sábado, 30 de marzo de 2019

Flores



No hay habitaciones suficientes en el curso de retiro espiritual que estoy haciendo, y me proponen compartir una. Lo siento por mis noches de lectura, pero, como soy un buen y silencioso, si no bello, durmiente, digo que sí. Cuando llamo a Leonor, se lo cuento. Oigo un silencio hondo al otro lado de las ondas. Pregunto. “Es que un poco sí roncas”. Ah, eh, oh. Han pasado 19 años de matrimonio y me entero ahora y de rebote, por sorpresa. Por supuesto, respeto a los que prefieren que les regalen cosas o que les digan “cariño” constantemente, pero yo, como estas flores silenciosas, no veo otra prueba de amor más romántica y graciosa.



No hay comentarios: