjamin: El genio es laboriosidad.
* … la nostalgia, en manos del melancólico, se convierte en resorte intensificador de la conciencia: conciencia de sí y conciencia del tiempo.
* un charlot ciclotímico
-Juan Marqués
* La revolución es vivir tranquilos
* M. […] es uno de los grandes caracteres femeninos de la reciente narrativa española.

* Cita de Cervantes: —¿Y está acabado? —preguntó don Quijote.
—¿Cómo puede estar acabado —respondió él—, si aún no está acabada mi vida?
-Elena Medel
-Miriam Moreno:
* Me inquietaba la idea de que M. pudiera llegar a suplantarme.
* Y es que M. está escrita y no puede escribirse. En cambio, yo sí. Y, claro, ella tampoco puede leerse
* …hacen paradójico su título [Salón de pasos perdidos], pues su vocación es la de apostar por un sentido.
* Andrés Trapiello reserva un espacio para poner a salvo las capas más profundas de su intimidad.

martes, 8 de diciembre de 2009

Un lector

Los veraneantes dan mucho juego en este blogg, casi tanto como si yo fuese un sirvepeces. Aprovechando el puente de la Inmaculada algunos valientes se han atrevido a desafiar la humedad gaditana. Uno de los héroes es amigo mío de antiguo. Corrimos a saludarnos en cuanto nos vimos. "Leo tu blog", fue lo primero que me dijo. Yo, como siempre en esos casos, le agradecí el favor que me hacía, sincera, humildemente. Luego la conversación siguió su curso. Cuando llegó mi turno, informé de nuestro embarazo. Se sorprendieron y alegraron todos mucho, naturalmente, incluido mi lector. Al verle, se me puso cierta cara de asombro. (Quizá pensaron [porque notarla me la notaron] que me sorprendía que se sorprendieran por el embarazo, como si esto nos pasara todos los meses.)

lunes, 7 de diciembre de 2009

Ignífuga

Hace dos años estrenábamos casa. Enseguida invitamos a los Feu y a los Mateos, porque una casa no lo es del todo hasta que no recibe a los amigos. Aquel día, los niños treparon por la leña y, mientras las niñas Feu construían una casita con los troncos, Emilio, el hijo de José Mateos, descubrió uno grande que hacía una horquilla y que parecía, dijo, un pantalón vaquero. Lo colocó bien sobre una piedra y lo era. Tenía las dos piernas y hasta la cremallera marcada de un hachazo y por detrás la curvita justa. Estaba encantado con su objet trouvé.

Estos dos años he ido salvando cuidadosamente ese tronco de la quema, pero ayer no me quedaban más troncos gordos, y lo eché al fuego. Me dio mucha melancolía, como si ardiese la infancia del hijo de mi amigo. Sólo conseguí superarme (o disimular) quemando las hojas de los periódicos, según las iba leyendo. Leía por encima, hacía una pelota, y adentro, y a ver arder y volar como una pavesa ese barullo de malas noticias. El tronco ardía con mucha más lentitud y majestad. Los periódicos sueltan una llama azul, irónica y exuberante mientras que la leña prefiere las clásicas llamas rojas y humildes. El fuego, como el tiempo, parece que no camina siempre al mismo paso, por suerte.

Y además nos queda la memoria, que, cuando es buena, es ignífuga.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Chiste e imagen

La primera frase del artículo de hoy era otra, y me hacía gracia. En el último momento, por suerte, renuncié a ella: creaba obvias interferencias con el tema principal de la columna. Pero, ay, desprenderse de lo que sobra, cuánto cuesta, uf. Abandonar un chistecillo, y más cuando era también una imagen, no deja de ser una manera literaria y menor de vivir la virtud de la pobreza. Y como esa virtud no es mi fuerte, de compensación me traigo la frase aquí, en plan Gollum ("mi tesoooro") confiando en que vosotros me la perdonaréis. Decía:
Aunque a menudo le he puesto los cuernos con Mafalda, Olafo es mi tira cómica por antonomasia.

sábado, 5 de diciembre de 2009

El anonadamiento

Entre las muchas alegrías que me ha dado el discurso de Benedicto XVI a los artistas está que haya citado a Simone Weil. La filósofa judeo-francesa —que refugiada en Inglaterra murió de hambre en 1943 por solidarizarse con el régimen de comidas de los campos de concentración nazi— es una lectura mía de antiguo. No siempre estoy de acuerdo, pero me acuerdo siempre de sus ideas.

En la primera página de Pensamientos desordenados, publicados por Trotta, dejó sentado un principio suyo básico: “Basta no mentirse para saber que no hay nada en este mundo por lo que se pueda vivir”. En cambio, Chesterton, en la Autobiografía aplaudía con admiración a un tío abuelo que era tan partidario de la vida que, aun si se condenaba, daría gracias por haber existido. Como entre sus siluetas, mayor contraste entre el gordo inglés y la escuálida francesa no se encuentra.

Qué bien que dentro del pensamiento de inspiración cristiana quepan puntos de vista tan diversos. Salta a la vista que yo tiendo más a Chesterton, pero en el justo medio está la virtud, y si bien la vida es un regalo que nunca exaltaremos bastante, hay ciertos casos extremos en los que hubiese sido preferible no haber nacido, como advirtió el mismo Jesucristo.

Weil insiste en la insuficiencia del mundo, y eso, a los vitalistas a ultranza nos levanta la vista. Ella, que quiso compartir la suerte primero de los jornaleros del campo, después de los obreros de la Renault y, finalmente, de los presos de los nazis, entendió muy bien el anonadamiento que conllevan ciertos trabajos. Sólo el espíritu religioso puede redimirlos. “El trabajo manual es o bien una servidumbre degradante para el alma o bien un sacrificio”.

Chestertoniano, yo trato de disfrutar de cada día, incluyendo los laborables. Sin embargo, no deja de ser necesario que nos recuerden la dimensión sacrificial de cualquier trabajo, sobre todo cuando a veces se hacen pesadísimos, insoportables. Entonces, contra la insidiosa pereza (que no para), hay un pensamiento incisivo de Weil que es la cita con que inauguro mi agenda todos los años: “El deber se nos da para que matemos el yo; y yo dejo que tan precioso instrumento se me oxide”.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Un pan bajo el brazo

Con una simpatía arrolladora la gente me prepara con todo lujo de detalles para la mala vida que me va a dar la niña. “Ya se te acabó leer", profetizan. “Duerme ahora, porque, uf, pobre, las noches que te dará”. “…Y enseguida llegará la turbulenta preadolescencia, y será aún peor”. “Ah, de eso de escribir, olvídate”. “Despídete del cine”. “Y de los cafés tranquilos, valga la paradoja”. “Ya verás”. “Ya verás”, repiten. Lo que veo por lo pronto es que estas Navidades, gracias a la niña, no viajamos… ¡Nos quedamos en el Puerto! O sea, que en vez de cargar maletas por ahí, estaré en el sofá, junto a la chimenea, leyendo. Dios se lo pague a la chiquitina. Y no sólo leyendo, sino oyendo, mientras, música clásica. Leonor se me desconcentra si lee con música y había impuesto en casa la ley del silencio. Leo lee: psch. Pero ahora hemos oído campanas sobre que escuchar a Mozart fomenta la inteligencia de la criatura. Y aquí estoy yo, leyendo con el Allegro de la Sinfonía nº 27 a toda pastilla. Oh, oh, oh. Por ahora, qué quieren que les diga, estoy viviendo, y se lo debo a la niña, como un marqués.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Hoy lo vi

Antes de un artículo, el discurso de B16 a los artistas me ha dado mucho que pensar. Leyéndolo, no pude menos que recordar a Bécquer, ese clásico, y su rima XVII, que ni en la encendida adolescencia fue de mis favoritas. Gracias al Santo Padre leí de nuevo el último verso y cambié el acento del “hoy” al “creo” y, sobre todo, a “Dios”.
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto.., la he visto y me ha mirado...,
¡hoy creo en Dios!
Qué claro lo había visto Gustavo Adolfo. Con visión estereoscópica, encima, porque a la via pulchritudinis de la belleza (“la he visto…, la he visto”, balbucea, impresionado) une la via caritatis (“y me ha mirado”), más asombrosa aún, si cabe. Es para que la tierra y los cielos le sonrían, verdaderamente.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Levedad

Leve es el pájaro
y su sombra, que vuela,
más leve.

Y la cascada aérea
de su garganta,
más leve.

Y lo que se recuerda
escuchando su canto,
más leve.

Y la nostalgia
de aquel lejano instante,
más leve.

Y la fuga invisible
del paseante amargo,
más leve.

Cecília Meireles, de Mar absoluto (1945)

domingo, 29 de noviembre de 2009

viernes, 27 de noviembre de 2009

Teología y realismo

El último diario de José Luis García Martín, Hotel Universo (Trabe, Uviéu, 2009), tiene unas espléndidas vistas chestertonianas, a pesar de que el autor no sea un hombre muy religioso que digamos. Chesterton siempre defendió una felicidad de mínimos, o sea, que el solo hecho de existir es ya una aventura extraordinaria, en la que uno encuentra razones de sobra para pasársela dando gracias. García Martín también se pasa su diario dando gracias por la existencia.

Se las da, en vista de que no se le ocurre a nadie más y aun a riesgo de caer en cierta redundancia, a la propia existencia. Su felicidad no es de mínimos, sino de áureas medianías, como la de todo pagano como Dios manda. Pero transmite la misma sintonía jubilosa de Chesterton con el mundo, al que García Martín llama significativamente “Hotel Universo”, un hotel de muchas estrellas, innumerables, a poco que se levante la mirada. Él se encuentra confortable con su vida de profesor universitario, de poeta no reconocido del todo, de crítico temido, de hombre que le suelta lo que piensa al lucero del alba y que, sin embargo, mantiene su buen puñado de amigos, de materialista enredado en historias de fantasmas, de turista incansable y, no obstante, ovetense rutinario. Desde luego, no son pocas ni mínimas ni sencillas esas cosas suyas, pero da gusto ver a un español que está contento (incluso con su sueldo).

Lo traigo a Alba, semanario católico, no por recomendable, aunque literariamente lo es, sino para alegrarme de algo que de pasada me he encontrado en un cajón de la mesilla de noche del Hotel Universo. Una de mis admiraciones más constantes es Jorge Luis Borges, que, para mi incomodidad, había repetido sin descanso que la teología es una rama de la literatura fantástica. Vaya. Yo, que casi siempre le río las gracias al argentino, ante ésta, torcía el gesto. García Martín nos cuenta que, en verdad, Borges sostenía que "la teología y el realismo son las más fascinantes ramas de la literatura fantástica" (pág. 230). Me he llevado una sorpresa estupenda, porque, claro, emparejar la teología con el realismo ya es otra cosa; otra cosa fantástica. Chesterton pensaba eso mismo, como explica minuciosamente en el capítulo IV, titulado “The Ethics of Elfland”, de Ortodoxia.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Documentario, de Mario Quintana:

Carta a James —a primera vista, tal vez parezca descolocada en esta sección [o en este blogg], una respuesta al crítico James Amado. ¿Pero a quién más en el mundo, si no a mis lectores, debo una satisfacción de lo que escribo? Siendo así, aquí van las debidas explicaciones.

“Mi querido James;

Leí con asombro y aprecio el ensayo que V. publicó en la Provincia de Sâo Pedro y en el cual tiene la bondad de avisarme de que tomé el rumbo equivocado en poesía. Me apresuré entonces a ver lo que hicieron, según V., aquellos que tomaron el rumbo cierto. He ahí don Pablo Neruda: publica él, en una revista nuestra, una oda a la señora madre de Luiz Carlos Prestes. Abro otra revista y se me aparece el Sr. Camilo de Jesus con un “Poema para Anita Leocádia”, hijita del Sr. Luiz Carlos Prestes. Me desconsuelo. Veo que llegué muy tarde. Ahora sólo me quedan las tías del Sr. Luiz Carlos Prestes…

Mas quiero creer que no es esto lo que usted desea, y que el propio Sr. Luiz Carlos Prestes será el primero en quedar compungido por esas cosas. Por lo que entiendo, desea V. que nosotros, los poetas, nos limitemos a cantar las reivindicaciones sociales de la época. ¡No, eso no es negocio para nosotros, querido James! Pues en vista de la proyección nacional del Sr. Prestes y de la eficiente actividad de adeptos tan sinceros y convencidos como V. y los demás camaradas suyos, es de creer que en breve la cuestión social estará definitivamente resuelta en Brasil. ¿Y qué será entonces de nosotros, los poetas brasileños? Nos quedaremos irremediablemente en paro, sin rumbo alguno, ni cierto ni errado.

Pero felizmente no es así. Hay otras cosas, las cosas eternas, que no se resuelven nunca, gracias a Dios: estrellas, grillos, penas de amor, nostalgias, ángeles, nubes, muertos, amadas, todos los paisajes, alegrías y tristezas de este mundo y del otro mundo. Hay otras cosas... tal y como ya decía el nunca demasiado citado Shakespeare:"There are more things in heaven and earth, Horatio, than are dreamnt of in your philosophy", lo que traducido a buen portugués actual, da lo siguiente: "Há mais coisas no céu e na tierra, o James, do que sonha o materialismo dialético".

Sin más, disponga, etc. etc."

Provincia de San Pedro, junio de 1946

miércoles, 25 de noviembre de 2009

My boys, let us be grave: here comes a fool

Lo malo de escribir y publicar es que no se puede poner uno serio cuando se aproxima un tonto. Así que a ver qué piensa de mí el que yo me sé con este artículo tan frívolo que me ha salido, a ver. Uff. Si pudiese, ahora mismo lo reconducía a esta columna (y a vosotros también, amigos, porque es espléndida) de Francisco Bejarano.

martes, 24 de noviembre de 2009

Definición de clásico

Entre las numerosas definiciones de “clásico” (véase la acepción 3 del DRAE: “adj. Dicho de un autor o de una obra: Que se tiene por modelo digno de imitación en cualquier arte o ciencia” o la 1 del María Moliner: “adj. y n. m. Se aplica a la lengua, al estilo, las obras, los artistas, etc., pertenecientes a la época de mayor esplendor de una evolución artística o literaria"), me quedo con las definiciones clásicas, con las literarias. Oh la gracia que me hizo en la lánguida juventud la de Mark Twain: “Clásico es un libro que todos querrían haber leído y que nadie quiere leer”. Luego me sorprendió la de José Mateos, que tengo que buscar por Soliloquios y divinanzas, pero que venía a decir que clásico es el libro que no hace falta leer: nuestra cultura está tan transida de él que lo recibimos por ósmosis. La de JRJ en Ideolojía, aunque parece altisonante, tampoco es manca: “Clásico, es decir, actual, es decir, eterno”.

Todas rondan una definición con la que, por fin, he dado yo. Perdonadme la presunción: reconozco que las suyas son más bonitas de aquí a Lima, pero no más precisas que la mía. Un clásico es el libro que no podemos dejar de leer. En el sentido básico, para empezar, es decir, que debemos leerlo, a pesar de Twain; y sobre todo, en el sentido figurado. Una vez cerrado, leamos después lo que leamos, o no leamos, como apunta Mateos, estamos siempre, tal y como sugiere Juan Ramón, leyéndolo, es decir, recordándolo.

Me explicaré con un ejemplo, el mismo que me ha permitido decantar mi definición. Estos días no he regresado a Retorno a Brideshead más que incesantemente al hilo de otras lecturas. Lo bonito es que una de ellas venía del pasado, otra era una confluencia y la última una proyección. Me encontraba, por tanto, ante un clásico: no podía dejar de leerlo de ningún modo.

Estaba yo ensimismado con las palabras, palabras, palabras de Hamlet, cuando caí en la cuenta de que la situación (incómoda) en la que se encuentra Charles Ryder en Brideshead, invitado por la madre de Sebastian, para que, de alguna manera, lo espíe, está trasladada del papelón (acto II, escena II) de Rosencrantz y Guildenstern, amigos íntimos, queridísimos, de Hamlet que los reyes hacen traer de la Universidad de Wittenberg para que le echen un ojo (o cuatro) a la melancolía del príncipe. Éste los ve venir (“Were you not sent for? Is it your own inclining? Is it a free visitation? Come, deal justly with me. Come, come. Nay, speak”) y es la pena subsiguiente la que calcó Waugh en su novela.

Vayamos con la confluencia, que no es cronológica, pero vale. Un poema fascinante del primer José Mateos, precisamente, es “Julia Reis”, de Una extraña ciudad, que musicó Loquillo con la voz desgarrada y el rock nostálgico que los versos exigen. Leyéndolo, adiviné en los barcos perdidos de la noche, con distintos aires de época, por supuesto, el mismo viento huracanado del capítulo “Orphans of the Storm”. El que resumiría como nadie la contundente Cordelia: Thwarted passion. Y coincide el nombre de Julia, fíjense, que tiene ecos de calurosas resonancias doradas que se apagan lentamente como una tarde de verano. La amistad tolera los abusos, así que llamé corriendo a Mateos y me aseguró que no había tenido presente Brideshead Revisited al escribir su poema, que lo más probable es que no la hubiese leído todavía entonces. Pero ahí está la novela, paralela a sus versos.

Y finalmente la proyección. He terminado con Introducción a la literatura griega de C. M. Bowra. No ha sido ni mucho menos el menor de los encantos de la lectura saber que Bowra fue el vivo modelo de Mr. Samgrass, el pedante y persistente profesor que persigue a Sebastian por Oxford y más allá. El libro es una conversación sobre literatura griega de lo más amena y uno se la imaginaba teniendo lugar en los salones de Brideshead, mientras esperábamos, copa en mano, a que volviese la partida de caza del zorro, o por la noche, medio a oscuras, después del rosario y antes de la visita a la capilla, amenizada por diapositivas, entre el humo de los cigarros y la ironía de los espectadores. ¿Quién le iba a decir a C. M. Bowra que gracias a una despiadada caricatura uno iba a leerle con tanta ternura? Tendría que escribir un elogio del insulto, y dedicárselo a quien yo me sé, pero eso será otro día.

lunes, 23 de noviembre de 2009

De otra cosa

La melancolía no se puede desaprovechar, es un bien escaso. Y el tono preciso para leer ciertos libros. Corto y perezoso, por tanto, pero dispuesto a coger la leve depresión por los pelos, que la pintan calva, ayer me di un baño de nostalgia en las aguas de las Baladas y canciones del Paraná. Era una nostalgia rara, porque lo era del río Guadalete, a las orillas del cual, prácticamente, leía yo muy recostado. No importaba. La nostalgia es siempre de otra cosa.

Se me pasó nada más desembocar en una canción tan voluntariosa como ésta, la 33:
Hoy quiero soñarte, río,
más pequeño.

Igual que el Guadalquivir,
o más chico, como el Duero.

Y todavía más chico,
más pequeño.

Lo mismo que el Guadalete
de mi pueblo.

Río que sueña en ser mar,
debe ser mar, si es su sueño.

Déjame así que hoy te sueñe
más pequeño.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Salto atrás

Casi siempre, soluciono el domingo de blogg con el artículo del Diario. Hoy al revés: resacoso de la gripe, he solucionado el expediente del diario con la entrada del jueves por la tarde. En fin, por mucha teoría teórica de los géneros que uno se ponga a dibujar en el aire, vasos comunicantes.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Cantad con inteligencia

Las entrevistas de la contraportada de Alba son siempre muy interesantes. El tema no lo puede ser más: “Hablemos de Dios”, y los entrevistados suelen ser personas de mucho fuste. Aunque la semana pasada no se entrevistaba a un personaje de relumbrón, a mí me despertó un enorme interés personal. Lógico, si se cae en la cuenta de que el entrevistado era yo.

No me interesó por vanidad, sino por ver qué pienso. Para saber mi opinión tengo que escribirla o decirla y leerla u oírla. Y a menudo luego he de quitarme la razón o parte de ella o matizarla, y así voy afinando mi manera de comprender el mundo. Es lo que pretendo hacer ahora. En un momento de la entrevista, declaré que, a diferencia de nosotros (tan exquisitos), Dios mira las intenciones de nuestros textos más que los resultados. Él se parece mucho más a una madre que un crítico literario, remataba.

Y eso es verdad, sí, pero en parte o, mejor dicho, sólo en última instancia. A Dios le gustan los textos muy bien escritos. Nadie más sensible a la belleza que Él, que la ha creado. Por eso, la advertencia de Flannery O’Connor es, naturalmente, mucho más sagaz que la mía: “Sólo se sirve a Dios y la posteridad con artículos bien hechos”. El matiz está en el verbo “servir”. Dios aplaude y gratificará nuestras buenas intenciones, que nos sirven a nosotros, pero servirle, lo que se dice servirle a Él, lo hacen sólo los artículos de primera magnitud.

En el Salmo 47 se exige con rotundidad: “Cantad con inteligencia”. Nada, pues, de cantitos melosos almibarados de sentimientos blanditos. Los escritores católicos tenemos que cantar en los poemas y hablar en los artículos con la mayor calidad literaria. “Porque Jehová el Altísimo es temible”, se precisa en el mismo salmo.

Dando vueltas a este asunto, le he visto una aplicación crítica a la inquietante parábola de Jesús recogida en Lucas 16, 1-8. La del administrador injusto, ¿recuerdan?, que viendo que lo iban a despedir, fue ganándose a los deudores de su amo uno a uno con chanchullos varios. El amo, esa conducta tan reprobable y contraria a sus intereses, la alaba. Aplaude su astucia. Y Jesús remacha: “Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”.

La parábola, que a los hijos de la luz nos deja más bien a oscuras, ¿no podría apuntar a que Dios celebra también aquellas obras humanas que demuestran inteligencia y capacidad, por su misma habilidad técnica, con independencia de los propósitos, precisamente como haría un crítico literario? Nada bueno, con el sentido más mundano de bueno incluído, deja de agradar a Dios. Tenemos vía libre, por tanto, para admirar los libros de esos grandes escritores que doctrinal o moralmente sean contrarios a nuestro pensamiento. Podemos incluso elogiarles encarecidamente, como hizo el amo de la parábola.

Y, por nuestra parte, además de los mejores propósitos, por supuesto, tenemos que lograr mejores páginas. Dios seguro que nos valora los primeros, pero a Él se le sirve con las segundas. Lo cortés no quita lo valiente. Ni lo astuto (en la medida de lo posible).

viernes, 20 de noviembre de 2009

Un vaso de violetas

Resulta inverosímil, pero es verdad. La misma mañana (ayer) en que dejaba, con la maleta bien llena, el Hotel Universo, de JLGM, donde he pasado una temporada agradabilísima, me preguntaba qué nuevo dietario ocuparía el hueco de ese género en mi mesilla de noche. Recogí (en todos los sentidos del verbo) un tomo de Desde la última vuelta del camino de Baroja, pero inapetente, quizá porque la gripe daba la última vuelta de tuerca sobre mi estrujado estómago. Entonces llamaron a mi puerta. Eso, a un fervoroso lector de Jorge Manrique, siempre le sobresalta. Abrí. Era un paquete de Pre-Textos con Troppo vero dentro y, además, Vidario, subtitulado a propósito del Salón de pasos perdidos de Andrés Trapiello, do participo.

Encaminé mis pasos a leerme, como era de esperar. Me encontré en la pág. 185, acompañado de un dibujo precioso de Manuel Benítez Reyes en la 184: un vaso con violetas. Leerme me supo raro: sospecho (y ya lo he certificado en varias calas a lo largo y ancho del tomo) que diré en parte lo mismo que todos, y me fastidia; pero salir en parte por peteneras, tampoco tranquiliza. Los monográficos es lo que tienen.

Ahora bien, qué gusto cerrar el libro y saber que me quedo cara a cara con ese precioso vaso con violetas, y cómo tienen que oler por las noches en la intimidad nemorosa de las estanterías.

(Son también un símbolo afortunado de la buena compañía en la que —de la noche a la mañana— me veo.)

jueves, 19 de noviembre de 2009

Haiku power

El belga Herman Achille Van Rompuy contaba entre sus hasta hoy desconocidos y por tanto innumerables méritos con las diecisiete frágiles sílabas del haiku. Habrán sido claves para alzarse con la presidencia de la UE; ya veníamos avisando nosotros en este blogg de que el ascenso del haiku es imparable. Aunque no podamos decir lo mismo de un democristiano, alguien que ama el leve poema japonés seguro que no es mala persona. Aquí, tan atentos siempre a la actualidad política y a la eternidad poética, queremos unirlas siendo la primera página española que traduce la obra del haijin Van Rompuy. Que la disfruten:
La mosca zumba,
da la vuelta, se pierde
sin hacer daño.

............*
Mi pelo al viento...
Años después, al viento
pero sin pelo.

Ley de Murphy

De todos los artículos anti jolgorio que citaba en mi columna de ayer sólo uno no lo había escrito, sino que lo puse llevado por mi entusiasmo (o al revés). Ese único artículo es el que me pide (naturalmente) un buen amigo, compañero de piso de Pamplona, donde no se dio jamás ninguna fiesta-sorpresa, ni de las otras. Como artículo valdría su propia carta. Así que hoy, como no podría ser de otro modo, la entrada me la escriben:

Enrique:

Por favor, envíame los artículos a este dirección. Me gustaría haber leído el de la "fiesta-sorpresa" siempre me ha parecido una idea espantosa. A M. prácticamente desde que la conocí, le avisé que lo que jamás debía hacer, pase lo que pase, nunca jamás es una fiesta sorpresa. Si me organiza una fiesta sorpresa seguro que llegaré tarde a casa (como siempre), y por descontado, ese día llegaré cansadísimo, sin ganas de cenar, solo queriendo acostarme y hasta mañana. En fin envíame tu artículo, porque el otro día me contaron que al pobre B. C. le organizaron una por su cumpleaños (tiene 5 niños), dicen que salió tarde del despacho, recogiendo y llevando niños al tenis, cumpleaños, clases particulares, etc... Y cuando llega a su casa
"to reventao", enciende la luz y se encuentra el hogar lleno de gente. ¡Me cago en diez! ¡Qué putada! Un tío harto de trabajar con cinco niños, y un día entre semana fiesta sorpresa. El personal está completamente loco... B. me contaba que le hizo mucha ilusión... ¡No me creo !

Después de haberme definido "ligeramente" enemigo de las fiestas sorpresa y esas horteradas, espero que tu artículo será tirándole a este tipo de eventos (por si acaso ya voy suavizando). Aunque sea a favor de las fiestas sorpresa, envíamelo.

Un abrazo

miércoles, 18 de noviembre de 2009

domingo, 15 de noviembre de 2009

Corto y click

La semana pasada me colaron un virus informático, que entra por el correo y que se llama Convite Vip. Se lo he mandado involuntariamente a todos mis contactos. Si estáis a tiempo no abridlo. Se llama un troyano, encima, con la simpatía que le tengo yo a Héctor y a su familia. Lo peor es que los virus no vienen solos. Y ahora tengo encima un H1N1 que no se lo salta un aqueo.

En este estado de zozobra informática y biológica, corto y click.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Chapeau, Chateaubriand!

Carlos García Gual en su conferencia hizo un repaso muy erudito por las novelas del XIX y del XX que tratan la Antigüedad, cogiendo impulso con una de finales del XVIII de un abate de cuyo nombre no consigo acordarme, y parando —pasándose de frenada— en el siglo XXI con la película de Amenábar y su Hypatia (de la que es favorable) y su san Cirilo (del que no). Pero el caso es que García Gual con quien más se entretuvo fue con Chateaubriand. Dijo, y aunque yo eso ya me lo sabía, me impresionó vivamente, que, gracias a su imparable personalidad y a la mejor prosa de Francia (ea), inició la reacción católica en Europa. Qué importancia puede tener uno, uno solo. A Carlos García Gual lo que le impresiona, en cambio, es la cantidad de árboles que nombra en Los mártires, y que afirmase que todos y cada uno de ellos los había visto. Y por lo visto y lo viajado, no exageraba. Lo contrario de los famosos nenúfares de Villaespesa. Yo confieso que a Chateaubriand lo tengo poco (nada) leído [golpe de pecho] y eso que aquí, justo detrás de donde escribo, descansan los cuatro tomos de El Acantilado de Memorias de Ultratumba, que sólo con el título a uno se le alegra el alma y se le llena de energía la mañana.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Apunte interior

Un punto de equilibrio entre el amor propio y el amor al prójimo: la delicadeza con que el ama de casa prepara la cena para el invitado.

Mea culpa

Lo advertía Agustín de Hipona y a mí me costaba creerlo, hasta que con los años no me ha quedado otro remedio. Decía el santo que sólo vemos en los demás los defectos que tenemos nosotros. Si yo he detectado el egocentrismo constitutivo de Zapatero, es porque cojeo de eso, que me temo que es mi único centrismo.

Así las cosas, sólo tengo una excusa por acusar a alguien de un defecto que también es propio: yo no me he metido a presidente de todos los españoles y escribo, por mi cuenta y riesgo, poesía lírica, precisamente, y un blogg-diario que podéis leer o dejar de leer con un simple click de más o de menos, y unas columnas de opinión (la mía) que compartiréis o no, como es lógico.

martes, 10 de noviembre de 2009

2ª ecografía

Sentimental quiero ponerme lo mínimo, así que inmediatamente, antes de que sea demasiado tarde, pasemos a hacer literatura . En la pantalla se le veía la sangre del corazón a medias roja y a medias azul, o sea, que no se podía negar que era hija de su padre y de su madre. A Leonor le parecía lo más natural del mundo, pero yo, como buen snob, rogué al doctor que me diera una fotografía de esas imágenes que demuestran que tiene a reventar el corazón de sangre azulísima. Qué orgullo.

lunes, 9 de noviembre de 2009

2º motivo de la rosa

Por más que te celebre, no me escuchas,
aunque en forma y en nácar te asemejes
a una caracola, atenta oreja
que guarda el mar en íntimas volutas.

Te pongo en un cristal, frente a un espejo
sin eco de cisternas ni de grutas…
Ausencias y cegueras absolutas
ofreces a la avispa y a la abeja

y a quien te adora, ¡oh sorda y silenciosa
y ciega y bella, interminable rosa
que en tiempo, aroma y verso te transmutas!

Sin tierra y sin estrellas brillas, presa
de mi sueño, insensible a la belleza
tuya que ignoras, porque no me escuchas…

[Cecília Meireles, Mar Absoluto, 1945]

sábado, 7 de noviembre de 2009

jueves, 5 de noviembre de 2009

Una reseña no escrita

Esta vez (a difierencia de la otra) no me costó ningún trabajo encontrar el nuevo libro de Wisława Szymborska: estaba en todos los escaparates. (El que no hubo manera, dicho sea entre paréntesis, es Pensamientos desordenados de Simone Weil.)

A la Szymborska me encantaría escribirle una reseña con todas las de la ley [indirecta a los de Poesía Digital], pero, mientras tanto, disfrutemos dos poemas del libro sin demasiadas interferencias mías.

El primero a más de uno le traerá a la memoria el poema de Miguel d’Ors titulado “Escuchando a Ella Fitzgerald da en meditar en los misterios del amor de Dios” de Hacia otra luz más pura, que no he podido enlazar porque no se encuentra en toda la blogosfera, y nosotros que nos lo perdemos. Sería curioso compararlo con este de W.S.:
................ELLA FITZGERALD EN EL CIELO

Le rezaba a Dios,
le rezaba ardientemente,
para que hiciera de ella
una feliz chiquilla blanca.
Y si ya es tarde para esos cambios,
pues al menos, Mi Señor, mira cuánto peso
y quita de aquí como poco la mitad.
Pero el misericordioso Dios dijo No.
Simplemente puso la mano en su corazón,
le miró la garganta, le acarició la cabeza.
Y cuando todo haya pasado—añadió—,
me llenarás de júbilo viniendo a mí,
mi alegría negra, mi tonel cantarín.
[En polaco no riman los dos últimos versos, aunque tratándose de un poema a una cantante, no deja de tener su gracia. Lo que vale por una clase de traducción es la razón por la que han traducido el título “Ella Fitzgerald en el cielo” cuando en v.o. es “Ella w niebie”, sin apellido que valga. En español Ella se puede leer como ella, claro, y sería un lío.]

Mi otro poema favorito trae esta vez al recuerdo la poesía de José Jiménez Lozano. Además de traernos mucha paz y alegría, que falta nos hacen:
...................VERMEER

Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La intimidad intimidada

Quizá automotivado por mis vidas y venidas, el primer párrafo del artículo de hoy es una confesión en toda regla. El resto es política. Pero ese primer párrafo describe exactamente mi actitud como columnista, que no es una actitud de columnista.

martes, 3 de noviembre de 2009

Totoro y yo


Qué chico es el mundo, sí, pero qué grande a la vez la Aldea Global. Me entero en Argentina de que en Madrid ponen となりのトトロ, así que en el Puerto tomo corriendo un 猫バス o Nekobasu o gatobús que me planta en un periquete en Martín de los Heros, esquina plaza de España, y veo la película. Voy con Mónica y Jaime. Y Jaime, en el célebre juego del caínyabel, me gana dos a cero.

Uno a cero: desde que la niña Satsuki ha exclamado: “¡Somos el viento!”, siento que Hayao Miyazaki me acaba de regalar el primer verso de un haiku, pero no logro seguir solo o no hace falta. Sin embargo, cuando Totoro salta bajo un árbol para que con el temblor de tierra le caigan las gotas de lluvia redobladas, recuerdo un haiku de Jaime:
En cuanto escampa,
se refugia la lluvia
bajo los árboles.
A la salida, encantados, comentamos la mágica sincronía entre la emoción del mundo infantil y el interés nuestro de mayores que consigue la película sin hacer trampas. Jaime entonces apunta: “Es como en Platero y yo”. Y lo es. Dos a cero.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Vidas y venidas



Por muy vulgar y corriente que sea la existencia de cualquiera, desde el momento en que se pone a contarla se da de bruces con un problema de primera magnitud: la verosimilitud. Con desconcertante frecuencia, nos pasan cosas extraordinarias, literalmente increíbles. El escritor ya irá viendo cómo soluciona esa papeleta, pero la enseñanza fundamental, desde el principio, está clara: la vida es fantástica.

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Cosas tan íntimas que sólo pueden decirse en público.

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Escila y Caribdis: la autocomplacencia y la falsa humildad.

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Cuando me recriminan tanto impudor y transparencia, me sale una respuesta grandilocuente: “Hay más cosas entre mi pecho y mi espalda, Horacio, de las que caben en mi literatura”.

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Escritor autobiográfico: redundancia (que muchos ignoran).

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El escritor de ficción se escapa; el autobiográfico se persigue. Sólo los buenos de uno y otro signo se alcanzan.

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Para salvarse, el personaje aspira a persona, la persona a personaje. Cuando se cruzan por la calle, se saludan ceremoniosos e irónicos, pensando: “¿A dónde se creerá que va éste?”

*

El escritor autobiográfico es un vividor. El tiempo, de negro, le escribe su obra, menos el final, que es lo más difícil, que se lo encarga a una afamada profesional, la muerte.

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El Juicio Universal será menos violento para el escritor autobiográfico.

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El lema del escritor confesional: “También la verdad se inventa”.


domingo, 1 de noviembre de 2009

Perspectivismo y personalismo

El artículo de hoy, más bien divulgativo, no dirá nada que no sepan los lectores del blogg. Sin embargo, de pasada toca un tema que habría interesado al mismísimo Ortega y Gasset. Si hacemos una lista de los libros más importantes de la literatura universal, los títulos cambiarán un poco según la nacionalidad y la lengua: Quevedo en vez de Donne o Bécquer por Baudelaire, ¿no? Se trata de un caso clarísimo, acotaría Ortega, de perspectivismo, un perspectivismo de libro, vaya.

También tiene cierto interés mi tendencia a hablar de autores más que de títulos. Sobre todo, con los poetas, pero con todos. El personalismo me puede.

sábado, 31 de octubre de 2009

Ejercicio práctico

Lee en misa una señora mayor de voz temblorosa. Acaba con el salmo: “Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene” [Ps 94, 18]; y, sin solución de continuidad, ni corta ni perezosa, emprende el descendimiento por los empinados escalones del altar, realizando el ejercicio práctico de la lectura. ¡Y sí, la sostiene!

viernes, 30 de octubre de 2009

Reseñas (y rosario)

Ha aparecido una nueva reseña de Lo que ha llovido. Está aclick. Es sólo para suscriptores, lo siento. Pero no importa, os la resumo: me pone bien. Al leerla, he echado de menos a mi madre. Cuánto le hubiese alegrado, como todas las que estaban bien escritas. Salió una favorable pero regular redactada y que confundía la raza de mi perro y no le hizo tanta gracia: “Más la leo, menos me gusta”, sentenció. Esta le habría gustado. No tanto como la de José Luis García Martín, que le dio una de las grandes alegrías de sus últimos meses. Yo me sentiré en deuda con García Martín de por vida. No dejaré de estarlo ni aunque en el futuro destroce mis poemas o los ignore. Hubo un solícito amigo que jamás ha escrito en público nada sobre mis libros (y está en su derecho) que me llamó por teléfono para calentarme sobre no sé qué punto discutible de la reseña, y me faltó poco para, olvidando la esmerada educación materna, mandarlo a la mierda. Ya estábamos en el hospital del Puerto y mi madre seguía encantada, feliz con aquel artículo. El título ("En estado de gracia") le hacía sentirse particularmente orgullosa. De leer reseñas favorables a mis libros o elogios pequeños o menciones honoríficas en artículos de otros o en entrevistas no se cansaba nunca.

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Para animarnos a rezar el rosario nos dicen a veces que una mujer no se aburre de oír los mismos piropos. No sé yo, porque las mujeres que conozco al cabo de un rato piden un poco de creatividad. De lo que no se cansa una mujer, según mi experiencia, es de oír hablar (bien) de su hijo. En eso sí que son inagotables. Así que es muy probable que en verdad a la Virgen le guste tanto el rosario porque es una oración cristocéntrica.

jueves, 29 de octubre de 2009

Si yo fuese Hayao Miyazaki

Me gustaría dibujar la caída velocísima y cárdena de la noche en estas tardes de otoño. Lo haría así: de una esquina y otra del parque (y de la pantalla) saldrían, raudos y rasantes, unos mirlos rectilíneos, arrastrando tras ellos toda la oscuridad de los matorrales en los que se escondían. De cada cola —bastante larga, de doce plumas, con la punta cuadrada— colgaría una estela negra y húmeda de tinta china, como si el mirlo fuese un cometa de sombras. Para que nada falte, a la luz moribunda la acompañarían en el sentimiento sus silbidos. Las colas de los mirlos de aquí para allá, vedlas, como brochas a pulso, acabarían pintando todo el aire. Cuando estuviese ya bien oscuro, aparecerían los pincelitos finos, blandos y nerviosos de los murciélagos para dar los últimos retoques. Los grillos cri-cri-criticarían la escena... favorablemente.

miércoles, 28 de octubre de 2009

martes, 27 de octubre de 2009

Atasco

Colapso. Me ha dado un ataque de ansiedad, con palpitaciones y otras somatizaciones diversas, menos románticas y más desagradables. Leo sobre las ganas que tengo de leer y mucho antes de acabar un libro ya he empezado otro. La lista que sigue no es un pegote sino una pelota: la que se me ha montado. (Lo de las citas sin traducir sí es un pegote a medias; la otra mitad es la prisa.) Voy como Sísifo, cargado de libros (y diccionarios), pero sin coronar nunca ningún colofón. Y sólo se me ocurre, como a Pulgarcito, ir dejando piedrecitas (frasesitas subrayadas) para no perder el camino de vuelta. Enumero los títulos que me traigo entre manos y la última frase que marqué de cada uno. Quien padezca de los nervios, mejor que no me siga.

Leopoldo Panero, Memoria del corazón, Renacimiento, 2009. ... hasta sentir la vida / ciegamente latir en donde nace. [p. 178]

Hechos de los Apóstoles, Sagrada Biblia, Eunsa, 1990. “Argentum et aurum non est mihi; quod autem habeo, hoc tibi do: In nomine Iesu Christi Nazareni surge et ambula!” [San Pedro, en la p. 89]

C. M. Bowra, Introducción a la literatura griega, Gredos, 2008. “Pues bien, ya es hora de que nos marchemos, yo para morir, vosotros para vivir. Quiénes van a lo que es mejor, nadie lo sabe, sino Dios” [Sócrates, en Apología de Platón, recogido en la p. 289]

Henry David Thoreau, Escribir (una antología), Pre-Textos, 2007. No es fácil escribir en un diario lo que nos interesa a cada momento, pues escribirlo no es lo que nos interesa. [p. 45]

James Wood, Los mecanismos de la ficción. Cómo se construye una novela, Gredos, 2009. “Sólo hay una receta: preocuparse muchísimo por la cocina” [Henry James, en la p. 9]

José Luis García Martín, Hotel Universo, Trabe, 2009. Soy tan vanidosamente modesto que, al contrario que Gamoneda (y exactamente como Cernuda), me gustaría merecer todos los premios, pero no recibir ninguno. [p. 131]

Flannery O’Connor, The Habit of Being, Farrar, Straus and Giroux, 1979. I have been busy keeping my blood pressure down while reading various reviews of my book. Some of the favorable ones are as bad as the unfavorable. [p. 391]

Frederick Copleston, A History of Philosophy, volume 2, medieval philosophy, Continuum, 2003.The condemned propositions [of Boethius of Dacia were] that “there is no more excellent state than to devote oneself to philosophy” and that “the wise men of the world are the philosophers alone”. [p. 441]

Sagrada Biblia, Antiguo Testamento, volumen 3- Proverbios, Eunsa, 2001. Beatus homo, qui invenit sapientiam / et qui affluit prudentia: / melior est acquisitio eius negotiatione argenti, / et auro primo fructus eius. / Pretiosior est cunctis gemmis, / et omnia pretiosa tua huic non valent comparari. [Proverbios 3, 13-15]

Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, Surco, Forja, Rialp, 1991. “Surge et ambula!” [p. 604; sí, sí, ya sé que es lo mismo que en los Hechos, y como uno ni cree en la casualidad ni juega al azar, al leerlo, pegué un bote.]

Nuevo Misal Popular Iberoamericano, Tomo 2, Eunsa, 2003. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» [p. 613]

Llorenç Villalonga, Un verano en Mallorca, Alianza Editorial, 1987. Es una buena costumbre no hablar de uno mismo. Pero quien no habla de sí mismo habla de los demás; y son los demás los que salen perdiendo con ello. [p. 177]

José Ángel Valente, Obras completas I. Poesía y prosa, Galaxia Gutenberg. En el desasosiego / de ser sin nunca tener centro. [p. 224]

H. Blyth, Haiku, volume 4-Autumn-Winter, The Hokuseido Press, 1992. Before the white chrysanthemum,/ The scissors hesitate / A moment. [Busson, en p. 1119]

Juan Ramón Jiménez, Ideolojía, Anthropos, 1990. Andar entre lo inútil envejece. [p. 423]

Cecília Meireles, Antolologia Poética, Editora Nova Fronteira, 2001. Para onde vâo minhas palabras, / se já nâo me escutas? [p. 50]

Miguel Díez R. y Paz Díez T., Antología comentada de la poesía lírica española, Cátedra, 2006. La luna y las Pléyades se han puesto, / y medianoche es pasada, / y las horas huyen, huyen, / y yo estoy sola y echada. [Safo de Lesbos, en la p. 54; me trajo al recuerdo, entre otras cosas, esta entrada ortográfica de CRM]

Nicolás Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito, Atalanta, 2009. Para resucitar la prueba físico-teológica tendríamos que fundarla sobre el desorden del mundo. Un cosmos naturalista sería una figura perfectamente regular, una “esfera perfecta”. Glory be to God for dappled things. [p. 249; me trajo a la memoria a Flannery O’Connor, of course.]

Joan Fuster, Diccionari per a ociosos, Edicions del Mall, 1986. Morir-se massa jove és un error. Morir-se massa vell, també. En general, morir-se és sempre un error. [p. 186; me trajo a la mente lo de Sócrates en la Apología, que es mucho más irónico y mejor, en general.]

Dante Alighieri, Divina Comedia, Purgatorio, Galaxia Gutenberg. D’antico amor sentí la gran potenza [Canto XXX, v. 39, p. 208]

Blaise Pascal, Pensamientos, en Moralistas franceses, Biblioteca de Literatura Universal, Almuzara, 2008. Cuando se lee demasiado deprisa o demasiado despacio, no se entiende nada. [p. 265]

lunes, 26 de octubre de 2009

Doble salto

Lo de las negrillas de Alba me tiene negro. ¡No son mías! La foto, ay, sí. Pero como Miguel me alababa el artículo el otro día en un comentario, y yo soy muy sensible al aplauso, ahí va, por si acaso cunde el ejemplo.

El otro artículo va de Hugo y el golf. Me lío bastante, lo reconozco, aunque es normal teniendo en cuenta que mi problema (grande) con el golf, además del swing naturalmente, es lo que me gusta. Quien escribe es un golfcohólico anónimo.

(Tampoco hay descartar que me haya decidido finalmente a los sendos enlaces para disimular la entrada que sigue.)

Penuel

Todas las mañanas me levanto más cansado de lo que me acuesto. Suena el despertador y amanezco con dolor de huesos, de cabeza, con malhumor, entumecido. ¿Para qué me acostaría, entonces?, pregunto angustiado, haciendo una concesión a la retórica. Ayer lo averigüé todo. El muslo me dolía, bajé cojeando, casi arrastrándome, a desayunar y allí, sentado y taciturno ante un tazón oscuro, reconstruí la noche. Me había enfrentado a un ángel. Él quería decirme el nombre que yo no quiero oír, mi nombre propio. Le exigí primero el suyo, y se negaba, hiriéndome. De pronto llegó el alba (el alba llega siempre tempranísimo) y se quiso ir y yo traté de retenerlo y se fue, se fue como se va —ahora lo sé— todas las madrugadas. Aunque inmenso (sus dos alas oscurecen la noche), probablemente sea el ángel de mi guarda, aquel de las cuatro esquinitas de mi cama antigua al que rezaba con mi madre. Igual que yo, ha crecido; pero él pretende seguir, insobornable y terrible, guardándome. Me resisto. Ahora, en la vigilia, no me explico por qué. Esta noche intentaré vencerme, rendirme. Sería lo mejor. Así descansaría.

domingo, 25 de octubre de 2009

Rara vez

Aunque escribo todos los días, cuando digo algo bueno parece como si rara vez escribiera.
[H. D. Thoreau, 26 de febrero de 1841, en Escribir, Pre-Textos, 2007]

sábado, 24 de octubre de 2009

Political Incorrectness

Sé buena, dime cosas incorrectas
desde el punto de vista político. Un ejemplo:
que eres rubia. Otro ejemplo: que Occidente
no te parece un monstruo de barbarie
dedicado a la sórdida tarea
de cargarse el planeta. Otro: que el multi-
culturalismo es un nuevo fascismo,
sólo que más hortera, o que disfrutas
pegando a un pedagogo o a un psicólogo,
o que el Mediterráneo te horroriza.
Dime cosas que lleven a la hoguera
directamente, dime atrocidades
que cuestionen verdades absolutas
como: "No creo en la igualdad". O dime
cosas terribles como que me quieres
a pesar de que no soy de tu sexo,
que me quieres del todo, con locura,
para siempre, como querían antes
las hembras de la Tierra.
Luis Alberto de Cuenca, La vida en llamas, 2006

viernes, 23 de octubre de 2009

Qué cosas

Me cuenta Juan Carlos Palma, de la librería Luna Nueva, que apareció por allí una señora preguntando por un libro mío con un título concreto. Le contestó que ese título no era mío, ni siquiera de mi hermano Jaime [y no sé si dijo que tampoco de Gabo] y le mostró, solícito, los libros míos que sí tienen en la Luna Nueva, que para algo son amigos. Ella dijo que no, que estaba buscando ése. Se fue muy extrañada, por lo visto, de que se empeñasen en decirle que no. “Esas cosas pasan a veces”, me comentó Juan Carlos, quitándole importancia, supongo que impresionado por mi cara de perplejidad.

Pero es que lo más extraño él no lo sabe. El título por el que preguntaba aquella buena señora es más o menos el que tengo pensado para mi próximo poemario. Pensado y oculto, pues —para evitarme neurosis, que luego me creo que me lo copian— no se lo he contado a nadie, a nadie prácticamente. Siendo exhaustivos: a Leonor, a mis padres, a mi hermano Jaime, a Abel Feu y a Ángel Ruiz. Qué misterio.

jueves, 22 de octubre de 2009

Qué cruz

Al otro lado del teléfono, oigo como el director del programa de radio me presenta: “Enrique García Márquez, ..., ehh, -Máiquez, eso, -Máiquez, nació en Murcia, pero vive en el Puerto... de la Cruz”. Uf, cómo empezamos. Luego la entrevista se serena, y el hombre deja de meter la pata. O a lo peor soy yo el que la está metiendo, porque en una entrevista, si el otro no se equivoca, el que se equivoca eres tú, ¿no? En cualquier caso, se me olvida el comienzo y voy cogiendo confianza y mi acento se suelta y adquiere, incluso, dulzuras canarias. De repente, la entrevista se acaba. Hasta luego. Adiós. Y cuando dejamos el directo, el director se despide, apresurado y entusiasta: “Muy bien, Gabriel”. Bueno, si está muy bien, vale. Por lo menos no me llamó Gabo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Otro elogio del blog

Una vez descubrí una razón evidente para publicar aquí todos los días: la nueva entrada tapa a la antigua. La corriente, que fluye, arrastra río abajo palabras del blog, palabras, que hubiese dicho Gerardo Diego. La mala conciencia se convierte entonces en un aliciente más y no el menor para el trabajo constante. Hoy tengo otra razón, completamente contraria, para exactamente lo mismo. Las entradas ordinarias empujan a las entradas extraordinarias (en el sentido de la palabra que vuestra generosidad quiera darle, aunque yo se lo doy biográfico, eh). Hoy es el último día que la noticia bombo aparece en la página, al final, al borde de la catarata, y, aunque ha sido la entrada con más visitas de la historia de este blogg, con más comentarios, la más feliz de todas, una fiesta, está bien que se vaya… Nuestras vidas son los ríos y por eso son tan corrientes, con sus grillos en la orilla y sus malhumorados comentarios políticos. Me proponen que saque a la margen derecha de Rayos y truenos la entrada de marras y la deje ahí, pero no. Que en la corriente, en lo corriente, vayan también cosas tan buenas salva lo corriente, la corriente.

martes, 20 de octubre de 2009

El grillo y yo

Me gusta cuando calla. Quizá porque uno intenta unir la canción y el silencio. Está el grillo —cri-cri-cri— cantando tan dichoso y yo me acerco (el criterío cada vez más estridente), me acerco más y más y doy cerca (¡no encima!) un pisotón autoritario —¡pon!— y enmudece de golpe y porrazo, dándole a la noche una tersura de cristal. Las estrellas dejan de titilar un momento, sorprendidas, brillando con los ojos muy abiertos. No sé si de niño jugaba yo a correr por el jardín de casa de mis padres tratando de callar a los grillos. Sería un juego sin fin, que en cuanto te das la vuelta, el grillo comienza a cantar, como con más ganas, divertido y burlón.

sábado, 17 de octubre de 2009

Manifestante en tierra

Hasta el último momento hemos estado dudado si embarcarnos o no para la manifestación de Madrid. Al final, ha vencido la prevención, y nos quedamos en tierra. El motivo es una paradoja, la misma, que ahora vemos desde el otro lado.

Pero desde aquí me manifiesto con la misma fuerza que siempre, con un poco más de sentimiento, si cabe, contra el aborto.

viernes, 16 de octubre de 2009

Sinécdoque

[Ayer, por la ley de la compensación, mi mañana de IES fue intensamente negra. Sin embargo, voy a recordar aquí sólo lo bueno y, tatatachán, dentro de dos o tres días, con la inestimable colaboración de mi pobre memoria, la fecha del 15 de octubre de 2009 no será una mala noche en una mala posada, sino una sonrisa.]

Ayer, por tanto, estaba por fin en la última clase de la mañana explicando qué es la sinécdoque. En realidad, tocaba explicar la Higiene en el Trabajo, pero como el nombre es una sinécdoque, aprovechaba para dar un rápido repaso de retórica a mis alumnos de FP. Les expliqué muy bien lo de tomar el todo por la parte, y puse los ejemplos de rigor: las famosas cabezas de ganado y ese número n de almas que habitan en una aldea X. Antes de dar un golpe de efecto y descubrirles que cuando llaman pisha a un colega están haciendo una sinécdoque con todas las de la ley, lo cual les suele impresionar —no todos los días descubre uno que habla en retórica—, antes, les invito a poner por su cuenta algunos ejemplos. Como yo ya he gastado el de las cabezas y el de las almas y me reservo el pisha, se quedan en blanco. Pero uno pega un respingo, y levanta la mano y, a la vez, anuncia: “Ya lo tengo, ya lo tengo. ¿Una parte por el todo, no? Pues cuando se dice: ‘¡Qué peazo de camión!’ y se dice peazo pero se habla del camión entero. Y de los grandes”.

jueves, 15 de octubre de 2009

Ecografía

Una gota de luz
titilante, pequeña,
pero inconmensurable:
lo mismo que una estrella.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Gracias, gracias, gracias

La noticia bombo la doy en el periódico y si yo tuviera que decidir su importancia iría, pudores aparte, en primera plana y no en la esquina de una columna de opinión. No andaría muy equivocado porque ¿qué noticia hay en el mundo más novedosa y más trascendental?

Aquí, en Rayos y truenos, os debo otra explicación. Hace nada publicaba un poema que no pensaba sacar, como sabéis. Era sobre el hijo que no tengo y que ahora resulta que voy a tener o, mejor dicho, que ya tengo, o aún mejor dicho, que ya tenía cuando lo publiqué. Pero sin la más remota idea. Y justo esa noche lo supimos. O sea, que al milagro inmenso de los deditos milimétricos se une el mini-milagro de la salvación de ese poema por la campana, en los minutos de descuento. No sé si visto desde el otro lado de la pantalla os parecerá muy emocionante. De mí os cuento que he cambiado mis cuatro cafés diarios por un tratamiento a base de tilas.

Os debo la explicación porque me consta que algunas (todas las que me constan son chicas), algunas, al leer aquel poema, se pusieron a rezar por nosotros, por los tres. Gracias, gracias, gracias. Hace unos días le susurré la noticia a una amiga de mi madre en la fila de comulgar y se pasó todo el camino dando hipidos de alegría y limpiándose los ojos con la mano. A la salida de misa, más calmada, me decía que nuestro niño para ella sería su sobrino. Pues eso, seguid acordándoos, por favor, ellas y vosotros, los que queráis.

domingo, 11 de octubre de 2009

Cling

--Quería pedirle un artículo...
--Aquí lo tiene, hermana: cling [en vez de click, cling, haciendo el ruido de una monedita pequeña en una lata casi vacía].
--Dios se lo pague.

Eso, hermana, pero me quita mucho mérito que mi mano izquierda sepa lo que hace la derecha y lo diga. Escribo, ay, con las dos manos en el teclado. ¡Con lo discreta y desaparecida que fue siempre santa Juana Jugan!

sábado, 10 de octubre de 2009

La respuesta

Una buena pregunta debe alumbrar naturalmente la respuesta verdadera. ¿No tienen los signos de interrogación barriguita de embarazada?

jueves, 8 de octubre de 2009

Difícil de explicar

A veces me preguntan por mi madre: hace tiempo que no la ven. Cuando les contesto que murió, se azoran. Al peluquero de perros (Perruquería Adolfo) le pasó ayer. A mí me gustaría explicarles que no importa, que es más, que lo agradezco. Me alegra saber que mi madre ha seguido viva para ellos estos meses. No es una equivocación, sino un símbolo. Pero eso es muy difícil de explicar, así que apenas digo nada, les sonrío.

“La última vez que la vi iba contigo”, precisa Adolfo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Pobreza

“Negarse a admirar es la marca de la bestia”, nos advierte Gómez Dávila. Cernuda, sin embargo, se advierte: “bien pocos hombres que admirar te quedan”. Yo, para cumplir con uno sin perder la lucidez desengañada del otro, admiro por compartimentos estancos. Recomiendo el método: las admiraciones resultan así prácticamente insumergibles. Natalia Ginzburg, nuestra insigne lexicógrafa (véase el maravilloso y estanco Léxico familiar), da en sus Ensayos dos decepcionantes argumentos a favor de la legalización del aborto. Iremos poco a poco y hoy sólo citaré uno, no se me vaya a hundir de golpe —con compartimentos y todo— la admiración que le tengo. Sostiene ella que si no se legalizara el aborto sólo tendrían acceso a él los ricos. Vaya, pues eso es un argumento a favor de la pobreza. Argumento que agradezco: la pobreza la venía uno viendo como Quevedo: una fiera que espanta y que, aún siendo tan cristiana, tiene la cara de hereje. Ahora bien, si salva vidas, ya es otra cosa. Y últimamente, por lo visto, también salva algunos matrimonios.

lunes, 5 de octubre de 2009

Aniversario

Leo ahora dos frases que me traen al recuerdo una tarde inolvidable de hace año donde me metí en un jardín (y ya estaba en un Campus) al sugerir que una de las características esenciales de la literatura es su contenido moral.

Pero el arte nunca es amoral, aunque algunas veces sea inmoral, esto es, moral con la moralidad equivocada.

...................................................[G. K. Chesterton]

*

La crítica decrece en interés mientras más rigurosamente le fijen sus funciones. La obligación de ocuparse sólo de literatura, sólo de arte, la esteriliza.
Un gran crítico es un moralista que se pasea entre libros.

.............................................[Nicolás Gómez Dávila]

Ay, si me hubiera sabido bien a mis maestros… Para enseñar, ante todo, ser un discípulo aplicado, mira que me lo tengo dicho.

sábado, 3 de octubre de 2009

Samarcanda

Que la muerte me espera en Samarcanda
a estas alturas de la historia es obvio,
pero, ¡Dios, qué excitante cabalgada!

viernes, 2 de octubre de 2009

Informo escuetamente de los hechos

Para recordarnos el cumpleaños de su mujer, mi hermano Jaime nos mandó este correo, llamado "Informo escuetamente de los hechos":

- Nacimiento. Hace 34 años y una hora quince minutos nace en la ciudad de Madrid (Spain) Monica González-Simancas y Díaz-Guerra. Sus padres respondían (cuando les daba la gana de responder) al nombre de Enrique y de Lourdes. Parto complicado. Se teme por la vida de la pequeña. Su madre se encomienda al Fundador del Opus Dei. La pequeña Mónica, como en otros muchos momentos complicados de lo que sería su vida, sale adelante.

-Personalidad. La cultura oriental relaciona el parto con el carácter futuro de la persona. El carácter de la pequeña Mónica es, por tanto, complicado: obsesión por el orden, especialmente por el orden de las personas con las que convive, escrupulosidad religiosa, seriedad frente al vestir, exquisitez en los alimentos, inclinación por los restaurantes muy caros y las prendas de vestir de marca. Afable. Divertida. Tendencia natural y preocupante a la locura.

- Físico. 165 cm. 99, 65, 97. Rubia. Ojos azules. Gran belleza exterior. Aspecto Niña bien.

- Profesión. La sujeto se dedica a algo extraño: intenta que no parezca que ha pasado el tiempo en cosas que tienen mucho tiempo; pero si el tiempo ha roto algo de esas cosas, las deja como están más o menos sin tocarla, para que la gente vea cómo ha pasado el tiempo en las cosas. A la gente le gusta mucho ver esos rotos del tiempo, y la pequeña Mónica siente satisfacción por ello. En fin: es restauradora de obras arqueológicas. Trabaja en angares, museos y otros sitios de mala vida.

- Los hechos:

1. Ayer tarde. A la vista de los acontecimientos que se celebran hoy, el marido no tenía ni un regalo hecho ni pensado, así que pidió ayuda de las hermanas de la sujeto, y tras varias tentativas de regalos sosos (complementos de Massimo Ducci) o extravagancias deportivas (unos patines), se optó por unos pantalones y un jersey (moda, ultima temporada Trucco).

2. Ayer noche. Tras cervecita con los pajes: B.G.D-G y a M.G-S.D-G [mantenemos los nombres en el anonimato, como se nos ha pedido] el marido se dirige a casa disimulando de “dónde” y “después de hacer qué” viene. La sujeto, con la mente un poco retorcida debido a su complicado carácter (véase apartado Personalidad), se da cuenta exactamente de “dónde” y “después de hacer qué” viene su marido pero no dice nada, pero insinúa que lo sabe perfectamente con una sonrisa (ver imágenes de sonrisa parecida en google: Leonardo da Vinci/monalisa/Museo del Louvre).

3. Esta mañana: 06:30 suena el despertador. Bostezos. Breve felicitación. Bostezos.

4. Desayuno. Café con leche. Tostadas.

5. Entrega de regalos. El marido, después de escuchar 6 veces 6 lo bien que conoce a la sujeto, lo bien pillado que le tiene el gusto y la talla y lo que necesita… reconoce avergonzado que ha tenido ayuda del mundo exterior [B.G.D-G & M.G-S.D-G], y que por tanto el acierto es compartido. Sucesión de cariñosos reproches: no me conoces aún, aún no tienes mi gusto pillado, seguro que no sabes nada de mi talla. Sonrisas y…

6.Ducha. Aquella pequeña Mónica que hace 34 años y hora y media minutos nació, se dispone a abrir el agua de la ducha y comprueba asombrada que no sale ni una gota de H²o. El marido de la sujeto clama al cielo, saca conclusiones épica-bíblicas (la redención del mundo a través de la mortificación de los elegidos, etc.) y promete vengarse de los vecinos que han ocultado esa información.

7. Solución. Mientras el marido de la sujeto sigue pegando inútiles gritos con el puño en alto por la casa, la sujeto que hemos venido llamando pequeña Mónica hace maniobras incomprensibles: coge botellas de la nevera, saca dos ollas, calienta el agua, y las mete a toda velocidad en la ducha, mientras susurra palabras en clave: “Esto, lo he hecho yo y Titi toda la vida”, “Esto, lo he hecho yo y Titi toda la vida”…

8. Final. La sujeto pequeña Mónica enseña a su marido con paciencia como… asearse (se ha preferido no utilizar la palabra ducha) con tres litros de agua metidos en dos cacerolas. Una esponja y una cacerola con jabón para limpiar y otra cacerola y otra esponja para limpiar la limpieza. El marido está encantado con la experiencia pero prefiere que no se repita. Salen de la casa, y se dirigen al Parque del Retiro (07:46, del 01 de octubre de 2009). Fin de la investigación.

- Conclusiones:
1. si a la gente le faltara el agua más veces, sabría ducharse perfectamente con tres litros en vez de con los cien con la que se ducha todos los días.

2. la sujeto pequeña Mónica tiene metido en las venas el espíritu de su bisabuelo arqueólogo (véase apartado Profesión)

3. la sujeto pequeña Mónica tiene metido en las venas el espíritu de su abuelo fundador de los Boy Scouts (véase dentro del apartado Los Hechos, el Nº 7 y 8).

4. la sujeto pequeña Mónica tiene una familia que le quiere (véase apartado Nacimiento y en Los Hechos, el Nº 1, 2 y 5).

5. la sujeto pequeña Mónica cumple hoy 34 años de edad. Sin otro particular os saluda atentamente. JG-M