sábado, 29 de septiembre de 2007

Gillette Match 3 Power

"Una cuchilla de tres bandas, con filamentos cruzados que vibran gracias a su sistema match 3 turbo, que antes de cortar el pelo lo va levantando, así consigues un afeitado bastante apurado". El barbero del rey de Suecia lee esta publicidad con envidia, pues él usa la navaja de toda la vida, afilada a la piedra, que no deja ni soñando ese apurado de la Gillette. Ya se quedó el hombre bastante amoscado con el aviso de Neuman de que "todo resumen es una exageración", pero ahora mismo, cuando devolvía El equilibrista a la estantería, ha leído:
No hay arte sin piedad.
Y le he entrado piedad de sí mismo, porque se le escapan las mejores. Como hace días, que después de haber hablado muchas veces de los Diarios de Bloy, vino la segunda cuchilla del afilado Dal, en otra entrada, y dejó en el último comentario una inestimable cita del mismísimo libro.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Le mot juste

—¿Qué tal el comienzo de curso, Fernando? —Fernando es el carpintero-mantenedor del Instituto.
—Mucho trabajo, Máiquel [sic], mucho: esto es no parar.
—Bueno, y que no falte…
—Sí, que no falte, pero tampoco hay que masacrarse…
Es admirable: ¡Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas! No es "cansarse", ni tan siquiera "machacarse", sino "masacrarse".

El trabajo, esa masacre.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Unos segundos de publicidad

Hay quien dice —yo, sin ir más lejos— que lo mejor con diferencia de la televisión son los anuncios. Como todo me sale en la nariz, lo mismo en este blogg, porque miren qué libros en Los Papeles del Sitio. Y si los leen, ya ni les cuento. [Los prólogos, eso sí, pueden saltárselos, menos el de Juan Arana, claro.]

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Dios es

A una prudente distancia los nuevos laicos, éstos que hablan constantemente de Dios, nos traen al recuerdo los versos de Mario Quintana: “En este mundo de prodigios/ y de la magia de Dios lleno/ lo más sobrenatural que existe/ son los ateos”. Lo malo es si te acercas, lees sus libros o te cuentan de sus repetidas exposiciones contra Jesucristo y la Iglesia. ¿Cómo es posible, se preguntaba san Agustín, que la persona más amada de la humanidad sea un crucificado? ¿Cómo es posible, me pregunto yo, que sigan crucificando —simbólicamente, que es como pueden— a la persona más amada del mundo? Por ahora las últimas exposiciones han sido Dios(es). Modos de empleo, en Madrid, y otra de fotografías directamente pornográficas en Ibiza.

En la de Madrid se equipara a Teresa de Calcuta con Jomeini, se dice que las religiones politeístas son pacíficas (véanse las Guerras Médicas o los sacrificios humanos aztecas, por ejemplo) mientras que las monoteístas son violentísimas, y, para salvar la contradicción de que no hayan existido regímenes más sanguinarios que los muy laicos de los comunistas o el nazi, se los califica de "religiones ateas". Todo muy sesudo y riguroso, como ven.

¿Qué les mueve? Para empezar por lo más tonto, los intelectuales y los artistas han encontrado un chollo publicitario en los escándalos. Ya que no logran levantar entusiasmos, lo compensan provocando rechazos. Algunos no ignoran que lejos de la trascendencia no puede hacerse un arte hondo, pero quieren ser los más materialistas, desde luego. La manera de conjugar lo uno con lo otro es acercarse a lo sagrado… para criticarlo.

Otros protagonistas son los paganos, esto es, los políticos que pagan —con nuestro dinero— porque así ellos quedan como muy modernos y tolerantes y tal. Y porque se revuelven, quizá inconscientemente, contra un límite a su poder: Jesucristo es la última instancia de juicio moral sobre las actuaciones de los grandes del mundo. A lo que hay que unir que un pueblo sin fe resultaría mucho más maleable. No hay que ser un lince para encontrar ciertas conexiones entre estos eventos, el interés por imponer la Educación para la Ciudadanía y tantas proclamas de confesionalidad laicista que se lanzan al viento.

Sin embargo, casi dan lástima o caridad. Si, como creemos, Él es el que es, Dios es (sin paréntesis que valgan, por más que los pongan); y la Iglesia tiene dos mil años (y los que te rondaré, morena); y a mí, aquí me tienen (disfrutando). Gracias a Dios(es). Modos de empleo, hoy he podido dedicar esta columna de actualidad a la persona más amada de la humanidad y hasta me sobra una línea para recomendarles el último libro de Benedicto XVI, Jesús de Nazaret. Es espléndido.
[Joly]

martes, 25 de septiembre de 2007

El barbero equilibrista

El otro día abominaba de los sonetos del extraño Neuman. Extraño, porque a pesar de los sus sonetos sabe lo que se trae entre manos, como demuestra de sobra en El equilibrista. El barbero, para no ser menos equilibrista, se sube al cable de una cal y una de arena y os ofrece ahora los mejores aforismos del libro, con aplauso en off, para que me perdonen la crítica a los sonetos. El último parece especialmente escrito para el barbero, ¿no?

Mirar es una antología
*
Si no aceptamos nuestros demonios, sólo podremos aspirar a ser pésimas buenas personas.
*
También nos enamoran las ideas.
*
Nadie se toma en serio al que lo admira demasiado.

*

Conviene burlarse un poco de casi todo, y mucho de casi nada.
*

Procurar no hacer daño a nadie. Pero dar la impresión de ser muy capaz de hacerlo.
*
Noticia trágica: el sentido del humor tampoco nos hace invulnerables.
*
Amar es una obra de arte.
*
No ser vulgar cuesta trabajo. Más que una naturaleza, la vulgaridad es una renuncia.
*
Sin moral no hay mirada. Hay, como mucho, testificación.
*
Alguien casi genial es un idiota.
*
Epígonos, epígonos. Qué modernos seréis.
*
La corrección es el segundo turno del talento.
*
Uno no lee poemas: se entiende con ellos.
*
“Pellízcame para saber si es cierto”: ese pellizco vendría a ser, exactamente, la poesía.
*
Sólo me interesan las prosas extremas: la grácil o la grávida, la que vuela o la que excava.
*
Escribid mal y os llamaran rupturistas.
*
Todo resumen es una exageración.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Se non è vera, è ben trovata

Lo mejor para todos sería que nada de lo que cuenta Gara sobre la negociación fuese cierto. Reconozcamos, no obstante, que la Guardia Civil, incluso en Gara, queda estupendamente. Sobre ella, los enviados de Zapatero, cuando los terroristas les exigían que cumplieran con el compromiso de rebajar la presión policial, contestaban: "Ésos sólo obedecen al duque de Ahumada".

Uno hablaría de buena gana del honor es su divisa, pero ya sabemos que hay épocas que no están para épicas y cómo se ríen del honor los que ni idea. Lo dejaremos, pues, en que ahora me duelen mucho menos los puntos del carnet que me quitaron este verano. Así, en tono irónico, el único que permiten estos tiempos, pero con una emoción muy honda y antigua.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Un cumplido consuelo

En la playa de Zahara, por donde paseo desocupado, los pescadores observan fijamente las olas, llevando una pequeña red entre las manos y —entre los dientes— un cabo. Procuran atrapar a unos curiosos peces, los buceles, que se acercan demasiado a la playa. De pronto, algún pescador lanza la red como un frisbee, como si en una foto del National Geographic. Normalmente no hay suerte y la recoge con el cabo y vuelve a escrutar las olas, como si nada. Yo miro a los pescadores mirar la orilla muy quietos, con una atención intensa, y pienso con envidia que si lograse observar el mundo así sería un gran poeta.

Pero enseguida me distraigo, y me echo a leer. Como a propósito, Rafael Cadenas, en el primer poema de su primer libro, Una isla, recogido en Obra entera (Pre-Textos, 2007), me ofrece estas palabras consoladoras y sin embargo ciertas:
SI EL POEMA no nace, pero es real tu vida,
eres su encarnación.
Habitas
en su sombra inconquistable.
Te acompaña
un diamante incumplido.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Estoy aquí

Con toda toda mi familia política.

No es excusa

La falta
de ortografía era perfecta.
El orador dubitativo coje
la palabra, no coge, que la coje-
a cojeando
de frase en frase en frase,
torpezando hasta el punto
final, redondo y aliviado del aplauso.

viernes, 21 de septiembre de 2007

La pícara molinera

Ayer, presentación en Arcos de La molinera de ídem, de Alejandro Casona. El editor fue Feu, y fuimos de fiel infantería o clac. La política de Arcos la hemos seguido bastante, porque nuestro amigo Pedro Sevilla fue cabeza de lista de IU en la anterior legislatura y porque hubo un conflicto con la central de ciclo combinado de Iberdrola, que cuando gobernaba el PP no quería el PSOE, con manifestaciones populares y eso, y ahora que gobierna el PSOE sí que quieren. Como lo de la OTAN, pero en versión municipal y expresa. ¿A lo que íbamos, dirán ustedes, no era a la presentación de un libro? Ay, este Máiquez mezclando la política con la aséptica literapura, ay. Pero es que --me defiendo-- si no os pongo en antecedentes no entenderéis lo que pasó. Que allí estábamos cuando coge la palabra el director de la central de ciclo combinado de Iberdrola y se justifica por el mecenazgo perpetrando este comentario a todas luces poco brillante: "Iberdrola quiere así devolver al pueblo algo al menos de lo que le quita".

Ahora lo normal sería poner "[sic]", pero allí no hizo falta porque la que se sentaba justo detrás de mí, una chica de unos cincuenta desarrapadamente ecologista, con un ojo semi cerrado, pensé yo respetuosamente que por minusvalía, aunque en vista de lo que pasó después no hay que descartar un sopapo previo en algún otro acto, ésa, digo, cuando el Iberdrolo dijo aquéllo, replicó: "ejem, ejém", fuerte, fuerte. No digo yo que no se lo hubiesen puesto a güevo, no. Lo malo es que todos, en la mesa, se volvieron hacia al ruido, la alcaldesa, el concejal de cultura, la profesora de la UCA, los de la primera fila. Y allí lo que se encontraron fue naturalmente mi cara de pan. Lo que me faltaba.

Que yo recuerde, nunca he tenido unas tentaciones mayores de ser un acusica, de protestar: "yo no he hecho" como mis alumnos, y de señalar con un índice temblón a la susodicha carraspeante. La muy pícara estaba tras mis anchas espaldas, con la cabeza en la mano, cual grave pensador de Rodin. Callé como un caballero.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Misterio

En el paso de cebra del cementerio, cebro el paso a una señora que salía con un precioso ramo de flores blancas. Un momento —pienso— que sale del cementerio con un ramo de flores... ¿No debería estar entrando, o saliendo, sí, pero sin las flores? Y se sonreía. Y yo me preguntaba si las habría birlado, quizá para una cita, aunque era mayor, o para el hospital, para una hermana. O tal vez las llevó a su difunto marido, y una vez allí, delante de la lápida, pensó que no las merecía de ninguna manera y se las traía, traviesa, al jarrón del saloncito. O quizá sintió que mejor que entre cipreses las dejaba a la Virgen de los Milagros, que así le aprovecharían más a su esposo, que le fue muy devoto... Ya había pasado ella con mucho el paso de cebra y seguía calle abajo con su ramo de flores blancas, tan contenta. El de atrás me pitó un poco y tuve que marcharme acelerando carretera adelante, con mi ramillete de dudas, intrigado.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Champaña electoral

El primero en descorchar, pum, la botella fue Zapatero con el cheque-bebé: burbujas, sonrisas y chin-chin. Los ministros se han apuntado rápido a la fiesta: pisos pa tós, dentistas, convites a los nacionalistas, ayudas al alquiler y vámonos que nos vamos…

Qué alegría; pero Solbes, sobrio, avisa que esto hay que pagarlo. Su gesto, sin embargo, no impone demasiado. Recuerda más bien al del gordito que no se integra, que no sabe bailar y que está deseando que se acabe la charanga para irse a dormir a casa.

Lo fácil sería unirse al jolgorio general, como ha hecho Ryanair con su anuncio, pero mejor tomárselo en serio siquiera sea por respeto a las ilusiones que se despiertan. A mí no me costará mucho: más que el champagne me gusta el buen vino, el de al pan, pan y al vino, vino.

Hoy por hoy, la democracia es indiscutible; pero no inmejorable. Junto a las amenazas externas —el fundamentalismo islámico, fundamentalmente— están las internas, más graves aún, porque las civilizaciones se pudren primero por dentro. La peor es la extensión de los límites del sufragio: ¿hasta qué punto los derechos humanos y los principios fundamentales deben someterse a los vaivenes de unas mayorías momentáneas? Otra amenaza es la presión excesiva de los partidos sobre la división de poderes. Y otra, la que nos ocupa: las promesas populistas y el tobogán del todo vale.

Un crítico argumentaba que el sistema democrático no puede funcionar porque es como una escuela en la que se preguntase a los alumnos si prefieren matemáticas o recreo. Los políticos que se lanzan en periodo preelectoral a prometer el oro y el moro comparten, no nos engañemos, ese concepto de la democracia. Están convencidos de que todos votaremos siempre por el recreo, por el oro y por el moro.

Por fortuna, la historia desmiente en algunas ocasiones trascendentales esa visión en apariencia festiva y en el fondo amargamente pesimista. Winston Churchill ganó sus elecciones ofreciendo sangre, sudor y lágrimas, nada menos.

Claro que cada pueblo tiene el gobierno que se merece: ésa es la grandeza de la democracia y a menudo su miseria. Habrá tiempo de aquí a las elecciones de marzo para ver cómo va reaccionando la gente ante tantas promesas espumosas. Después es muy probable que se vuelva a repetir el viejo chiste de Juan Bonilla de que para los políticos lo prometido es duda. Pero incluso poniéndonos más ingenuos y menos ingeniosos, aunque cumpliesen, lo prometido seguiría siendo deuda. Deuda pública, en concreto. Así que un poco de compostura, señores, no se les suban las burbujas a la cabeza. Hagan caso del gordito Solbes, que no es del PP. Si bebes, no conduzcas (tampoco pueblos).

[Joly]

martes, 18 de septiembre de 2007

Para mayores, con reparos

A Josep Pla le gustaba mucho el Conde de Chesterfield. Citaba a menudo su famosa frase, como aquí:

En las cartas de Chesterfield a su hijo —que son consideradas un documento clásico de la literatura inglesa— se escuentra este consejo o, si se prefiere, esta reflexión sobre el acto carnal:
The pleasure is momentary. The cost is exorbitant. The position is ridiculous.’
Eso está muy bien, no puede estar mejor observado… pero ¿qué remedio?

Como digo, la citaba a menudo, y la citaba fatal. Lo que escribió Lord Chesterfield en realidad fue: “The pleasure is momentary, the position ridiculous, and the expense damnable”. Objetarán ustedes que no hay cambios sutanciales, pero yo creo que de los cambios que hay pueden extraerse con facilidad al menos tres sustanciosas conclusiones:

1- Para el catalán el cost es más importante que la position, que el circunspecto conde ponderaba antes.
2- Siguiendo con lo mismo, no es igual “exorbitant” que “damnable”, ni mucho menos.
y 3- Finalmente, centrándonos sólo en el estilo, nótese hasta donde llega el amor a los puntos y seguido de Pla.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Sonetos del extraño

Este libro de sonetos* con Andrés Neuman en el papel del extraño comienza con una cita de Alberti en el papel de "Harold Lloyd, estudiante" de Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos: “Aunque la policía ignore que un soneto / consta de dos cuartetos / y dos tercetos”. La cita resulta muy esclarecedora porque eso es lo que no ignora Neuman, del que, para que vean que no es nada personal, recomiendo encarecidamente sus aforismos**. Volviendo, ay, a los sonetos, el barbero nos asegura que al menos podemos perder “el miedo a que el placer nos deje bizcos”, por usar la expresión de un su endecasílabo (p. 19) que sirve para rimar muy bien con “mordiscos”. Puestos a hacer una generosa selección, quedémonos con el último verso del poemario, donde, tras reconocer —a buenas horas, mangas verdes— que no está para sonetos y que se despide —nunca es tarde— porque “la palabra reclama nuevos cuerpos” —y tanto—, asevera sobre los del Bardo:
Los de Shakespeare me dejan aún perplejo.
Y a mí, los de Shakespeare***.

* Sonetos del extraño, Andrés Neuman, Editorial
Cuadernos del Vigía, Granada, 2007
** El equilibrista, Andrés Neuman, El Acantilado,
Barcelona, 2005

***Sonetos, William Shakespeare, versión de Carlos Pujol, La Veleta, Granada, 1990

sábado, 15 de septiembre de 2007

No te fíes

Lo mejor de la entrada de ayer fueron los comentarios. Los más jóvenes se llevaban las manos a la cabeza: "hala, lo que has dicho" o "tu señora te va a abroncar". Los más... de mi edad reconocían el guiño sentimental del método. Yo estoy, qué remedio, con los más... de mi edad. Cuando uno se adentra —por decirlo de algún modo— en el matrimonio, hay que armarse de un romanticismo de tercera generación, humorista y correoso. En concreto, a mí, de la entrada de ayer me preocupaba lo contrario: dar una imagen de marido envidiable, como que aparca siempre muy bien y encima sonriendo. No tanto por vosotros, que a fin de cuentas no está mal que recibáis de vez en cuando entre tanta televisión algún ejemplo moralizante, sino por mi mujer, que palpa la diferencia día a día. Para defendernos de las naturales protestas de las musas conyugales escribió Abel Feu uno de sus antídotos más dichosos. Romanticismo ya de cuarta generación.

..........NO TE FÍES

.....Te quejas a menudo —y te pones
bastante pesadita, dicho sea
de paso, no te ofendas— porque dices
que mis versos te quieren más que yo.

.....Bueno, bueno. Podría replicarte, pero, ¡huy!,
te conozco de sobra, no me oírias,
así que bueno, vale, O. K., d'accord.
Y no es por defenderme, pero, vaya,
al menos, digo yo, si estás de acuerdo,
podríamos discutirlo, ¿te parece?

.....Porque, vamos, ¿qué hacen ellos por ti?,
eso, ¿qué hacen? ¿Te acompañan? ¿Van
contigo al cine, de paseo? ¿En bici?
¿Te escuchan cuando estás que bla, bla, bla?
¿Te llaman, cada día —repitopitopito:
cada día (que menuda factura)—
por teléfono? ¿En?

.....Ten cuidado, so ilusa. No te fíes
ni un verso. Mira que ellos
—después no vengas con que no te aviso—,
ellos te quieren, sólo, de palabra.

[Abel Feu, Feu de erratas, Renacimiento,
Sevilla, 1997, pp 58-59]

viernes, 14 de septiembre de 2007

El método

No importa si Leonor no me dijo dónde aparcó ayer. Salgo a la calle, me pongo en la línea de los coches y miro a derecha y a izquierda: hay uno que sobresale mucho más que el resto. Es ése.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Ya se van las oscuras golondrinas

Tengo debilidad por Mario Quintana, que acierta hasta equivocándose. Hablando en una entrevista de sus influencias literarias, cuenta cómo su madre, educada en Uruguay, le recitaba poesía española, especialmente de Espronceda y Bécquer. Entonces se pone estupendo y declama: “¡Ya se van las oscuras golondrinas!” Ea.

Y sin embargo este neoverso pseudobecqueriano me viene mucho mejor que el auténtico, con su melancolía complejísima mezclando memoria y deseo. JRJ copió el bueno con aquello de “y se quedarán / los pájaros cantando”, y Eliot confluyó con “April is the cruellest month” cuyo eco recogió, a su vez, Miguel d’Ors en “Pero no por abril”, etc. A mí, con todo, me viene mejor el de Quintana, pues ya se van, simplemente, las oscuras golondrinas.

La semana pasada fui a pescar con mi padre, Abel Feu y sus niñas. No pescamos nada, ni un resfriado siquiera, porque el día era bochornoso. De pronto, en vuelo rasante sobre las aguas, vi pasar una golondrina en dirección sur, muy seria, sin entretenerse como suelen en arabescos aéreos, sino en línea recta, como una flecha, atravesando nuestro aburrimiento. Luego, pasó una bandada de treinta o cuarenta. Estaban yéndose.

Tengo un amor constante más allá de las estaciones, así que no me puse a lamentar lo que se encontrarán cuando vuelvan, que —D.m— me lo imagino y me encanta. Pero soy profesor y no me dio buena espina que se fueran ya, tan pronto. Y además, aunque es la misma vocación, tienen distintas alturas de vuelo, y a don Enrique Monasterio le gustan los vencejos, pero a mí ellas y mucho, las golondrinas, con su vuelo en volutas, su pases rasantes, su baberito rojo y también con su canto. Y se van, se van las oscuras golondrinas.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

En la duda saluda

El título de este artículo es un refrán mío particular que ofrezco al respetable en vista de la falta que nos hace. Por la calle, algunos ponen cara de velocidad, gesto adusto y córneas esquinadas, sin ganas de perder un segundo en decir hola, dándose aires de gran metrópoli, cuando aquí lo que sopla es el levante.

Ahórrense ustedes el esfuerzo de tratar de resolver el misterio de qué pasa por la mente del que no saluda. Nada: no pasa más que esa línea recta que los médicos identifican con el encefalograma plano. Porque, a ver, ¿cuesta dinero saludar? Parecería que sí, teniendo en cuenta que los muy hoscos son los más tiesos (en todos los sentidos). Pero no: saludar es gratis, de verdad. También es posible que se intenten prevenir —sobre todo a partir de cierta edad— las arrugas gestuales. Que se remedian con sencillez sustituyendo la sonrisa por una noble inclinación de cabeza o un levantar leve la mano. Habrá quien piense, me temo, que lo elegante es no saludar; pero que se fije en su Majestad el Rey, lo bien que lo hace. O quizá es que no quieran dar pie a una amistad íntima con el vecino. Se conoce que no han leído tampoco al indispensable Pla, que dejó sentado que hay amigos, conocidos y saludados: uno puede cumplir perfectamente con la tercera categoría sin tener por ello que pasar a mayores.

Quienes no saludan tienen una confianza ciega en su memoria. Justo la misma que los tontos en su inteligencia: oigo “Yo no soy tonto” y me echo a temblar. “No recuerdo que nos hayan presentado”, zanjan estos selectos memoriosos. ¿No? ¿Seguro, seguro? Además, ¿dónde está escrito que para saludar a alguien tengamos que haber sido presentados? Basta llevar cruzándonos por el barrio veinte años sin solución de continuidad, digo yo.

Dejemos aparte, pues, los motivos: todos acaban dando de plano en el encefalograma. Y es que, antes o después, ellos acabarán coincidiendo con el no saludado en una cola de la compra y les faltarán cincuenta céntimos o se les pinchará el coche o simplemente los sentarán juntos en la cena de una boda, y qué bochorno innecesario.

Siendo posible que quien se cruce con nosotros sea vergonzoso, o miope, o padezca astigmatismo snobicus, o al revés y tenga la vista cansada de tantas veces como le dejaron colgado un buenas, lo mejor es saludar sin dudar, enseguida, el primero. Nuestra solícita amabilidad será muy bienvenida (o dejará en evidencia al vaina, que también tiene su gracia). Seguir mi consejo implica el riesgo de saludar con entusiasmo a un total desconocido. No importa. Puede ser el comienzo —lo digo por experiencia— de una hermosa amistad.
[Joly]

lunes, 10 de septiembre de 2007

A un humanista entristecido

Recuerda: Leonardo se ganaba
la vida actualizando para el Moro
Ludovico retruécanos romanos.


Aunque de madrugada retocase,
con celo inmarcesible, las sublimes
tablas que le encargase su pasión.

[José Antonio Bablé, Presente anterior, Pre-Textos, Valencia, 2007]

domingo, 9 de septiembre de 2007

Ah, bueno

Pues resulta que la zeta de Letizia no era una originalidad de la prinzeza, con lo que yo me he reído. Borges dedica el poema “La noche que en el sur lo velaron” a Letizia [zic] Álvarez de Toledo. Y hombre, si lo dice Borges, pues se lo perdono a la de Asturias.

sábado, 8 de septiembre de 2007

La frente / coronada de un castillo

Aprovechando que la Virgen de los Milagros / es una Virgen guerrera y que la actualidad me empuja hasta las últimas consecuencias, voy a dedicar este ocho de septiembre a -entre otras cosas- reflexionar sobre una frase de Nicolás Gómez Dávila. La frase trae a la memoria otra de Cioran, sólo que Gómez Dávila tiene para mí, además, la autoridad de las afinidades. El aforismo:
Si el reaccionario no despierta en el conservador, se trataba sólo de un progresista paralizado.
Y ahora lo dicho: a reflexionar.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Cuatro bodas y un funeral

Ana Liniers, amiga de Leonor y mía, perspicaz psicóloga, fue la descubridora del atasco del novio en las bodas cuando le tocaba decir “fidelidad” en “recibe este anillo como prueba de mi amor y de mi felicidad o fifelidad o facilidad o fififidad…”. En nuestra boda me felicitó porque lo había dicho claro, sin interferencias, como un aparato de alta fidelidad. No tenía especial mérito porque, entre otras cosas, llevábamos tres o cuatro años fijándonos —y riéndonos— en cada celebración. Ahora he descubierto donde tropiezo yo, que también es sintomático. Hace unos días tuve que llevar el rosario ante un grupo considerable. Empezaba con una dicción excelente hasta que llegaba al final de cada Ave María y al hora y el ahora de muestra nuerte con la boca reseca. Creo que me atraganté de cincuenta formas distintas… Bueno, no importa, con tal de que la última salga bien.
Amén.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Ciudadanía para la Educación

Este curso la vuelta al cole tiene otro aliciente: la polémica de la Educación para la Ciudadanía. En nuestro mundo los criterios de importancia son el dinero y la presencia en los medios de comunicación. Por el primero, está bastante claro que la sociedad prefiere un notario a un profesor. El tratamiento mediático tampoco era muy boyante para los docentes. Tenían que agredirnos para que saliésemos en un telediario. Lo del sueldo no ha cambiado, pero ahora se habla más de nosotros.

Lo sencillo es achacarlo a la habilidad de Zapatero para liarla. Yo quiero ser optimista y ver además en la polémica un valor de fondo. Hay que reconocer a las partes, esto es, al Gobierno, empeñado en imponer una asignatura para sus creencias (positivismo jurídico, laicismo, ideología de género); a los padres, que se resisten a entregar la formación de sus hijos; a las organizaciones de profesores; a la Conferencia Episcopal hay que reconocerles, digo, su homenaje a la educación, con independencia de las posturas. En vez de pensar que al fin y al cabo los alumnos no se enteran de nada, ahí están, peleándose por lo que se les diga en clase. Emociona tanta fe en la enseñanza.

Cuya trascendencia no es nueva. Ya Platón la reconoció y, en 1836, el Duque de Rivas escribía en el preámbulo del Plan de Instrucción Pública: “El pensamiento es de suyo lo más libre entre las facultades del hombre; y por lo mismo han tratado algunos gobiernos de esclavizarlo de mil modos; y como ningún medio hay más seguro para conseguirlo que el de apoderarse del origen de donde emana, es decir, de la educación, de aquí sus afanes por dirigirla siempre a su arbitrio, a fin de que los hombres salgan amoldados conforme conviene a sus miras e intereses. Mas si esto puede convenir a los gobiernos opresores, no es de manera alguna lo que exige el bien de la humanidad ni los progresos de la civilización. Para alcanzar estos fines es fuerza que la educación quede emancipada; en una palabra, es fuerza proclamar la libertad de enseñanza”. Más claro el agua.

Ante la avalancha de objeciones de conciencia hay quien piensa que la Educación para la Ciudadanía nace muerta. Si fuese así, murió en acto de servicio, despertando sensibilidades y saltando alarmas, y eso tiene un mérito. Su demérito consiste en imprimir un carácter instrumental a la enseñanza, en que ésta sea para la ciudadanía o, peor aún, para crear ciudadanos en serie con el molde de una ideología muy concreta. Lo justo es al revés: que la sociedad esté para servir a la educación, que sólo sirve a la persona. Lo que hace falta es una ciudadanía para la educación.
[Joly]

martes, 4 de septiembre de 2007

Tribulaciones del traductor

Sigo con los aforismos de Quintana. Disfruto mucho, hasta que me atasco. He aquí el original y mi primera propuesta:

E TAMBÉN VAI PASSAR NA RUA
... una negrinha tâo esbeltinha que parecia o negativo de Brigitte Bardot...

LO QUE PASA EN LA CALLE
… Una negrita tan esbelta que parecía el negativo de Brigitte Bardot…

La traducción del título es perfecta: guiña nada menos que a don Antonio Machado, pero es lo único que funciona en mi versión. El gran fallo son los diminutivos, sobre todo “esbeltihna”. Si lo traduzco por esbelta parece que en vez de Mario Quintana hablara Tico Medina. Si esbeltita, reduzco la impresión que produce la negra, que tiene que ser de aúpa. Si esbeltiña, el aforismo sólo sirve para leído en una galeosca. ¿Qué hacer, qué hacer? El procedimiento habitual es ponerse a visualizar la escena, la negrihna, sus andares suntuosísimos, a Brigitte Bardot, la luz de la calle, la del cine en la memoria, la tarde, el plas-plas de las sandalias… Pero antes de que se me ocurra la palabra exacta, tengo que apartar la vista: soy un hombre casado y…

domingo, 2 de septiembre de 2007

Verano

Las lecturas son múltiples o, poniéndonos geómetras, poliédricas. El sonetín "Verano" de Manuel Machado da, quién lo diría, para mucho. La virguería métrica es evidente y todos la admiramos un montón; Javier Salvago, además, fue capaz de emularla. Vicente Sabido en su espléndido ensayo sobre el haiku en Manuel Machado, recogido en La lluvia de Cartago, acierta al ver que fue aquí donde más cerca estuvo del espíritu descriptivo de la estrofa japonesa, mucho más que en lo que él llamo haiku con un exceso de optimismo y despiste. Y hoy a mí, por una hipálage melancólica, eso de la paleta completa me suena a vacaciones completadas.
Frutales
cargados.
Dorados
trigales...

Cristales
ahumados.
Quemados
jarales...

Umbría
sequía,
solano...

Paleta
completa:
verano.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Envío

Este ensayo de ensayo dedicado a las dedicatorias está ídem a José Cereijo y a Jesús Beades a los que debía sendas. Va.