martes, 14 de marzo de 2017

Escribir es cribar


Para no mezclar churras con merinas, dejé este comentario incidental a Vilanos en el aire (Isla de Siltolá, 2017) de Antonio Rivero Taravillo fuera de mi nota de (admirada) lectura y agradecido ramoneo. Un aforismo me llamó la atención poderosamente: "Escribir es cribar" (pág. 33). Fui corriendo a mis Palomas y serpientes (La Veleta, 2015) temiéndome que allí estaría. Uf, menos mal, no. Sé que sopesé si meterlo o no, y que entró y salió de diversas versiones. Mi prurito me salvó. Porque sí fue o es un verso de Casa propia (Renacimiento, 2004), que estuve, como digo, tentado a reciclar como aforismo. Aquí tienen mi poema:







Ya tenía pensado mi discurso de no importa y lo probable es que Antonio Rivero Taravillo no me hubiese leído lo mío, sino que hubiera descubierto el aforismo, y que yo tampoco puedo tirar la primera piedra, porque en Palomas y serpientes se me coló un aforismo (¡espléndido!) de otro al que tengo muy leído como explicaré en cuanto aumente mis reservas de autoestima como para afrontar reconocer un lapsus que nadie me ha descubierto aún. Todo eso iba a decir, pero mi pereza, que no para, me incitó a buscar mi poema en la Red en vez de fotografiarlo o picarlo, que es un rollo. Puse entre comillas "escribir es cribar" y empezaron a salir citas y más citas:





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El chasco fue mío, que venía de condescendiente y me caí con todo el equipo y me he pasado un decenio creyéndome la mar de ingenioso y original. Podría comentar las citas una a una, pues hay de todos los gustos y de todas las fechas, pero no tiene mucho interés saber quién escribió (escribó) primero, porque fue la aliteración, por un lado, y por otro, el sentido común, porque escribir es cribar, en efecto, como el cielo es azul y el agua del mar, salada. Que Antonio Rivero Taravillo lo haya incluido en su libro sólo nos habla de su oído, de su inteligencia y de su propósito por cribar lo que escribe. Si no repasó que nadie lo hubiese hecho antes, no hizo lo mismo que yo --hipócrita lector, su hermano, su semejante-- tampoco hice. Y de lo que ahora me alegro: porque queda muy bien en el poema y queda estupendamente en Vilanos en el aire. 

No cribar (en la red) nos vino de maravilla.





4 comentarios:

Marcela Duque dijo...

Mira esto de una entrevista que le hicieron a Trapiello:

"A mí me gusta mucho leer aforismos, me gusta mucho el género. El que me gusta a mí tiene que ser un aforismo que te sorprenda, que el lector se encuentre de pronto con algo que le suspende. No tiene nada que ver con el razonamiento, te levanta un poco como la paradoja y te deja con la impresión de una cierta ingravidez. Al mismo tiempo los aforismos buenos, que se te ocurren a ti, tienes la sensación de que ya se han dicho antes. Hace muchos años escribí un aforismo que luego he oído repetido y seguramente es de otro: «todos los relojes parados dan dos veces la hora exacta». Lo escribí yo, pero es imposible que no se le haya ocurrido antes a otros, porque un aforismo bueno se le ocurre a todo el mundo. Es como las fotos. Todo el mundo tiene una foto buena, pero no todo el mundo es fotógrafo. Hay otro que está datado y que yo dije: «Si Cervantes viviera, el primer premio Cervantes sería para Lope de Vega». Bien, luego lo he visto repetido en otras gentes atribuyéndolos a otros escritores. Bien está. Ya lo decían los Machado, las cosas para ser buenas tienen que poder acabar siendo anónimas, quiero decir, de todos. O sea, que en literatura todo acaba por donde empieza, y al revés."

http://www.insula.es/sites/default/files/articulos_muestra/ananadal.pdf

Anónimo dijo...

A propósito del aforismo de Trapiello:

"Hasta un reloj parado da la hora exacta dos veces por día
Carmen Posadas


Los que me conocen saben que hay frases por las que siento debilidad y repito con frecuencia tanto en conversaciones como en libros o artículos. Una es, precisamente, la que encabeza estas líneas. La primera vez se la oí a mi madre hace añares (...)"

http://www.xlsemanal.com/firmas/20141012/hasta-reloj-parado-hora-7702.html

Sea como fuere, la idea recuerda mucho a aquella de Lichtenberg que decía, hablando de los viajes, que hasta los muertos dan cada año una vuelta al mundo.

Anónimo dijo...

Que yo sepa, la idea del reloj parado procede de Lewis Carroll, el de Alicia. Véase:

"El poeta Leopoldo María Panero reunió una selección de los mejores juegos carrollianos en el recopilatorio Matemática demente. De todos ellos, la paradoja del reloj es uno de los más conocidos:

“¿Cuál de estos dos relojes funciona mejor, el que da la hora exacta una vez al año, o el que nos indica la hora correcta dos veces al día? ‘El segundo’, dirían ustedes, ‘sin ninguna duda’. Pues bien, queridos lectores, presten atención”, escribe Carroll con su característica prosa.

Tras esto, el matemático explica que un reloj parado acierta cada doce horas, mientras que uno que retrase un minuto al día tarda dos años en volver a acertar. “De modo que no tiene ningún sentido su elección”.

Lo que no sé es si es original suya, o a su vez procedía de algún otro sitio.

Pablo75 dijo...

La frase que cita Trapiello es un proverbio francés muy viejo: "Même arrêtée, une pendule donne l'heure exacte deux fois par jour."