viernes, 15 de febrero de 2008

El talante y la tensión

Francisco de Goya, Sorpresa en el espejo, 1797-1798. Museo Nacional del Prado.

4 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

O sea, que encima el del Gara plagió de ahí el chiste.

Si no le oíste mentir como un bellaco con Carlos Herrera búscalo. Es que es para alucinar. Para mi que se lo cree.

Anónimo dijo...

Todo el mundo hace hincapié en la tensión cuando lo verdaderamente interesante es la pasión del personaje por el drama. Imaginémoslo interpretando a Shakespeare:

"La Ser o no ser; no hay otra alternativa.
Vivimos para amar y ser amados,
Y cuando nos sentimos traicionados
La Ser es como un barco a la deriva."

Un papelón, si señor

Anónimo dijo...

Así que llevamos cuatro años oyendo lindezas del Presidente del Gobierno de España, es decir el de todos, del tipo: lelo, simple, autista o Mr Bean y ahora resulta que es el mismísimo Maquiavelo.
En el capítulo XV de El príncipe,dice:
Quien quiera obrar en todo como hombre bueno, necesariamente fracasará rodeado de malos, por lo que todo principe que desee conservar su autoridad aprenderá a poder ser no bueno y después usará ese hábito, según dicte la necesidad.
Manupé.
Hoy no me permite entrar con mi nick, así que aparece com anónimo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Como apuntaba ya Valle-Inclán, los espejos acaban reflejando la auténtica esencia de los seres...